viernes, diciembre 25, 2015

2015: Crisis de migrantes

Una balsa sobrecargada transporta migrantes en el Mar Egeo.
Fuente: Google.com


Por Rogelio Ríos Herrán

Si hay un fenómeno en el que se expresen los mejores y los peores aspectos del año 2015 que termina, sin duda, que ése sería el de la crisis de migrantes en Europa.

No es el único gran flujo migratorio en curso en el mundo que nos mueva a reflexión y ponga en jaque al statu quo, como lo atestiguan los migrantes africanos que cruzan el Mediterráneo rumbo a Europa o los “espaldas mojadas” centroamericanos y mexicanos que atraviesan el Río Bravo rumbo a Estados Unidos.

Pero sí es el flujo de migrantes y refugiados proveniente de Oriente Medio, del conflicto de Siria principalmente, pero también de Iraq, Afganistán y Paquistán, el que refleja los peores dilemas de nuestro tiempo: ¿abrimos o cerramos nuestra casa –el país y la cultura- a los migrantes?

Al abrirles la puerta, ¿nos involucramos en su cultura e idiosincrasia o les exigimos una total y absoluta integración –vía el sometimiento- a nuestra cultura y valores?

 Con los 206 mil demandantes de asilo registrados en Alemania hasta Noviembre del presente año, sumaban ya 964 mil los migrantes llegados a ese país, según informó a la AFP el Ministerio del Interior germano.

Antes del último día del 2015, el migrante un millón habrá cruzado alguna frontera alemana en busca de refugio.

Hemos visto en fotografías y videos estrujantes el drama que compaña a estos peregrinos forzados del siglo 21 a lo largo de sus rutas de traslado. No hay quien no se conmoviera con las muertes de niños ahogados al naufragar las frágiles balsas que los llevaban a través de mares embravecidos.

Aún así, ante el desafío que representa un flujo tan grande de refugiados en el corazón de la Unión Europea, las reacciones de rechazo y control de parte de gobiernos y sociedades europeas no se han hecho esperar y se expresan en acciones de hostilidad y desdén ante los recién llegados.

La amenaza del terrorismo fundamentalista islámico que aprovecha ese flujo migratorio para tratar de infiltrar a sus agentes, no hace más que echarle leña al fuego de la intolerancia y el miedo dentro de las sociedades receptoras de migrantes.

Por eso vale la pena ponderar, aunque sea tentativamente, el impacto de la ola migratoria que ha barrido a Europa: de una u otra manera y a pesar de las manifestaciones de rechazo, los migrantes y refugiados ya están en suelo europeo, un millón de ellos tan sólo en Alemania, y ese hecho demuestra que Europa sí estuvo a la altura de sus grandes ideales, Alemania en primer término, al atender a tantas personas en una situación de crisis.

Eso de inmediato nos lleva a considerar su contraparte: parece que Europa ya llegó al límite de su capacidad receptora de migrantes y de sus sentimientos de solidaridad hacia quienes huyen de conflictos y guerras.

Alemania no tendrá lugar quizá para otro millón de migrantes en 2016, eso es impensable dado el momento de cuestionamiento político interno que vive la Canciller Ángela Merkel después de abrir las puertas de su país a los refugiados.

La reacción a las amenazas terroristas, por otro lado, apuntan hacia un estricto control de las fronteras y a una reducción de la movilidad al interior de la Unión Europea.

Y el inicio de una ofensiva diplomática para encontrar una solución al conflicto sirio y detener la salida masiva de sirios que huyen de la violencia de su país devastado, puede disminuir o quizá parar por completo el flujo migratorio desde su nacimiento.

No esperemos, por tanto, un 2016 en el que se repitan las escenas y el drama de los refugiados del 2015, si bien las imágenes impactantes que nos sacudieron jamás serán olvidadas.

Un angustiado padre intenta mantener a flote a su hijo tras naufragar su balsa.
Fuente: Google.com


La gran lección de ese fenómeno inédito en Europa que se vivió este año será si perdurará la apertura y la acogida de migrantes o, por el contrario, las cosas volverán a la ‘normalidad’ del rechazo y el control de las fronteras contra los refugiados.

