martes, diciembre 18, 2012

De periodista a periodista




Por Rogelio Ríos Herrán

Aunque no lo conozco ni había leído algo anteriormente del autor británico-canadiense Tom Rachman (nacido en 1974), me llamó poderosamente la atención el librito que vi en el exhibidor de una librería Barnes & Noble en San Antonio, Texas por su sugerente título, "The Imperfectionists", y por el todavía más sugerente hecho de que quien lo escribió es un periodista que habla sobre el medio periodístico, además de que es su primera novela publicada.

Qué grata coincidencia, pensé, con mis propias cavilaciones sobre lo que es una redacción de periódico, su ambiente, sus personajes y vida propia, especialmente, cuando alguna noticia fuerte electriza literalmente el ambiente y a las personas. No hay otro lugar en el mundo como estar en una redacción (“newsroom”, le llaman los angloparlantes) cuando hay una nota muy impactante en desarrollo: se puede cortar el aire denso y magnetizado de la adrenalina con un cuchillo.

En todo eso he pensado en los últimos años, trabajar como editor (en el “copydesk”, diría Rachman) en un periódico ha sido mi oficio durante casi 15 años, así que comprenderán ustedes por qué de inmediato me atrajo la lectura de la obra de este muy joven escritor que fue corresponsal extranjero para la Associated Press asignado a Roma (el escenario de la trama de la novela) y posteriormente trabajó en París como editor para el International Herald Tribune.

Rachman es entonces un colega para mí, un compañero de edición, alguien que habla el mismo idioma. Tal vez por ello me pareció como si la descripción aguda, irónica y fina que hace de sus personajes y sus funciones, de esa mezcla inevitable de trabajo y vida, o más bien –como todo periodista fogueado sabe- de la rendición completa de la vida personal en aras del oficio, la hubiera escrito no en Londres y recordando quizá sus años en Roma, sino en Monterrey, México, y pensando en el periódico en donde yo trabajo. Así de fieles son sus retratos, así de universal es el oficio de periodista.

Resulta entrañable su relato en cuanto es algo cercano y palpable en mi experiencia inmediata, pero creo además que incluso si el lector que emprende la travesía por The Imperfectionists es ajeno por completo al mundillo periodístico disfrutará por igual la prosa en inglés de dibujante fino de Rachman y le resultará una revelación descubrir a los periodistas de carne y hueso, sus motivaciones, sus afanes y entorno.

En particular, la ambientación de la novela entre el presente y el pasado, entre la fundación del periódico al que él se refiere y su inminente cierre, nos da el contexto real y claro de la incertidumbre en que vive hoy la industria editorial cuando transcurre por una profunda transformación, una que seguramente la sacudirá desde sus fundamentos y hará que se transforme por completo: el paso a la era digital, el adiós a las prensas, el fin de la era del papel.

Cualquiera puede entender ese dilema, con o sin formación de periodista, y Rachman es particularmente incisivo en este punto: qué van a hacer los periodistas, los de carne y hueso, los cuarentones y cincuentones, los de la vieja escuela que no puedan o no quieran adaptarse al periodismo digital; cómo van a seguir ejerciendo un oficio que los abandona día a día para entrar a una nueva etapa en donde las cosas se hacen de manera diferente y todo lo que se sabía con anterioridad, los años de fogueo y experiencia, ya casi no sirven de nada a los ojos de los nuevos “managers” de los medios. Es decir, qué van a hacer los “imperfeccionistas” si su vida entera es el periodismo.

Este fragmento aborda, por ejemplo, ese tema con elocuencia, lo transcribo en inglés:

2004. Otto Group Headquarters, Atlanta

Newspapers were spiraling downward.

Competing entertainments abounded, from cellphones to videogames, from social-networking sites to online porn. Technology was not merely luring readers; it was changing them. Full printed pages didn’t fit onto monitors, so portion size shrank, dicing news into ever-smaller morsels. Instant updates on the Internet bred contemp for day-old headlines in ink. Even the habit of exchanging money for information dwindled-online, payment was merely an option.

As readership plummeted, advertisers fled and losses mounted. But, doggedly, the pay-per-view papers kept at it. They made their daily judgments, produced their digests of the world, laid them out across pages, printed tonight and delivered tomorrow, to be flapped open before bleary breakfast eyes. Fewer eyes, each day.

