domingo, abril 22, 2018

Debate: ¿Noquear o persuadir?



Por ROGELIO RÍOS HERRÁN

Si alguien resulta el “ganador” del debate de hoy organizado por el Instituto Nacional Electoral, el perdedor será México. Si el resultado es que la agresividad o el carácter de un candidato se impone sobre los demás, les arrebata la palabra y los pone en ridículo, el perdedor será México. Si “gana” una persona en esta reunión, pierden las propuestas, se opacan las ideas. Si gana la fuerza, pierde la razón. Así de simple.

Cuando escuchamos a mercadólogos de la política (no todos, todavía hay gente seria) que se frotan las manos ante la posibilidad de convertir el debate en una pelea de box y que aconsejan públicamente a los candidatos “noquear”, “tirarse a la yugular”, “ser agresivo desde el principio” con quien va adelante en las encuestas, nos damos cuenta que para ellos -y muchos otros más- es el caos y la confrontación violenta lo que alimenta sus bolsillos y sus egos. No les conviene que eso se termine.

¿Quieren declarar un “ganador” para los titulares de los noticieros y para el prestigio -o desprestigio- de los encuestólogos? No hay problema, sugiero al puntero en las encuestas, Andrés Manuel López Obrador, en un gesto conciliatorio, que le levante la mano en señal de victoria a cualquiera de los otros candidatos desde antes de comenzar a discutir. Resuelto el problema del “ganador”, satisfecha la multitud en el Coliseo romano, entonces todos se pueden poner a debatir en serio.

Si el tema del debate es la política, es mejor que los debatientes pongan su atención en los problemas de la frágil democracia mexicana que está a punto de naufragar. Discutan, sí, pero no sobre ellos mismos, sino sobre el amplio repudio que han generado las instituciones, el Presidente, los diputados, los partidos políticos, los jueces y magistrados entre la población mexicana.

Entiendan que es a todos, López Obrador, Anaya, Meade, Zavala y Rodríguez, a quienes los van a “noquear” los ciudadanos si no dan la talla de seriedad y profesionalismo que como políticos están obligados a tener si quieren parecer Presidenciales.

A quienes tengan pensado desplegar hoy sus mejores armas de agresividad, firmeza de carácter, capacidad de levantar la voz y acusar con el dedo flamígero, les decimos los ciudadanos que esas mismas cualidades de bravura y coraje debieron mostrarlas cuando tuvieron la oportunidad en el Gabinete presidencial, el Congreso de la Unión, como Primera Dama en Los Pinos, en el Gobierno de la CDMX o como Gobernador de Nuevo León, ¿lo hicieron ahí? Si no, ¿cómo quieren ser Presidentes?

Ese récord de peleas ganadas y perdidas, para seguir hablando de box, dice más por todos los aspirantes presidenciales que cualquier actuación de bravura fingida en el debate de hoy. No busquen ganar el Oscar, señores, sino ganar los votos.

Noquear es una estrategia equivocada que no servirá de nada a nadie, pues noqueador y noqueados quedarán todos desprestigiados a los ojos de los mexicanos: “Mmta, ¿Para eso se juntaron a debatir?”, va a decir la gente al final del evento.

Persuadir de que la propuesta de nación que cada uno trae es la mejor, argumentar sobre las necesidades políticas de México (instituciones débiles, representación fallida, nula rendición de cuentas, inseguridad y corrupción en ascenso como señala el reciente informe de la CNDH 2017), mostrar dominio de lo que se dice, exhibir claridad en la visión que se propone. A eso nos referimos.

Persuadir es “conseguir con razones y argumentos que una persona actúe o piense de un modo determinado”, define el diccionario. Si alguien lleva puestos sus guantes de box para el debate de hoy para imponerse a toda costa, que le levanten la mano de “ganador” en el arranque, que se los quite y que todos se pongan a debatir como la gente de razón.

Persuadir, persuadir, persuadir: ¡México ya no aguanta más nocauts!

rogelio.rios60@gmail.com



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