Si se cierra Europa y las crisis en Medio Oriente, la pobreza en África y la falta de oportunidades en América Latina persisten y se agudizan, ¿a dónde irán entonces los migrantes y refugiados? ¿Se resignarán a ser rechazados o querrán tomar por fuerza lo que anhelan de Europa y Estados Unidos: una oportunidad de sobrevivir y de prosperar?

Veremos qué nos trae el 2016.


¡Feliz año nuevo!

rogelio.rios60@gmail.com

jueves, octubre 08, 2015

Reforma petrolera, ¿en marcha?

Plataforma petrolera en la Sonda de Campeche
Fuente: google.com

Por Rogelio Ríos Herrán

Tras el tibio intento que representó la fase uno de la Ronda Cero en la asignación de contratos para la explotación petrolera con participación de capital privado, la celebración el 30 de septiembre de la fase dos nos permitió empezar el mes de octubre con mucho mejores noticias: se asignaron tres de los cinco contratos ofrecidos bajo el esquema de producción compartida.

Los campos a explotar se encuentran en aguas someras frente a las costas de Campeche y Tabasco y sus nombres llevan el sello del colorido de aquella región petrolera: Amoca, Miztón y Teocalli, en Tabasco; Pokoch e Ichalkil, en Campeche, por ejemplo, que me remontan en la memoria al legendario Ixtoc frente a Isla del Carmen.

La inversión estimada para los bloques asignados es de 3 mil millones de dólares y se estima una producción conjunta de 90 mil barriles diarios de petróleo a partir de 2018, según cifras de Lourdes Melgar, subsecretaria de Hidrocarburos de la Secretaría de Energía.

Vale la pena mencionar que un escenario petrolero tan complejo a nivel mundial como el actual, con precios deprimidos e inversiones y proyectos cancelados por doquier por las compañía e inversionistas petroleros, el hecho de que la fase dos de la Ronda Uno haya colocado tres contratos y declarado desiertos solamente dos de ellos es un buen avance en la ruta de la apertura petrolera de México.

Críticos o no de la reforma petrolera, de las modalidades que contempla y hasta de sus alcances o el riesgo de corrupción y sobornos, y sin desdeñar la polémica intensa generada a su alrededor desde su concepción y negociación a través del Poder Legislativo, creo que no debemos olvidar que lo que se juega sobre la mesa es el futuro petrolero de México en un mercado difícil por donde se le vea y en el contexto de un mundo lleno de conflictos que nos hacen sentirnos, de nuevo, en un escenario que creíamos superado: el de la Guerra Fría y el enfrentamiento de las superpotencias en Siria con el afán de conservar sus “zonas de influencia”.

Por tanto, del fracaso o del éxito de la reforma petrolera en el terreno, en la explotación de los campos y en las negociaciones con las compañías petroleras como Panamerican Energy (filial de British Petroleum) o el consorcio mexico-americano Petrobal y Fieldwood sobre los márgenes de utilidad operativa que garantizarán al Gobierno mexicano (en algunos casos, hasta el 92 por ciento), más el pago de regalías, de todo eso depende que la economía mexicana sea viable en el mediano plazo en cuanto a gobierno, empresas y mercados se refiere: mientras no se encuentre otro camino, si la renta petrolera mejora y se eleva a través de asociaciones con capital privado, más elevado será el beneficio para México.

El eterno riesgo: accidentes en las plataformas petroleras
Fuente: google.com
Es todo un dilema, es verdad, el del petróleo: cuando volteamos a ver todo lo que se hizo antes con el derroche o gasto inútil de los ingresos petroleros, con cientos de miles de millones de dólares tirados a la basura que nos hubieran permitido tal vez dar el salto anhelado al desarrollo económico pleno y benéfico para todos los mexicanos, dan ganas de retirar todo apoyo o simpatía por la reforma energética; pero cuando nos damos cuenta también que el petróleo sigue siendo nuestra mejor apuesta en un mundo global para impulsar a México a niveles superiores de desarrollo económico y político, entonces, hay que ponderar cuidadosamente el camino de la reforma energética como uno que, con una vigilancia adecuada de la sociedad mexicana sobre la utilización de los recursos generados, sea nuestra llave de entrada a un mejor país para todos.