No sé qué más vaya a escribir Rachman en el futuro, él es un periodista y escritor joven (ver tomrachman.com, su site) así que seguramente nos dará futuras entregas en forma de novelas, además de su trabajo periodístico. Pero en "The Imperfectionists" debutó como novelista con el pie derecho, como se dice, y logró finalmente tender el puente, lograr la comunicación, atrapar al lector -a este lector- como es el sueño de todo periodista, sea reportero, editor o columnista, corrector o redactor. Bien hecho, Tom, colega, por hablarnos de periodista a periodista.

Rachman, Tom. The Imperfectionists. New York: Dial Press Trade Paperbacks, 2010, 281 pp.

rogelio.rios60@gmail.com

Tom Rachman



lunes, noviembre 12, 2012

Va de nuevo: reforma migratoria en EU

 Por Rogelio Ríos Herrán

El anuncio el domingo 11 de Noviembre de la elaboración de un anteproyecto de reforma migratoria por parte de un Senador demócrata, Chuck Schumer (por Nueva York), y un republicano, Lindsay Graham (por Carolina del Sur) , abre, por lo menos, una puerta a la esperanza de unos 11 millones de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos, entre ellos unos 6 ó 7 millones de mexicanos.

Puede ser que, ahora sí, con un segundo periodo de gobierno de Barack Obama en puerta, la conjunción de factores políticos sea favorable al tema migratorio, cuya resolución es uno de los grandes asuntos pendientes de la política estadounidense.

El último gran impulso a la reforma migratoria integral que dieron el republicano John McCain y el demócrata Ted Kennedy en el 2006, estuvo muy cerca de ser aprobado en las cámaras legislativas, sólo para extinguirse en el naufragio de las diferencias partidistas que por momentos parecen insalvables en Washington.

Schumer expresó que él y su colega Graham han elaborado un anteproyecto detallado sobre reforma migratoria que tenga “el verdadero potencial para obtener el apoyo bipartidista basado en la teoría de que la mayoría de los estadounidenses están a favor de la inmigración legal, pero la gran mayoría contra la ilegal”.
Graham dijo con toda claridad, como un mensaje a sus compañeros republicanos de partido, que hay “un muro entre la comunidad hispana y el Partido Republicano”, y que “estamos perdiendo sus votos en cada elección”,

“Una cosa es dispararse en el pie; simplemente no hay que volver a cargar el arma. Intento no recargar el arma cuando se trata de hispanos. Intento derribar este muro y aprobar una reforma migratoria que sea una solución estadounidense a un problema estadounidense”, agregó Graham.

Veremos en los detalles que tan extensa o estrecha resultará esta nueva propuesta legislativa, y veremos también su tortuoso camino por las cámaras legislativas, pero por lo pronto es positivo que el tema migratorio reviva de esta manera para intentar posicionarse como prioridad en la agenda pública de nuestros vecinos del norte.
Graham debe saber también que el problema migratorio no es sólo estadounidense, como él dice, sino mexicano, pues la vecindad geográfica es parte integral del flujo migratorio de mexicanos hacia Estados Unidos, por lo cual, simplemente, no nos pueden dejar fuera a los mexicanos de expresar nuestra voz sobre una reforma migratoria, con el debido respeto a la soberanía estadounidense.

A fin de cuentas, es un problema compartido estrechamente sobre bases económicas entre Estados Unidos y México.
La familia de Schumer desciende de inmigrantes europeos de Rusia y Polonia, y él tiene una reputación en el Senado de ser un constructor de consensos en temas espinosos como la reforma de salud, las regulaciones financieras y la inmigración. Actualmente es el presidente del Subcomité de Inmigración, Refugiados y Seguridad Fronteriza.

Graham, por su parte, apoyó extensamente la propuesta McCain-Kennedy en 2006 y colaboró de cerca con el propio Ted, si bien sus posiciones contra la inmigración indocumentada tienen fama de duras, como en la ocasión en que dijo en 2010 que los hijos de los “ilegales” nacidos en hospitales en Estados Unidos debían ser considerados también “ilegales”. Participa, entre otros, en los subcomités de Crimen y Drogas y de Recuperación de Desastres del Senado norteamericano.

Por lo pronto, si bien Schumer y Graham no son McCain y Kennedy, sin embargo, tal vez sean ellos los que puedan lograr lo que los otros no pudieron. Good luck!

