martes, diciembre 31, 2019

Mensaje de Año Nuevo 2020

Fuente: google.com


Por Rogelio Rìos Herràn

Hola, estimados lectores, los saludo con el asombro de estar despidiendo el 2019 que, la verdad, se fue volando, y la alegría de recibir el año nuevo 2020 y sentir ese aire fresco en la cara de lo renovado, lo que acaba de nacer, lo que trae consigo muchas promesas y alienta nuestras esperanzas.

Les contarè que cada 31 de diciembre me vienen a la memoria los días de mi niñez en que nos ìbamos de viaje a visitar a mi extensa familia materna en Tapachula, Chiapas, a celebrar la Navidad y el año nuevo.

A la medianoche del 31 de diciembre, apenas comenzaba el año nuevo, la gente de allá solìa no solamente tronar cuetes y fuegos artificiales, sino sus pistolas y rifles al aire, creando el equivalente a una batalla en el curso de algunos minutos.

Todo eso era muy peligroso por aquello de las balas perdidas, pero yo y mis hermanos nos sentìamos como en una de las películas de la Segunda Guerra Mundial que tanto nos gustaba ver en las matinès los domingos en el cine. Era verdaderamente estrenduoso el ruido, pero pasados unos minutos, todo se aplacaba y seguìa la fiesta con música de marimba hasta el amanecer.

Cuando la pasàbamos en casa, en Monterrey, mi madre se esmeraba en preparar para la cena de año nuevo un menú variado y delicioso, ponìa la mejor vajilla y las copas de cristal fino en la mesa, se cenaba con vinos y licores y todos nos vestíamos formales, de saco y corbata. Era una ocasión solemne la llegada del año nuevo y què mejor que recibirlo como se debía.

Fuente: google.com
Antes de sentarnos a la mesa y empezar a cenar, a mi madre le gustaba tomarse una foto con la mesa servida, los platillos en sus viandas y todo bien dispuesto, era su orgullo de anfitriona y de ver que todo había salido a pedir de boca.

¡Còmo añoro esos días idos! Pero de alguna manera se reflejaron en lo que hacemos en el presente en casa cuando, con mi esposa y mis hijas, disfrutamos la cena de año nuevo: preparamos un menù con pastas y carnes, ricos postres, servimos buen vino y aunque hoy ya no nos ponemos corbata, sì nos arreglamos para la ocasión y tratamos de pasarla platicando y acordándonos de anécdotas familiares.

Apenas queda el recuerdo de las ruidosas balaceras al aire en Chiapas cuando escucho el tronido de cuetes y veo las luces de bengala.

Les platico todo esto, estimados amigos, porque además de mis propósitos específicos para el año 2020, siempre guardo uno muy especial: el de no dejar que el recuerdo de los días felices, de mis padres queridos, mi familia y mi niñez se vaya extinguiendo, quiero mantenerlo vivo a pesar del ritmo de la vida de hoy que parece conspirar, en sus prisas y atrabancamientos, contra los momentos de reflexión, recuerdos y nostalgia.

Es como la flama de una velita que se enfrentara a un vendaval, pero siguiera encendida, pequeña y tìmida tal vez, pero encendida y alumbrando los recuerdos más preciados.

Yo espero que mis hijas sientan esa nostalgia algún día cuando, ya de grandes y con sus propias familias, recuerden los días de hoy con cariño y nostalgia, y les platiquen a sus hijos sobre cómo eran las costumbres cuando ellas eran niñas.

Èse es mi deseo de año nuevo para todos ustedes, estimados amigos, que abren las puertas de sus vidas y sus hogares para este blog: deseo que sus vidas de hoy, su tiempo presente, tengan esos momentos de convivencia entre familias, seres queridos y amigos que son felices y vivificantes, y que se conviertan en los recuerdos de quienes en el futuro nos habrán de recordar con nostalgia, ¿què puede ser más gratificante en la vida que ser bien recordado cuando ya no estemos de cuerpo presente?

¡Un feliz año nuevo a todos! Salud y bendiciones…

Rogelio.rios60mail.com



domingo, diciembre 29, 2019

Adiòs, 2019

Fuente: Goggle.com


Por Rogelio Rìos Herràn

Se va el año 2019 y concluye también la segunda década del siglo 21 en un abrir y cerrar de ojos que nos mueve a cuestionar si el tiempo corre ahora más a prisa o, más bien, nosotros nos volvemos más lentos.