Usted, ¿qué postura tomaría?

rogelio.rios60@gmail.com





viernes, septiembre 18, 2015

Siria: a la raíz

Vista de calles de Aleppo, ciudad casi inhabitable para las familias sirias.
Fuente: Google.com


Por Rogelio Ríos Herrán

No hay mejor manera, diríamos que no hay otra manera, de controlar y detener una fuga incesante de agua que ir a la fuente de donde brota el torrente y arreglar la fuga, sea en una tubería o un manantial.

En Europa, el torrente incontenible es uno de refugiados sirios y de otras nacionalidades y el manantial, el origen del éxodo bíblico de sirios al exterior, es la guerra interna que consume a Siria.

Si no se detiene la inundación desde la fuente, nada más funcionará a mediano y largo plazos, la solución debe negociarse o imponerse en Siria misma: quitando del poder al cruel Assad que bombardea a su propio pueblo, o bien con la intermediación de la ONU o El Vaticano o, siendo realistas en un mundo pragmático, negociando al más alto nivel entre Estados Unidos y Rusia un acuerdo del que derive el fin de la guerra interna en Siria y la reconstrucción del país.

El Gobierno estadounidense ha dado ya un paso en ese sentido al anunciar el 18 de septiembre el Secretario de Estado, John Kerry, que el Presidente Obama está dispuesto a tratar directamente con Vladimir Putin, Presidente de Rusia, negociaciones directas sobre la crisis siria.

“El Presidente (Obama) considera que una conversación de nivel militar a militar es el próximo paso importante”, afirmó Kerry al New York Times a su llegada a Londres para discutir con británicos y árabes sobre el problema sirio.

“Nuestro enfoque sigue siendo la destrucción del Estado Islámico (ISIS por sus siglas en inglés) y también un arreglo político con respecto a Siria, sobre el que creemos que no puede ser logrado con una presencia a largo plazo de Assad”, agregó el funcionario estadounidense.

Kerry ya ha sostenido una conversación telefónica reciente con Sergey Lavrov, el Ministro del Exterior ruso, sobre la posibilidad de pláticas directas al más alto nivel, las cuales se concretarían cuando tanto Obama como Putin converjan en Nueva York junto con líderes mundiales al 70 periodo ordinario de sesiones de la Asamblea General de la ONU.

¿Es la mejor solución a la crisis siria un acuerdo político directo entre Moscú y Washington? No lo es, por supuesto, porque implica el reconocimiento de que el mundo sigue siendo una arena de confrontación de fuerzas entre los estados más poderosos, quienes se lo reparten a placer en las llamadas “zonas de influencia”, el paraíso de la teoría del realismo político.

Pero una solución negociada entre Obama y Putin, si detiene de inmediato la violencia en Siria y sienta las bases para la reconstrucción política y económica de esa nación devastada, y, además, alivia para Europa el peso terrible del flujo incesante de refugiados sirios, es no sólo conveniente, sino necesaria.

Los niños sirios son los más afectados por la guerra interna.
Fuente: Google.com
Siendo quien escribe un observador mexicano del mundo, no podría dejar de señalar, aunque me parezca urgente un acuerdo sobre Siria que detenga la violencia y el éxodo, que la ausencia de una solución multilateral surgida del seno de las Naciones Unidas y su Consejo de Seguridad es absolutamente lamentable y señala la incapacidad de la ONU de cumplir a cabalidad su papel como garante de la paz y la seguridad internacionales y como guardiana de los principios de la Carta de las Naciones Unidas.

La tragedia siria, los aproximadamente 250 mil muertos en su guerra interna desde 2011 y el dramático flujo de millones de refugiados sirios que dejan en el camino a niños inocentes ahogados en los mares y en las playas, es una tragedia mundial porque, aunque lejana a México y América Latina en el espacio geográfico, señala que incluso en pleno siglo 21 la humanidad en su conjunto no ha sido capaz de construir una instancia universal que nos libre del “flagelo de la guerra”, como señalaba la Carta de las Naciones Unidas en 1945, año de la fundación de la ONU recién concluida la Segunda Guerra Mundial.

Esa ausencia de organizaciones internacionales efectivas a las cuales los estados nacionales sometan sus intereses nacionales y contra la cual se estrellen sus ambiciones de poder es la gran falla de nuestro tiempo.