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martes, julio 24, 2012

Con espíritu olímpico





Por Rogelio Ríos Herrán
La llegada de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 crea grandes expectativas de por lo menos darle un respiro a la Humanidad en su incesante camino plagado de crisis económicas, guerras, matanzas, enfermedades y calentamiento global que la asola.

De la misma manera en que España, al borde hoy de necesitar un rescate de la Unión Europea y sumida en una profunda crisis política por el rompimiento entre gobierno y sociedad a raíz de la implementación de medidas anticrisis extremas, ganó unos días de fiesta en junio con el triunfo de su selección nacional de futbol en la Eurocopa 2012, con una soberbia actuación ante Italia en el partido final, así partió el contingente olímpico mexicano a integrarse a los de muchos otros países en la máxima competencia amateur del mundo para, entre otras cosas, darle una bocanada de aire fresco a un pueblo mexicano agobiado.

Con todo y las reservas que le pongamos a la Olimpiada en cuanto a lo costoso de su organización y a lo inoperante que parece ser el espíritu olímpico de sana competencia incluso en el terreno atlético, pues todo mundo hace lo que sea con tal de ganar, y pese a la participación de deportistas profesionales en ramas deportivas (tenis, futbol) en donde se desempeñan como profesionales, no obstante todo eso, no hay emoción comparable a la de ver arder la llama olímpica, una vez más, en el pebetero del estadio el día de la inauguración.

Cualquiera que sea nuestra pasión deportiva, desde el ciclismo hasta la natación o las carreras de maratón, sabemos como practicantes y observadores de esos deportes que llegar a un nivel olímpico de competencia es una hazaña individual y de equipo, fruto de una trayectoria y una disciplina rigurosa del deportista que deja literalmente la vida en el campo.

Por eso, cuando cada atleta mexicano salga a competir, y no importa qué resultado obtenga (medalla o no), sabemos que representa el México al que aspiramos, un país sano en cuerpo y alma, enfocado, disciplinado y resuelto a dar lo mejor de sí mismo en cada ocasión que se le requiera. Ése ideal es nuestro, esa imagen competitiva nos pertenece y es la que colocamos por encima de cualquier otra que sólo refleje lo negativo y oscuro de nuestra nación.

Ir a Londres, entonces, es un viaje de la ilusión hacia una tierra que se abre cada cuatro años y a la cual los mexicanos acuden con entusiasmo y alegría, con la emoción de sentirse cada uno un competidor olímpico y, los más afortunados, medallistas olímpicos, la gloria máxima a que se puede aspirar en la Tierra.



Desde que por televisión vi la entrada al Estadio Olímpico México 68 del sargento Pedraza con su trote tenaz en la competencia de caminata 20k, cuando estalló en júbilo el estadio entero en apoyo de su guerrero azteca que alcanzaría a subir al podio por su medalla de plata; o cuando el “Tibio” Muñoz ganó su medalla de oro en la competencia en natación estilo pecho, sentí desde niño el orgullo de ser mexicano, compatriota de esos valientes que se ponían al tú por tú con cualquiera otro atleta.

Con esa emoción me quedo y espero con ansiedad la inauguración de los Juegos Olímpicos el viernes 27 de julio para observar una de los mejores rostros del hombre.

¡Más alto, más fuerte, más rápido!

viernes, junio 01, 2012

A un mes...


¡En las calles!


Por Rogelio Ríos Herrán



Cuando falta solamente un mes para la jornada electoral del 1 de julio, y conforme corren los días de junio presurosos a la gran cita electoral de los mexicanos, la irrupción de las protestas estudiantiles y del #YoSoy132 junto con la nueva relación amor-odio que la opinión pública tiene con las encuestas son los dos factores de coyuntura que demandarán seguramente toda nuestra atención como ciudadanos.


Los estudiantes, porque inesperadamente sacudieron la arena electoral con sus críticas al candidato priista Enrique Peña Nieto, primero, y contra las grandes televisoras nacionales Televisa y TV Azteca, en segundo término, para terminar presentando -en el contexto de un movimiento estudiantil más general e incluyente que el que al principio se limitaba a los estudiantes de la Ibero- una serie de demandas que apuntan a la mayor democratización y equidad en el manejo de la información por parte de los medios de comunicación electrónicos e impresos y a defender la libertad de expresión.


Las encuestas, porque se han convertido en las nuevas villanas de la escena electoral al pasar a ser percibidas –quizá injustamente en la mayoría de los casos- por la opinión pública como nada menos que instrumentos de manipulación al servicio de los intereses políticos de partidos, candidatos y lo que ahora se llama ‘poderes fácticos’, los grupos de interés que están atrás de los candidatos.


Ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre, reza la conseja popular. Como cualquier instrumento de medición o diagnóstico, una encuesta es tan sólo una fuente de datos a ser interpretada. Todo depende, para seguir con los refranes, del cristal con que se mira. Descalificarlas absolutamente o suscribirlas incondicionalmente no nos lleva a ninguna parte más que al terreno de la confusión ciudadana. Se toman prudentemente como lo que son –un instrumento de medición con sus fallas y reservas-, se usan como referencia y se pasa la hoja, a otra cosa y a considerar otros factores, además de las encuestas, para razonar nuestro voto.


Es muy tentador para analistas y comentaristas reducir la complejidad de la escena electoral a “lo que marcan las encuestas”, a quedarse en interpretaciones ultrasencillas de “las tendencias electorales”, cuando sabemos que, sobre todo en México, las cosas pueden cambiar de un momento a otro por factores imprevistos, desde una crisis financiera del euro en Europa hasta un atentado contra uno de los candidatos.


Igual de tentador resulta para muchos calificar a los estudiantes de jóvenes “manipulados”, “ingenuos”, “alborotadores”, etcétera, en una retahíla de adjetivos calificativos que nos recuerdan –como en 1968- que a la juventud mexicana se le sigue criminalizando simplemente por el hecho de ser jóvenes.


“No saben lo que quieren”, dicen algunos, seguramente porque no han leído esto:


La situación en la que se encuentra México exige que las y los jóvenes tomemos el presente en nuestras manos. Es momento de que luchemos por un cambio en nuestro país, es momento de que pugnemos por un México más libre, más prospero y más justo. Queremos que la situación actual de miseria, desigualdad, pobreza y violencia sea resuelta. Las y los jóvenes de México creemos que el sistema político y económico actual no responde a las demandas de todos los mexicanos. (Primer Comunicado de la Coordinadora del Movimiento Yo Soy 132, 29 de mayo de 2012).


¿Hay ‘primavera mexicana’? Claro que sí y qué bueno por ello. ¿Hay encuestas confiables? Sí las hay, y también de las que se hacen sobre pedido, pues el marketing político es un jugoso mercado al que cada día concurren más y más oferentes y compradores.


¿Va a transformar todo ello de manera radical a la política mexicana? No sé el grado de la transformación, tal vez no termine siendo tan profundo, pero de que habrá cambio, lo habrá y en eso reside lo valioso de todo lo que está pasando en estos días a un mes de la elección presidencial: si las cosas ya no podían seguir igual, mejor que empiecen a cambiar.


Ya basta de ver los toros desde la barrera, ¡bajemos al ruedo!

@rogeliux


rogelio.rios60@gmail.com

Link a #YoSoy132
http://yosoy132.mx/







lunes, marzo 12, 2012

Encrucijada en Siria



Protestas en las calles de Homs.

Por Rogelio Ríos Herrán

Siempre parece que la crisis del momento en algún país, como ahora sucede en Siria, es la que, entre otras cosas, pondrá en evidencia que las instituciones internacionales encargadas de la seguridad y la paz mundiales son obsoletas, no cumplen con su misión elemental, y permanecen como vestigios de una era que ya no corresponde a la realidad del mundo.


El reciente veto de Rusia y China a una resolución que condenaba y sancionaba al régimen sirio de Bashar Assad, cuya cuenta de muertos ya enfila a los 10 mil en aproximadamente un año del surgimiento visible de la protestas internas contra su régimen, es no sólo una muestra de esa obsolescencia, sino el último clavo en el ataúd de la ONU tal y como la conocemos en la actualidad.


El cinismo rampante con que en particular los gobernantes rusos se han comportado en la crisis siria no corresponde ni de lejos al poder real de Rusia en la escena internacional. La antigua superpotencia, la que verá el regreso de Putin al poder después de un intermedio, se aferra a un prestigio y un poderío internacionales que ya no tiene, pero cuyo recuerdo le bastan para erigirse como defensores de Assad y de su sangrienta represión en contra de su propio pueblo.


No valen la pena ni siquiera recordar las palabras textuales con las que el canciller ruso Serguei Lavrov explicó el veto ruso en el Consejo de Seguridad en febrero, no son más que expresiones bajas que en boca de un diplomático de ese nivel rebajan a la imagen de su país en su conjunto, algo que no hace justicia a la lucha de la sociedad rusa, contra toda adversidad, por abrir espacios democráticos en Rusia.


