sábado, diciembre 30, 2017

NSS: ¿Y México?



Por ROGELIO RÍOS HERRÁN

Tanto del lado mexicano como del estadounidense en la frontera entre México Y Estados Unidos, nunca ha sido una postura razonable la de negar o desdeñar la importancia de la vecindad geográfica como el factor esencial que guía las relaciones entre ambos países.

Tradicionalmente, los mexicanos hemos sido esa parte de una relación entre dos en la que uno se esfuerza mucho más que el otro para mantener la relación a flote. 

Son innegables las desigualdades o asimetrías de poder entre México y Estados Unidos, pero siempre he pensado (soy muy optimista en mis relaciones) que se puede convivir y prosperar juntos con base a una buena compresión entre ambas partes.

Hemos recorrido mexicanos y gringos una larga búsqueda en los gobiernos y las academias para encontrar el modelo de convivencia adecuado: pasar de hablar de dependencia a interdependencia entre ambas naciones fue un gran avance que se dio desde los años 80s, pero no estamos por lo menos cerca de un final feliz, no importa si son los republicanos o los demócratas los que están en la Casa Blanca.

Al revisar la Estrategia de Seguridad Nacional (NSS por sus siglas en inglés) para el 2018 propuesta por el Presidente Donald Trump y lanzada a la opinión pública el 18 de Diciembre pasado, me doy cuenta de que el camino hacia la plena comprensión mutua entre los vecinos del Río Bravo será “a long and winding road”, como en la canción de los Beatles.

Vaya, para empezar, ni siquiera se nombra a nuestro país: la palabra “México” no existe en ese documento que detalla la doctrina y las acciones a seguir en materia de seguridad nacional del gobierno de USA para el 2018. Ni una MX, nada. Mal comienzo para los mexicanos.

En algún cajón de los múltiples cubículos vacíos del Departamento de Estado se quedó el dossier con los temas sobre la relación de seguridad con México: la Iniciativa Mérida, la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte (ASPAN), la extradición de Joaquín “El Chapo” Guzmán a EU un día antes de la toma de posesión de Trump, los mecanismos binacionales para compartir inteligencia sobre el narcotráfico y el lavado de dinero, etcétera.

No le fue mucho mejor a Canadá, el otro vecino de América del Norte. Sólo mereció un par de líneas en la NSS: “Canadá y Estados Unidos comparten una singular asociación de defensa y estrategia”. Es todo lo que obtuvo Trudeau.

Por lo demás, para la región de América Latina, nombrada no como tal sino como “Hemisferio Occidental” en el documento de la Casa Blanca (¿qué problema tienen con nombrar las cosas como son?) el desafío percibido en Washington es el del crimen transnacional que provoca violencia y corrupción en los países del área.

La acción recomendada va en el sentido de apoyarse en los esfuerzos locales, alentar las culturas de la legalidad y apoyar las iniciativas locales para reforzar las policías y las fuerzas de seguridad. Se incrementará el intercambio de inteligencia para la captura de criminales y el combate a las organizaciones criminales.

Otro objetivo genérico para la región será el de modernizar los acuerdos comerciales para asegurar un “comercio justo” para los intereses norteamericanos. Eso incluye al TLCAN, por supuesto, pero no se le menciona en este apartado.

En lo político, el Presidente Trump pide que otros países del Hemisferio Occidental (se refiere a América Latina) lo apoyen en sus esfuerzos por aislar a Cuba y Venezuela (modelos de “izquierda anacrónica y autoritaria”).

Eso es todo. La complejidad de la relación bilateral México-Estados Unidos, en la cual los temas de economía, migración y seguridad van necesariamente juntos en la realidad del día a día, no tiene cabida en la visión expresada en la NSS. En otro apartado del documento se reitera la intención de construir un muro fronterizo, pero nada más (y sin nombrar a México).

La gran batalla para México es la de ganar la atención y la simpatía de la opinión pública estadounidense, lo han dicho ya muchos especialistas en el tema. Que en un documento oficial de la Casa Blanca ni siquiera se mencione por su nombre a nuestro país dice mucho del Gobierno del Presidente Trump, es cierto, pero dice mucho más de nosotros (sociedad y gobierno mexicanos): ¿qué hemos hecho para que el estadounidense promedio cambie su percepción negativa de México y de los mexicanos?