A 70 años de concluida la Segunda Guerra Mundial no hay en nuestro mundo una instancia efectiva que anule de raíz, incluso antes de que estallen, conflictos como el de Siria o violaciones atroces a la dignidad humana y al patrimonio cultural de la humanidad como las que ejecuta el Ejército Islámico, y no nos queda más salida que las negociaciones y acuerdos políticos entre los más poderosos del mundo en crisis como las de Siria y Ucrania.

Pero como también soy un ferviente apostador por la diplomacia y la negociación por sobre las soluciones de fuerza, creo que ese camino es el más conveniente para atacar el problema sirio desde su raíz, no importa si esa salida negociada se da entre Moscú y Washington o en el seno del Consejo de Seguridad de la ONU: lo importante es que se dé, que suceda y entren en vigor un cese al fuego en Siria, la salida de Assad y la construcción de un futuro mejor para los sirios, para los que se quedaron en su patria y para los 4 millones o más que peregrinan por el mundo en busca una nueva patria.

Se lo debe el mundo al niño Aylan.




martes, julio 07, 2015

¿HURACÁN GRIEGO?

Ciudadanos griegos celebrando el triunfo del 'No' en el referendo del 5 de julio.
Fuente: google.com



Por Rogelio Ríos Herrán

¿Puede Grecia realmente desestabilizar no sólo a la Unión Europea y a la Euzona, sino a la economía mundial? Si nos atenemos a la cobertura mediática de la crisis de pagos griega parecería indudablemente que sí, que un tropezón en Atenas hará derrumbarse a Berlín, París y Nueva York como si fueran fichas de dominó.

Pero si seguimos un análisis más pragmático y separado de las emociones intensas que provoca el “No” que la mayoría de los participantes griegos en el referendo del domingo 5 de julio le plantaron al FMI, al Banco Central Europeo y a la Comisión Europea, veremos que el peso efectivo de la crisis griega está situado en algún punto más cercano a las posibilidades de un acuerdo que a un apocalipsis financiero.

Todo el armado de un referendo que el gobierno de Tsipras hizo de último momento y cuando la materia sobre la que se iba a votar ya no estaba vigente (un paquete de rescate europeo que ya había expirado) fue, sobre todo, una demostración de fuerza política que le daría capital político.

Por supuesto que el nacionalismo resurgiría entre una población agobiada por medidas sumamente restrictivas impuestas por organismos financieros externos a la realidad cotidiana de Grecia.

Era evidente que, como en otros casos de rechazo nacional al FMI, la reivindicación de la soberanía griega alentaría a muchos griegos a votar por el “No” incluso si no simpatizaban realmente con el gobierno de Tsipras.

Lo que sigue, y que ya inició en Europa, es que acudan de nuevo a la mesa de negociaciones tanto griegos como europeos para, bajo un nuevo contexto, hallar una salida a la crisis de liquidez de Grecia.

¿Se concretará el ‘Grexit’? ¿Abandonará Grecia a la Eurozona? Me parecen medidas extremas a las cuales se llegaría solamente si se agotan otras etapas intermedias de negociación, lo cual es un camino improbable.

Parece más factible que en una nueva negociación –y bajo la batuta de un nuevo Ministro de Finanzas griego que reemplazó a Varoufakis- y bajo el apremio del contexto financiero, se llegue a una restructuración de la deuda griega, que es lo que ha estado en juego desde el principio, el punto central de las negociaciones.

Fuente: google.com
Si no perdemos eso de vista, veremos que aunque haya mucho ruido político alrededor de la mesa de negociaciones (nacionalismo, europeísmo, soberanía, irresponsabilidad financiera, etc.) al final, lo que persiguen acreedores y el deudor es encontrar la manera de pagar lo que se debe bajo las debidas consideraciones, descuentos, quitas o rebajas que se estilan en estos casos.

El resto es ruido político y mediático.



domingo, abril 05, 2015

Contra el terror


Logotipo de la organización fundamentalista.
Fuente: google.com

Por Rogelio Ríos Herrán

Desde Dinamarca hasta Túnez, en Paquistán, y en el prolongado conflicto en Nigeria entre el Gobierno y sociedad nigerianos y los grupos radicales Boko Haram y Al Shabab que han masacrado a la población civil en ataques violentos, el miedo al terrorismo sacude a sociedades y pueblos enteros.