No olvidemos que los rusos son el principal proveedor de armas del Gobierno sirio y que se ha beneficiado Moscú de contratos por varios miles de millones de dólares en los últimos años (unos 4 mil millones de dólares, según el centro de Estudios Estratégicos e Internacionales del Programa Rusia y Eurasia, y unos 160 millones de dólares anuales en 2009 y 2012 según el Instituto Internacional de Estocolomo de Investigaciones para la Paz, citados en CNN México; además de un acuerdo entre Moscú y Damasco por 550 millones de dólares por aviones de entrenamiento militar) y que son las armas surtidas por Rusia las que se utilizan contra la población civil, por ejemplo, de Homs, cañoneada por tanques y bombardeada por los aviones de Assad. Además, desde la época de la Guerra Fría los rusos tienen una base de apoyo logístico naval en Tartus, en la costa mediterránea siria (como se aprecia en un análisis con imágenes satelitales en www.taringa.net).


Dicha situación llevó en febrero al Parlamento Europeo a emitir una resolución en la que se pide al Gobierno ruso que cese inmediatamente sus envíos de armas a Siria y se le solicita una lista de las empresas armamentistas involucradas en esas operaciones para evitar sus exportaciones. Eso explica el veto ruso: no quieren perderse de un gran negocio.


Rusia y China, veto en el Consejo de Seguridad

Los diplomáticos chinos tienen sus razones para haber ejercido el veto (China es el tercer mayor importador de productos sirios), y aunque son igualmente criticables que las de sus colegas rusos, tuvieron por lo menos el decoro de no hacer alharaca y circo como lo hiciera el canciller ruso en una visita a Damasco el mes pasado, para apoyar públicamente al régimen de Assad.


A casi 62 años de la creación de la ONU y de su estructura peculiar de un órgano abiertamente igualitario como lo es su Asamblea General (en donde cada país tiene un voto) en contraste con un círculo cerrado de potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial como lo es el Consejo de Seguridad (5 miembros con derecho a veto –Estados Unidos, Rusia, China, Francia e Inglaterra-, de un total de 15 miembros), la crisis siria, como antes otras innumerables crisis, rebasa a la capacidad negociadora de la ONU, y ni siquiera la urgente visita de Kofi Annan, su ex Secretario General, a Damasco como enviado especial conjunto de Naciones Unidas y la Liga Árabe, pudo lograr una tregua del régimen sirio en su cruel embestida en contra de su propio pueblo. Fue un fracaso rotundo, vergonzoso.


Tal vez por esa conciencia de fracaso de la misión diplomática de Annan es que el fin de semana en Nueva York, durante una reunión del Consejo de Seguridad en la que se trató la crisis siria, William Hague, Ministro de relaciones Exteriores británico, expresó atinadamente que “la situación en Siria proyecta una larga sombra sobre este debate. A los ojos de una mayoría abrumadora del mundo, este Consejo ha fallado de largo en sus responsabilidades hacia el pueblo sirio”.


“Ha fracasado (el Consejo de Seguridad) a la hora de afrontar la opresión brutal de manifestantes pacíficos por parte del régimen sirio, y aún no ha puesto todo su peso y autoridad en apoyo a los esfuerzos de la Liga Árabe”, agregó Hague.


El Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, por su parte, expresó que “el Gobierno sirio ha fracasado a la hora de proteger a su pueblo, al contrario, ha sometido a sus ciudadanos a un ataque militar y a un uso desproporcionado de la fuerza”.


Hizo bien el Gobierno mexicano en sumarse a los llamados a una solución diplomática de la crisis siria y a que el régimen de Assad deje de utilizar la fuerza en contra de sus ciudadanos, desde febrero pasado la Secretaría de Relaciones Exteriores fijó su postura ante el problema: “México hace un llamado a las autoridades sirias a detener el uso de al fuerza, a respetar los derechos humanos y a establecer un diálogo incluyente que satisfaga los legítimos deseos de la ciudadanía”.


¿Qué sigue en Siria? Desafortunadamente, cuando Assad desdeña tanto a la ONU como a la Liga Árabe, lo que se prevé es un escenario de sufrimiento extremo para el pueblo sirio y un conflicto interno, una guerra civil, que se prolongue tanto tiempo como en Libia con el saldo trágico que todos conocemos y el triste fin que le aguardó a Gaddafi. Ni el apoyo ruso ni el chino bastarán al cruel Assad para mantenerse en el poder, a menos que de plano se decida a eliminar a una buena parte de sus compatriotas de la faz de la tierra, ¿hasta allá lo acompañarán los rusos?