Ése es nuestro desafío: superar nuestros profundos desacuerdos internos en México para enfrentar lo más unidos posible la adversidad que viene del norte, ganar los corazones de los estadounidenses sin perder los nuestros, ¿lo podremos lograr en el 2018?

rogelio.rios60@gmail.com




viernes, diciembre 29, 2017

NSS: ¿qué mundo perciben?


Por ROGELIO RÍOS HERRÁN

Los días de fin de año no son quizá los más propicios para leer este tipo de documentos, pero decidí revisar la Estrategia Nacional de Seguridad (NSS por sus siglas en inglés)lanzada por el Presidente Donald Trump el pasado 18 de Diciembre porque pensé que en estas fechas relajadas podría entender mejor la visión del mundo que él y su equipo de asesores proponen (ver en www.whitehouse.gov).

Quería, además, quitarme el mal sabor de boca que me había dejado el discurso del Presidente Trump ante la Asamblea General de la ONU en septiembre pasado: combativo, hostil para algunos países cuyos delegados estaban presentes en la sesión y completamente inapropiado en su tono para la estatura del máximo foro mundial.

Pero ni el espíritu navideño ni el relajamiento del fin de año me prepararon para lo que iba a leer: propone la Casa Blanca una estrategia para el siglo 20, no para el 21. Aspira a un mundo que sólo puede existir en su imaginación: países soberanos que conviven y comercian entre ellos sin intermediarios de ninguna especie (organizaciones comerciales o políticas) y cuya búsqueda individual de sus intereses nacionales les hará encontrar la armonía universal (una especie de “mano invisible” geopolítica). 

La paz se asegurará mediante la fuerza y la potencia militar que aporte cada nación: si tú me atacas, te garantizo que te puedo contraatacar y destruir. Un Monopoly, pero con tanques y misiles.

A ver, tal vez me equivoqué, Vuelvo a leer algunos pasajes, pero no, la propuesta sigue ahí, intacta, como una “visión hermosa”: “un mundo de naciones fuertes, soberanas e independientes, cada una de ellas con sus propias culturas y sueños, avanzando lado a lado en su prosperidad, libertad y paz a lo largo del año que viene”.

Las amenazas a Estados Unidos provienen de naciones “revisionistas” del equilibrio de poder como China y Rusia, el terrorismo yihadista es la principal amenaza de seguridad para los estadounidenses, Corea del Norte e Irán son dictaduras represivas que odian a Estados Unidos, la inmigración daña a su economía; de todo ello, la conclusión es que Estados Unidos debe redoblar su capacidad militar, tanto convencional como nuclear, para nunca perder la “superioridad” militar sobre sus rivales, reservándose, por supuesto, el derecho de intervenir militarmente en donde y cuando se consideren amenazados.

¿La ONU? En un par de líneas se menciona en la NSS que debe reestructurarse para devolverla a su cometido original (el cual no se específica).

¿Referencias a la globalización y su impacto geopolítico? No se menciona la palabra “globalización” en todo el documento, mucho menos se incorpora el concepto a su análisis estratégico.

¿Cambio climático? Tampoco se menciona por su nombre en el capítulo dedicado a la energía.

Las continuas referencias al reforzamiento de la capacidad militar estadounidense, a la necesidad de mantener una fuerza armada capaz de actuar en cualquier momento y en cualquier parte del mundo, además de la insistencia sobre el terrorismo yihadista y el peligro que representan Corea del Norte e Irán, adicionalmente al crecimiento militar de China y Rusia, son los puntales de la visión de la NSS: “estos son desafíos políticos fundamentales entre quienes favorecen los sistemas represivos y quienes favorecen a las sociedades libres”, una forma de decir entre buenos y malos.

No suena como una visión para el futuro, sino como una vuelta al pasado. “America great again”, según la estrategia propuesta, aspira a preservar un mundo unipolar que sólo brevemente existió a la caída de la Unión Soviética en 1991, con Estados Unidos como la superpotencia dominante, pero con un toque de los años 50: blandir amenazas inminentes y letales (antes el comunismo, ahora el terrorismo islámico)para apropiarse de poderes y facultades extraordinarias de gobierno, atemorizar a la población y cerrar los más posible el país al mundo (lo cual llevaría a EU incluso más atrás en el tiempo hasta el aislacionismo de principios del siglo 20).