No basta que los gobiernos de esos países, algunos con economías y democracias avanzadas y otros en un lamentable atraso institucional o social, hagan ruidosas declaraciones sobre su voluntad de luchar y acabar con las amenazas terroristas.

Bien saben los ciudadanos tanto daneses como nigerianos que es materialmente imposible para cualquier gobierno evitar un ataque perpetrado por células o grupos terroristas cuando quienes los realizan son atacantes suicidas.

Los atentados de grupos fundamentalistas musulmanes contra poblaciones y sociedades islamistas son un señal de que esa lucha irracional de los radicales se llevó ahora a un terreno distinto: ya no contra Occidente solamente, sino contra los propios “hermanos” musulmanes.

La crueldad extrema de los ataques y ejecuciones del Estado Islámico, por ejemplo, en Iraq y Siria así lo atestiguan. No se diga la serie de atrocidades que han perpetrado Boko Haram y Al Shabab en Nigeria, el último de ellos el de un ataque a un campus universitario con un saldo de más de 140 muertos entre la población estudiantil.

La peor característica de esta lucha desigual entre grandes gobiernos y grupos pequeños o dispersos de radicales es que son las sociedades las que quedan en medio del fuego cruzado, el grupo más vulnerable a que en cualquier momento y en cualquier lugar caiga sobre sus espaldas toda la furia del radicalismo.

El endurecimiento de medidas que rayan en el autoritarismo en los gobiernos occidentales con sus leyes de vigilancia sobre la sociedad y de restricciones ni controles más estrictos a los movimientos de las personas eliminaron los ataques, desde Estados Unidos hasta el corazón de Europa en Francia, por ejemplo, contra la revista Charlie Hebdo.

Los grupos radicales parece que siempre encuentran la manera de sobrevivir a esas medidas, sacarles la vuelta y golpear en donde menos se espera. No los detiene ya ninguna consideración o escrúpulo: golpean a occidentales y musulmanes por igual.

Militantes radicales de Al Shabab
Fuente: ggogle.com

¿Por dónde está la salida a esta situación? No es la respuesta ciertamente la de un Estado Big Brother que observe y controle rigurosamente a la sociedad en su totalidad, escenario que por lo demás es imposible de materializar.

Lo inmediato es buscar nuevas formas, desde las estructuras de autoridad, de enfrentar, desmantelar y anular a la amenaza terrorista de los grupos radicales, pero no pisoteando a la sociedad civil sino llevando la lucha a un plano superior que el que proponen sus enemigos radicales: defender a la sociedad no a costa de su integridad física y sus derechos, sino precisamente asegurando que esos derechos sean la base de la derrota del radicalismo.

Se trata de derrotar al terrorismo con nuestros propios valores, no con sus mismos métodos.

El caos que pretende crear el radicalismo es el ambiente ideal para la descomposición social y política de cualquier nación. No hay manera de combatir eso más que con sociedades sólidas y gobiernos legítimos emanados de ellas, cuyo mandato popular sea la fuente de su fuerza.

¿Cómo pretenden gobiernos autoritarios y cuasi monárquicos, alejados de las necesidades de sus pueblos, combatir al terrorismo si al mismo tiempo sujetan a sus sociedades?

¿Qué clase de dilema es para un pueblo el de averiguar a qué va a temer más: a la violencia de los terroristas o a la opresión de sus gobiernos?

Un largo camino queda por delante en el siglo 21, sin soluciones mágicas ni rápidas, en esta guerra contra los grupos terroristas que desafía los fundamentos mismos de nuestra vida en sociedad.


rogelio.rios60@gmail.com

sábado, enero 31, 2015

México centroamericano



Migrantes indocumentados abordan a "La Bestia".
FUENTE: google.com

Con mucha frecuencia olvidamos en nuestro país, especialmente en el centro y en el norte, que México es Centroamérica.

Por razones históricas, por condiciones geográficas y por afinidades culturales evidentes a primera vista en Chiapas, Oaxaca, Tabasco y Quintana Roo, Centroamérica está en México tanto como los mexicanos somos centroamericanos.