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miércoles, febrero 08, 2012

DEFINICIONES


Por Rogelio Ríos Herrán 

Nunca como antes percibo en este 2012 electoralmente agitado entre la gente cercana y en mi comunidad en general no sólo una ansiedad tan grande por las cosas que están sucediendo en México, por la inseguridad y la precariedad de la economía, sino por lo que se puede expresar como la necesidad imperiosa de tomar decisiones, de definirse: ¿vamos o no a cambiar de una vez por todas para ser otro tipo de ciudadanos?



Habrá, por supuesto, durante años y generaciones por venir quienes seguirán siendo ciudadanos a la vieja escuela, la de la pasividad propiciada por un sistema político al cual le convenían ciudadanos poco o nada participativos, indiferentes a la suerte de los demás, poco solidarios, acríticos y cuya actividad política se reducía, si acaso, a acudir a votar el día de las elecciones.


Pero me atrevo a decir que en el horizonte cívico que se divisa esos ciudadanos serán pronto una especie en extinción, una minoría irreductible pero poco significativa para el peso de la vida pública.


Dos factores acuden en apoyo a esa percepción: primero, la formación de generaciones enteras de niños y jóvenes en otros valores cívicos muy diferentes a los que nos inculcaron a sus mayores, con conciencia ambiental, con nociones sólidas de ética y honestidad, con una visión positiva del mundo.


Ellos ya están entre nosotros, ya forman parte de nuestra vida comunitaria, y sus acciones y opiniones empiezan a impactar de manera inmediata la forma en que vivimos.


Niños que ya no tiran basura en las calles, que no hacen bullying, que perciben y critican a sus padres cuando los sorprenden dando “mordidas”.


Jóvenes que muestran un conocimiento profundo y percepción aguda de lo que pasa en Monterrey y en el resto de México, que cuestionan, critican, hablan en voz alta y no se contentan con recibir explicaciones bobas de los políticos ni se resignan a recibir malos tratos de las autoridades.


Y a todos ellos impulsa, como factor adicional, junto a sus padres el hartazgo con la deteriorada calidad de vida que el nuevo siglo trajo para todos nosotros: parece como si la actual clase política local y nacional se empeñara en ganarse a pulso el título de los peores políticos que hemos visto en nuestras vidas.




“Nunca habían robado tanto”, “jamás se habían mostrado tan cínicos”, “ya no se esconden para hacer sus transas”, son las frases que escucho por doquier de gente madura y curtida en los asuntos públicos y que ha observado el paso de varias generaciones de políticos en el poder.


Nada los detiene, es verdad, y con ello ocasionan que se pierda la credibilidad en los partidos políticos y en el sistema político mismo.


Y al perderse la credibilidad, al ciudadano no le queda nada, se ve vulnerable e indefenso ante el embate de la delincuencia y ante la adversidad que representa la incertidumbre económica, el no saber si se mantendrá el empleo actual y el constatar que los salarios cada día alcanzan menos para vivir dignamente.


Entre la espada y la pared, al mexicano así acorralado no le queda más remedio que reaccionar y enfrentar la situación antes de que termine en la debacle social.


Poco a poco, el giro de la conciencia individual hacia una conciencia colectiva y participativa se hace más perceptible de entre la maraña de pasividad que nos ahoga.


Poco a poco, niños, jóvenes y padres de familia comienzan a vivir de una manera diferente en el ámbito inmediato de sus vidas cotidianas, ahí donde no tirar basura y no dar mordida puede hacer toda la diferencia del mundo.


Por eso esta elección presidencial no será ni de lejos un día de campo para cualquier candidato de cualquier partido. No habrá solamente ciudadanos pasivos a la espera de recibir un mensaje y acudir a votar. Por el contrario, habrá una masa crítica lo suficientemente notable como para cuestionar a fondo a cada candidato al grado de hacerles saber, de parte de los ciudadanos, que el mensaje lo da el votante al candidato: no más demagogia, no más promesas incumplibles, no más deshonestidad.