¿Què me deja el 2019? Me quedo con una sensación de que somos personas más vulnerables, más sujetos a los vaivenes del poder público, de los ciclos económicos, pero, sobre todo, del avance desaforado de las tecnologías de información.

No sè hasta dónde llegarà esta carrera por entregar el ritmo de nuestras vidas a en el altar de la tecnología, por dejar que las app’s gobiernen por completo nuestro día a día y que “el tiempo real” y estar “online” se conviertan en los estados naturales del hombre.

¡Què locura! ¿Còmo no se va a transformar la democracia como ideal político superior de los hombres con esta rendición incondicional de la privacidad individual a las redes sociales?

¿Còmo pretendemos que el internet (y viene ahora el internet de las cosas) no sea el vehículo ideal para la manipulación política y comercial de nuestras mentes que nos lleva a la mansedumbre cívica y al consumismo irrestricto?

No podemos ser tan ingenuos para no ver lo que nos está pasando: vivimos para el internet, no para servirnos de él.

Las implicaciones sociales y políticas de ese hecho son inacabables, pero no quiero hablar sobre eso, sino sobre cómo también esa condición afecta nuestra capacidad de reflexión y espiritualidad.

Vi en este 2019 mucho menos interés de amigos y conocidos, de líderes de opinión y de figuras públicas relevantes, en las cuestiones filòsoficas y religiosas.

No hablo de la filosofía y la religión como disciplinas acadèmicas, sino como rasgos esenciales de nuestra vida cotidiana, como parte de nuestra moral y fortaleza anìmica que se deriva de una convicción sobre la utilidad de pensar y usar la inteligencia y sentir y poner en práctica la fe religiosa.

Parece que poco o nada de ello importara ya. Es como si la frivolidad del consumismo, no ir más allá de interesarse en cosas inmediatas e irrelevantes, fuera lo de hoy y lo que se ha instalado como una nueva “normalidad”.

Así lo siento entre los mexicanos. El contraste es mucho mayor cuando observo que, alrededor del mundo, el 2019 fue un año de protestas sociales, de críticas a la desigualdad y a los modelos económicos, de gobiernos derribados por ineptos o corruptos (o las dos cosas a la vez), pero en México nada de eso pasó.

Vivimos sumidos en una crisis de inseguridad terrible, la violencia y la criminalidad ya no conocen límites y, sin embargo, a los mexicanos eso no los mueve a exigir a sus gobernantes (al gobierno en turno, no importa què color o ideología tenga) que cumplan con su tarea o renuncien y abran el paso a otros.

Nuestra economía atraviesa por una recesión y aletargamiento profundos y sostenidos desde hace años y los mexicanos solamente se resignan a que así son las cosas.

Solamente entre algunos jóvenes, aunque no todos, se observa descontento e inconformidad por el país en el que les ha tocado crecer y llegar a la edad en que ya se dan cuenta de las cosas, y no les gusta lo que ven y nos reclaman justamente por ello; ¿què les vamos a contestar?

Fue un extraño 2019, es verdad, en que nos amenazan, como mexicanos de a pie que somos, los males de la ineptitud de nuestro liderazgo político, una crisis económica inminente y la virtual “esclavitud digital” que nos atenaza.

Pero, aún así, no pierdo la esperanza. Vendràn tiempos mejores, el pèndulo deberá regresar de su giro hacia la incertidumbre y los mexicanos no perderán su capacidad de reflexionar y orar como guìas infalibles para sus vidas.

Así que, adiòs, 2019; bienvenido el 2020 y una nueva década: nuestro futuro será lo que queremos que sea.

Rogelio.rios60@gmail.com

viernes, diciembre 13, 2019

¡Bravas!

"El Violador eres Tù" en Chile.
Fuente: google.com

Por Rogelio Rìos Herràn

Las protestas públicas de las mujeres en México y varios países de Amèrica Latina son una forma de inconformidad política que, por definición, recurre a cualquier modo de protesta en el cual puedan ser escuchadas: pintas, intervenciones (performances), marchas con gritos y puños en alto.

Fijarnos más en la forma de la protesta que en su fondo es una manera de errar el camino: es olvidar las violaciones, feminicidios, abusos y acosos en mil maneras imaginables por criticar tal o cual barda pintada o aparador roto.

No disculpo ni exonero a nadie por recurrir a protestas que en ocasiones se vuelven violentas, pero no puedo dejar de observar que cualquier incomodidad o daño que pudieran ocasionar en las calles no es ni remotamente comparable a la violencia que ellas sufren.

