martes, abril 24, 2007

ARMAS Y ROSAS



Millones de computadoras conviven con 200 millones de armas de fuego en los hogares estadounidenses (según cifra de BBC World Service); la banda ancha abre amplias avenidas de comunicación en la sociedad norteamericana y la violencia criminal aniquila a sus ciudadanos; la economía pujante de primer mundo va acompañada de mentes criminales en un número indeterminado; la rica y fértil cultura americana acuna también a asesinos en serie: es la tierra de "Guns N' Roses" (armas y rosas).
Del nombre de la ya clásica banda de rock, tomo la frase que define la realidad contemporánea en la Unión Americana. La matanza de Virginia Tech, sobrecogedora en su dramatismo, mueve a pensar de inmediato en cómo pueden convivir en un mismo espacio la violencia y la prosperidad.
El culto a la violencia es palpable en la sociedad que, por otra parte, se precia de ser una de las democracias más avanzadas en el mundo, en muchos sentidos ejemplar para el resto del Planeta. Por la difusión en el mercado del entretenimiento y la cobertura que recibe de los medios, la violencia criminal es el tema central de la agenda pública, apenas opacado eventualmente por los escándalos políticos.
Si eso refleja nítidamente la realidad americana o es una distorsión mediática, no lo puedo decir. A nivel de percepción, sin embargo, parece que no sucediera otra cosa en Estados Unidos, si nos atenemos a las noticias cotidianas, que los actos violentos, las muertes trágicas y los hogares enlutados.
No debe ser absolutamente así , por supuesto; la gente sigue pintando y escribiendo libros, investigando y publicando sus hallazgos, sirviendo a la comunidad desde la empresa y el gobierno, en fin, sigue llevando a cabo la clase de trabajo callado y no publicitado que sostiene a una sociedad. Frente a los que blanden los "Guns", se sostienen los que cultivan sus "Roses": el culto a la libertad.
Los 33 muertos en el campus universitario virginiano revivirán seguramente el debate sobre el control de armas en nuestro vecino del norte. Demasiado tarde para resucitar a los caídos. No tanto para evitar futuras tragedias.
La clave a desentrañar, una vez pasado el estupor, es la de encontrar los resortes que desencadenan las masacres. Y, quizá, de ahí podamos extraer algunas lecciones aplicables al sur del Río Bravo.
Desde México, lo sucedido en Virginia Tech llena de horror y nos hace voltear hacia nuestra propia realidad: ¿estamos exentos de acontecimientos del tipo de los tiroteos indiscriminados en Estados Unidos?
En Estados Unidos, algunos comentaristas relacionan el fácil acceso a las armas con los altos niveles de violencia. En México, con un acceso muy restringido a las armas, vivimos, sin embargo, niveles elevados de violencia criminal.
Allá se compran armas de manera legal. Es un derecho constitucional y la posesión y manejo correcto de las armas le da a mucha gente una sensación de seguridad complementaria a la que recibe de las policías estadounidenses.
En México es legal la posesión de armas, pero no hay manera de acudir a un armería a comprar un pistola para la defensa del hogar. Se recurre al contrabando, por supuesto, lo cual convierte a la Ley sobre armas y explosivos en una ficción legal más, de las que abundan en nuestro país, por la desconfianza ante las autoridades.
Tenemos las armas, tenemos también las mentes criminales. Si en México no hay tiroteos en las universidades -hasta ahora, por lo menos- eso no nos convierte en un país más seguro. Si pensamos que la Ley mexicana es suficientemente estricta para evitar la venta indiscriminada de armas, eso no evita que prácticamente cualquier mexicano pueda comprar cualquier tipo de arma en el mercado negro.
Hay muchas armas en México, pero muy pocas rosas. Hay muchas armas en Estados Unidos, pero también muchas rosas. ¿A qué aspiramos los mexicanos? A no vivir como la canción de Bob Dylan cantada por Guns N' Roses: "Tocando a las puertas del cielo".


Publicado en EL NORTE, 19 de abril de 2007.

Amenaza la violencia a las elecciones?

Por Rogelio Ríos Herrán  No recuerdo una Semana Santa reciente, por lo menos en la última década, con tantos eventos violentos como la de e...