Si hay que definirse, hagámoslo hoy: la soberanía reside en el pueblo, como dice la Constitución que acaba de cumplir 95 años. ¡Recuperémosla!
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lunes, enero 02, 2012

Flamante 2012




Fuente: malcomallison.lamula.pe



Por Rogelio Ríos Herrán


Recién desempacado, brillando de limpio y oliendo a nuevecito, llega el 2012 con ese aire de renovación personal y profesional al que tan afectos somos los mexicanos, pues nunca perdemos la esperanza de que a nuestras vidas lleguen segundas oportunidades y nuevos comienzos a partir de un borrón y cuenta nueva.


A contracorriente de esta sensación, sin embargo, los augurios que nos vienen de fuera del país no son alentadores para la economía si nos atenemos a los discursos de fin de año de dirigentes como Ángela Merkel, de Alemania, y Nicolás Sarkozy, de Francia, quienes en pocas palabras han advertido a sus ciudadanos que el 2012 será nada menos que un año crítico para el futuro de la Unión Europea y de mayores sacrificios para sus ciudadanos.


“Europa atraviesa ahora una de las pruebas de solidez más difíciles en décadas”, dijo la canciller alemana en su mensaje de Año Nuevo, y agregó: “pueden estar seguros de que haré todo lo posible para reforzar el euro. Pero ello sólo será posible si Europa aprende la lección de los errores del pasado. Una de estas lecciones es que la moneda común sólo tendrá éxito si cooperamos más en Europa”.


Por su parte, Sarkozy calificó a la actual como la peor crisis económica desde la Segunda Guerra Mundial, la cual seguirá a través del 2012 y requerirá del estoicismo de los franceses.


“Sé que la vida de muchos de ustedes”, expresó el Presidente francés, “ya desafiada por dos años difíciles, ha sido puesta a prueba una vez más. Están acabando el año más preocupados por ustedes mismos y por sus hijos”.


Remató Sarkozy diciendo que “la única forma de conservar nuestra soberanía, de controlar nuestro destino es elegir… la ruta de reformas estructurales en vez de la de acciones impulsivas que sólo suman confusión y caos sin restaurar la confianza”.


“Solidez a prueba” y “estoicismo” son los temas recurrentes de los líderes alemanes y franceses que gobiernan en los dos pilares de la Unión Europea. Para los mexicanos es crucial seguir de cerca los acontecimientos en Europa y las vicisitudes del euro porque ahí, en ese territorio históricamente tan ligado a México, están en juego también las posibilidades de recuperación económica de la maltrecha economía mexicana.


Ni siquiera Estados Unidos con su poderosa economía podría resistir indemne una crisis europea que llegara al punto de acabar con el euro como moneda común, y con ella, hacer añicos el proyecto de la integración europea. En Washington saben muy bien las implicaciones de un posible derrumbe europeo y están haciendo todo lo posible por intervenir para que eso no ocurra, pues las repercusiones serían incalculables.


“Sin duda, vendrán muchos más cambios en 2012… confío en que tenemos lo que se necesita para afrontar ese cambio y salir incluso más fuertes, para hacer crecer nuestra economía, crear más empleos y revigorizar a la clase media”, expresó el Presidente norteamericano en su mensaje del 31 de diciembre con un ojo puesto al otro lado del Atlántico.


En su respectivo mensaje, el Presidente Felipe Calderón se limitó a refrendar su política de combate frontal a la delincuencia organizada y a mantener a la seguridad pública como la prioridad de sus acciones de gobierno. No hubo mayor atención al panorama internacional y a las crisis económicas que amenazan con afectar a México, y sólo se limitó a decir que “la tarea del Gobierno es garantizar las condiciones para que los proyectos de cada familia se cumplan”.


A pesar del gran contraste entre los discursos de los líderes europeos y norteamericanos con su énfasis en la crisis económica, y el del Presidente mexicano con su enfoque hacia la seguridad, bien haríamos los ciudadanos y empresarios mexicanos en no perder de vista a Europa y su año crítico, y en no dejar que el tema económico siga en segundo plano atrás del de la seguridad en México, pues nuestro destino va ligado irremediablemente al del vecino del norte y al de los vecinos al otro lado del Atlántico.


No habrá recuperación económica mexicana si la economía de Estados Unidos no se reactiva; y no habrá reactivación económica norteamericana si Europa no se recupera y, al contrario, se agudiza su crisis.


Pero, a pesar de todo, mantengamos el optimismo: ¡Feliz Año Nuevo 2012!

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#YoNoMeDistraigo

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