La ecuación no es aritmètica (“a la violencia recibida respondo con más violencia) sino cualitativa: si no hago lo que tengo que hacer en las calles, no provocarè una reacción en las autoridades ni en la sociedad misma, y seguirè siendo “invisible” como mujer violentada.

No nos perdamos, entonces, en discutir por las ramas cuando es el tronco el que recibe los hachazos de la violencia contra la mujer.

Consideremos lo siguiente:

En México, 6 de cada 10 mujeres mexicanas han enfrentado algún incidente violento durante su vida; el feminicidio es la expresión más violenta de este fenómeno.

Entre enero y octubre del 2019, la incidencia de feminicidios en México continuó en aumento con 809 casos registrados. Con esta tendencia, el año cerrarà con cifras superiores al 2018 y se reafirmarà un dato preocupante: en los últimos cuatro años, el feminicidio se incrementò en 111 por ciento.

En Chile, durante el 2018 hubo 15 mil 533 casos de violación u otros delitos sexuales, lo cual equivale a un promedio de 42 casos diarios o dos casos cada hora.

No nos asombre que desde Valparaìso, en tierras chilenas, haya llegado a todo el mundo el canto “El violador eres tú”, que junto con una intervención llamada “Un Violador en tu Camino” hiciera mundialmente conocido el colectivo LASTESIS, conformado por cuatro mujeres activistas chilenas: Daffne Valdès, Sibila Sotomayor, Paula Cometa y Lea Càceres.

Colectivo LasTesis en Chile.
Fuente: google.com

En reciente entrevista para el diario español El País, el colectivo decía que “nos llena de orgullo darnos cuenta de cómo podemos organizarnos rápidamente entre las mujeres y las disidencias. LASTESIS fuimos el punto de partida, quizá la excusa, de grandes ganas contenidas. La opresión hacia nuestros cuerpos es un lenguaje genérico”.

Se vendan los ojos cuando hacen su performance, nos dicen, porque eso representa a los marchistas heridos en los ojos por los perdigones de los carabineros chilenos: 352 casos reportados por el Instituto Nacional de Derechos Humanos.

“La culpa, la pena, la humillación”, nos dicen las activistas chilenas, “y la vergüenza moral deben sentirla los abusadores y no las mujeres cuyos cuerpos han sido violentados. Es lo realmente importante que se está generando”.

En Chile, en México, en toda Amèrica Latina y Estados Unidos, la protesta femenina debe esforzarse por hacerse escuchar con un ruido más fuerte que el de su opresión. De otra manera, nadie les hará caso.

“Toda mujer posee un arsenal de ira”, escribió la feminista norteamericana Audre Lorde, “potencialmente útil en la lucha contra la opresión, personal e institucional, que está en la raíz de esa ira.

“Bien canalizada, la ira puede convertirse en una poderosa fuente de energía al servicio del progreso y del cambio. Y cuando hablo de cambio, me refiero a la modificación profunda y radical de los supuestos en que se basa nuestra vida”.

No, no son mujeres “mitoteras”, “alborotadoras” ni “feminazis” las que salen a las calles a volcar su enojo y a poner fin a muchas injusticias. Son mujeres bravas, lùcidas y decididas a todo mientras cantan y bailan, ¡què hermosa manera de protestar! Ya no las detendrà nadie.

Rogelio.rios60@gmail.com 

El autor es periodista e internacionalista.


jueves, diciembre 12, 2019

Morenita

Peregrinos guadalupanos. Fuente: google.com


Por Rogelio Rìos Herràn

Guadalupana, Madre de Dios, una naciòn entera eleva en tu dìa sus ojos ante ti, desde su postraciòn, desde su màs absoluta desesperanza, desde los siglos de los siglos en que ha vivido, en la Tierra, el infierno inmerecido de su pobreza y de una vida miserable.

Las madres lloran a sus hijos muertos o desaparecidos en el culto a la violencia en que se ha convertido nuestra Patria, prestos sus hombres a empuñar las armas en contra de sus propios hermanos mexicanos, listos para decapitar, violar, abusar del indefenso y a envilecerse hasta el extremo de lo indecible. 

No saben estas madres si sus hijos viven o mueren, si sus hombres volveràn a casa despuès de cada jornada, si su espìritu materno otrora inquebrantable, otrora amoroso, terminarà hecho pedazos ante el embate de la muerte. Què triste es la madre que perdiò a un hijo, què hondo su dolor. Tù sabes de eso.

Morenita, diles a los mexicanos que su sufrimiento no serà en vano ni sus plegarias desoìdas. Extiende tu manto de rosas para cubrir tanta infelicidad, tanta enfermedad que los aqueja, implacable, y lacera sus cuerpos y sus almas.