Por eso el tema del paso de los inmigrantes provenientes de Honduras, El Salvador, Nicaragua o Guatemala rumbo a Estados Unidos resulta un tema extremadamente sensible para la opinión pública mexicana e incide frontalmente en la situación de los derechos humanos en México.

Dos sucesos recientes nos ayudan a poner en perspectiva lo que llamaría la “cuestión centroamericana”.

Primero, el anuncio del Gobierno del Presidente Barack Obama de que su administración solicitará en febrero al Congreso estadounidense un paquete presupuestal de mil millones de dólares para ser aplicados en la región centroamericana, particularmente enfocados a que El Salvador, Honduras y Guatemala refuercen sus capacidades de gobierno y den impulso a sus economías y a su integración regional.

La propuesta es ambiciosa, pues, en palabras del Vicepresidente Joe Biden, se trata nada menos que de promover un “cambio sistémico” en esos países para impulsar su desarrollo y, entre otros objetivos, evitar que sigan siendo expulsores de migrantes hacia Estados Unidos.

En la próxima década, explica Biden, 6 millones de jóvenes de América Central van a ingresar al mercado de trabajo, y si no hay oportunidades laborales para ellos, será el Hemisferio Occidental en su totalidad quien sufra las consecuencias.

La gravedad de la crisis de niños migrantes que entraron a Estados Unidos en el verano del año pasado fue una poderosa llamada de atención para Washington sobre la necesidad de enfocarse y atender a la región de Centroamérica.

Travesía de migrantes en un tren.
Fuente: google.com


¿Cuáles pueden ser las consecuencias para México? Por supuesto que nuestro país se beneficiaría de inmediato de un alivio en las condiciones internas de Honduras o El Salvador, por ejemplo, cuyos ciudadanos atraviesan constantemente nuestro territorio rumbo al norte y en medio de riesgos y sucesos trágicos que viven en el camino.

Y en el mediano y largo plazos, sería posible cambiar por completo las bases de la relación con nuestra frontera sur hacia una en donde la economía, no la seguridad, sea el tema predominante.

El fenómeno migratorio es uno que por su volumen y persistencia parece tener rebasadas desde hace años a las autoridades del sur del país, no se diga a los gobiernos estatales.

La situación llega al punto de tragedias que parecen increíbles, que no puede ser que estén pasando: dos mujeres hondureñas fueron asesinadas a bordo del tren “La Bestia” (por donde cada día se transportan sobre los techos de los vagones de carga cientos o miles de migrantes centroamericanos), días después de que tuvieron el valor de denunciar a un grupo delictivo que extorsionaba a los migrantes que abordan ese tren.

La denuncia fue presentada ante las autoridades locales de Chiapas, pero la fiscalía que las atendió falló lamentablemente en protegerlas y prevenir que fueran, nuevamente, víctimas de los delincuentes que ya las habían amenazado.

La Comisión Nacional de Derechos Humanos emitió una recomendación al Gobierno de Chiapas sobre la negligencia en que incurrieron sus autoridades judiciales, pero el daño está hecho de manera irreversible para esas mujeres hondureñas.

Llegamos al arrancar 2015, entonces, al punto en que por lo menos la perspectiva del fenómeno migratorio se amplía, desde el punto de vista de los gobiernos, a un nivel regional: los problemas internos de Honduras, El Salvador y Guatemala afectan de manera directa y profunda a México y Estados Unidos. La solución a esa situación no puede ser sólo nacional, sino necesariamente será de nivel regional.

El éxito de la iniciativa del Presidente Obama hacia América Central requerirá de un compromiso absoluto y de voluntad política de los gobiernos centroamericanos involucrados. Si los mil millones de dólares son muchos o pocos para el tamaño del problema, en todo caso, es sólo una parte de la cuestión.

La verdad, lo sabemos, es que ninguna ayuda externa es suficiente si el propio país beneficiado no impulsa desde adentro el “cambio sistémico”, como lo expresó Biden, necesario para sacar a sus pueblos de la pobreza y del subdesarrollo político.


Desde México deberemos estar atentos a sus resultados y elaborar una política propia de ayuda hacia quienes, en muchos sentidos, son nuestros hermanos centroamericanos.

rogelio.rios60@gmail.com

#YoNoMeDistraigo

  Por Rogelio Ríos Herrán  Mientras se dirime en el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos el conflicto que ocasionó l...