Diles, desde el Tepeyac, que hay no sòlo un mañana prometedor que los aguarda en la otra vida, en donde volveràn a encontrarse con los idos, sino que la gloria terrenal es posible, que sus existencias no seràn en vano y que podràn encontrar, aquì y ahora, los que creen y los que no, los que obran el bien o perpetran el mal, la dignidad que da una vida senciilla y feliz.

Los mexicanos peregrinan hasta encontrarte, Suprema, no sòlo al final del camino que lleva a tu Santuario, sino en cada casa, oficina, taller, panaderìa o pecho ilusionado en donde te invocan, màs que a nadie, porque te saben generosa en tu consuelo, infinita en tu misericordia, dolida tambièn como ellos, afligida por tanto sufrimiento de los niños, de los viejos, de los encarcelados y enfermos.

Dales de tu serenidad una gota, para ellos es suficiente para recuperar el aliento perdido. Pon tu mano sobre sus cabezas, alivia su peregrinar constante por esta tierra que les da pocas alegrìas y muchas tristezas. Hazles saber que no han perdido su casa, que Mèxico, el genuìno y el eterno, vive en sus corazones de gente honesta y trabajadora, que no son esclavos, sino amos y señores de sus destinos.

Madre del Divino, abre nuestros corazones, nuestra razòn al sufrimiento ajeno, no permitas que vivamos asì tan insensibles, tan indiferentes a los clamores de justicia y pan de nuestros hermanos mexicanos, los millones de ellos que han quedado fuera del mìnimo nivel de bienestar, los que ven morir a sus hijos y padres de enfermedades, hambre y violencia, los que perdieron la ilusiòn de vivir.

Alivia tambièn desde tu morada al egoìsta, al arrogante y al soberbio que en su codicia acapara y quita a los demàs el pan de la boca, sàlvalo de la condena eterna que acompaña a las malas conciencias, las que nunca encontraràn descanso ni pausa a sus perversos deseos si no abren los ojos. Què culpa tienen ellos, tù lo sabes, de cambiar la eternidad por unas monedas, insensatos, ¿no escucharon a tu Hijo?

Guadalupana, todo te pedimos, nada te ofrecemos. Buscamos tu consuelo, pero no lo ofrecemos a los demàs. Solicitamos tu intercesiòn, pero no intercedemos por el pròjimo. Te amamos, pero no amamos a los otros. Somos hombres y mujeres nada màs, hechos del polvo, encadenados a nuestras pasiones, luchando por conciliar la razòn y la fe, incapaces de amar plenamente.

Aun asì, podràs perdonarnos y escucharnos porque sabràs que no somos malos de corazòn, que no anida en nosotros la perversidad ni la crueldad, que acudimos arrepentidos sinceramente ante ti para salvar a nuestra Naciòn de rodar por el abismo y nosotros junto con ella.

Morenita, hoy y todos los dìas ya no pedimos solamente por nosotros, sino por nuestros hijos, no pedimos por nuestro presente, sino por el futuro de ellos. Escucha estas palabras humildes, oye las plegarias de millones, no nos abandones ahora ni en la hora de nuestra muerte. Amèn.

rogelio.rios60@gmail.com

El autor es periodista e internacionalista.

miércoles, diciembre 04, 2019

Juicio a Trump: a rendir cuentas

Jerry Nadler (centro) preside el Comitè de Asuntos Judiciales
del Congreso de EU. Fuente: google.com



Por Rogelio Rìos Herràn

Mi primera reacción a la noticia de que, finalmente, el Comitè de Inteligencia del Congreso de Estados Unidos había concluido y liberado el 3 de diciembre su reporte con las conclusiones de su investigación para determinar si al Presidente Trump se le podìan sustentar cargos de extorsión, abuso de poder y obstrucción del Congreso y la justicia, todo ello con relación a su actuación ante Ucrania, fue que la democracia estadounidense revivió de su letargo y casi extinción.

Aunque comprendo que esto apenas es la conclusión de la primera fase, que falta mucho camino por recorrer y que será el Senado, dominado por los republicanos, el que finalmente decidirà sobre el juicio político al Presidente Trump, pues al Congreso le corresponde únicamente formular los cargos; aunque estoy consciente de todo eso, reitero, para mì lo valioso de este momento es que el principio de la rendiciòn de cuentas, fundamental en la vida democrática de cualquier nación, será aplicado a la actuaciòn de Trump.

Sin saber con certeza el resultado final de este intento de juicio político al Presidente en turno de los Estados Unidos de Amèrica, la exposición pública de sus maquinaciones políticas, de la imposición de sus preferencias personales sobre el interés público, y de la complicidad de sus funcionarios o, en su caso, del abuso de poder sobre otros servidores públicos, además de su obstrucción de la justicia, revela la medida en que la vida pública estadounidense ha sido degradada por la Administración Trump, y se puede interpretar como un primer castigo a su actuación: he aquí el verdadero rostro del Presidente, su motivación personal y su falta de escrúpulos al anteponer su càlculo político electoral al interés nacional de su país.

En el prefacio del reporte se nos dice lo siguiente:

“La investigación por juicio político ha encontrado que el Presidente Trump, en lo personal y actuando a través de agentes dentro y fuera del gobierno de Estados Unidos, solicitó la interferencia de un gobierno extranjero, Ucrania, para beneficiar su reelección. Para impulsar este esquema, el Presidente Trump condicionò los actos oficiales de un anuncio público por parte del nuevo presidente ucraniano, Volodymir Zelensky, a investigaciones políticamente motivadas, incluyendo una sobre un oponente domèstico del Presidente Trump. Al presionar al Presidente Zelensky para llevar a cabo su demanda, el Presidente Trump retuvo una reunión (en la Casa Blanca) que buscaba desesperadamente el presidente ucraniano y la entrega de ayuda militar crítica para combatir la agresión rusa en Ucrania oriental.

“El Presidente se embarcò en este curso de conducta para el beneficio de su propia reelección presidencial, para dañar las perspectivas electorales de un rival político e influir en la próxima elección presidencial de nuestra nación para su ventaja. Al hacerlo así, el Presidente colocò sus propios intereses políticos y electorales por arriba de los intereses nacionales de Estados Unidos, buscò minar la integridad del proceso electoral presidencial de Estados Unidos y puso en peligro la seguridad nacional de Estados Unidos”.

Como se ve, comparado con lo que se acusa al Presidente Trump, lo de Richard Nixon fue un juego de niños. Nixon tuvo que renunciar a la Presidencia en 1974 para evitar el juicio político y en vista de la evidencia irrefutable de su conducta criminal desde la Casa Blanca.

No sè si el Presidente Trump se vea orillado a lo mismo, pues hasta el momento no ha perdido el apoyo del Partido Republicano, como le aconteció a Nixon, a quien sus correligionarios abandonaron en la hora final de su derrumbe político.

Independientemente de eso, el Presidente Trump empieza a pagar ya por su conducta temeraria en el asunto de Ucrania, al disponer de su investidura y sus poderes para mover las piezas de su gobierno y conseguir ventajas electorales y personales sin importarle el interés superior de su país.

Y empieza a pagar con la revelación pública de sus conductas tramposas, con el testimonio valiente de los miembros del servicio exterior norteamericano que, desafiando a su presidente, acudieron al llamado del Congreso para presentar su testimonio directo y claro sobre su participación en el asunto de Ucrania.

Esto ya es un primer paso hacia la rendición de cuentas, un primer gran paso -diría yo- hacia la restauración de los pesos y contrapesos y, finalmente, un gigantesco salto hacia la reivindicación del sistema político de Estados Unidos frente al resto del mundo, después de su casi hundimiento bajo la Administración Trump.

Es preciso observar este espectáculo de testimonios públicos, acusaciones e insultos del Presidente Trump por las redes sociales, de revelaciones crudas de los políticos haciendo sus bajezas, en fin, es necesario caminar por el pantano de la política estadounidense para llegar a la otra orilla.

Es una travesía penosa, difícil, pero que al final recompensarà a los estadounidenses y a nosotros, los ansiosos observadores del resto del mundo, con la reivindicación de sus instituciones políticas, sus leyes y sus pesos y contrapesos.

Èse es el valor, en mi opinión, de la presentación del informe por parte del Comitè de Inteligencia del Congreso de los Estados Unidos, el cual iniciarà su camino por el Congreso (en el Comitè de Asuntos Judiciales) y llegarà hasta el Senado, el cual tendrá la palabra final sobre la sentencia a Trump.

No sè el resultado final, pero sì sè que desde ahora empezamos a recuperar a los Estados Unidos, gracias a su Congreso, como un baluarte de la democracia en el mundo, un baluarte que ha estado bajo sitio y en derrumbe en los últimos años. Por lo menos, ya se dio el primer paso.

rogelio.rios60@gmail.com





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