¿Dónde están Harvard, Yale y Princeton con sus académicos de relaciones internacionales? ¿Qué fue de los poderosos “think thanks” conservadores que producen profundos reportes y estudios estratégicos por toneladas? 

¿Por qué no consultaron en la Casa Blanca a Henry Kissinger, quien, a sus 90 y pico de años, les hubiera dado (gratis) un par de lecciones sobre estrategia y geopolítica en la servilleta durante el almuerzo? ¿O a Condoleezza, Madeleine o -sí- a Hillary?

El documento de la NSS se hubiera beneficiado mucho con su asistencia y asesoría: no se puede omitir la globalización como concepto en ningún análisis serio de las relaciones internacionales en el siglo 21; el sistema internacional ya no gira exclusiva ni pincipalmente en torno a los estados-nación; sobre el cambio climático no se discute si existe o no -eso ya está superado- sino cómo va a afectar a cada nación, no se puede ignorar; explique bien, por favor, ese trabalenguas del “realismo de principios” (“principled realism) que haría a Hans Morgenthau revolverse en su tumba, etc., hubieran dicho los académicos con delicioso sarcasmo mientras le regresan al alumno su “paper” con observaciones para que lo corrija.

Pero es demasiado tarde para eso. La NSS ya es un documento oficial y será la guía para la seguridad de todo el Gobierno estadounidense en lo interno y lo externo para el 2018, de ahí se derivarán decisiones de vida o muerte alrededor del mundo. 

Se refleja en él una corriente de pensamiento conservador que peca de reduccionismo, es verdad, y que no incluyó a un conservadurismo más ilustrado (en la academia, por ejemplo) que hubiera aportado seguramente una visión más refinada del mundo y de las amenazas a la seguridad estadounidenses para una discusión de mayor nivel.

Faltaría una cosa: México, ¿cómo queda en la NSS? Se los comentaré en la próxima columna.

rogelio.rios60@gmail.com






miércoles, diciembre 27, 2017

2017: migración incesante



Por ROGELIO RÍOS HERRÁN

Se quedaron tan marcadas en mi mente las continuas imágenes de los migrantes de la guerra de Siria, de quienes vienen de Afganistán, Iraq y de quienes lo hacen desde África, sobre todo en su cruce mortal por el mar Mediterráneo, que me resulta imposible reflexionar sobre el 2017 sin pensar que ha sido un año que nos reveló en toda su crudeza lo hondo y trágico de ese fenómeno.

Uno no puede levantarse en las mañanas, tomar una ducha caliente, preparar el café y estar al pendiente de llevar a las hijas a la escuela, para después regresar a casa a desayunar sabroso antes de empezar la jornada laboral, sin tener presente a los cientos de miles de migrantes hacinados en campos de refugiados o muertos en las aguas furiosas que los ahogan al hundir sus frágiles embarcaciones.

Es como si sus gritos se escucharan en la cocina de la casa, como si su sufrimiento se pudiera ver desde las ventanas y al abrir la puerta estuvieran ahí. No están lejos en otra parte del mundo, ellos viven ya en nuestras conciencias.

Igual percibo desde hace años a los cientos de miles de migrantes centroamericanos que cruzan México rumbo a los Estados Unidos. Y, desde hace muchas décadas, a los mexicanos que deciden emigrar al vecino del norte para buscar mejor fortuna y que se arriesgan a emprender un viaje peligroso e incierto solamente para encontrar principalmente discriminación y rechazo en tierras estadounidenses.

Quiero plantear la presencia de los migrantes como algo que forma parte de mi vida personal porque cuando se recurre a las cifras de los flujos de migrantes se le da una magnitud numérica al fenómeno, es verdad, pero se pierde el toque personal, el calor humano que nos debe unir a ellos.

El 18 de diciembre pasado se conmemoró el Día Internacional del Migrante establecido por la Organización de Naciones Unidas. Según cifras disponibles para 2015, se estimó un total de 243.7 millones de migrantes internacionales, un 3.3% de la población mundial.

México ocupa el segundo lugar mundial entre los países expulsores de migrantes con un total de 12.3 millones, contra la India en primer lugar (15.6 millones) y Rusia en tercer puesto con 10.6 millones.

Hay unos 12 millones de mexicanos residiendo en Estados Unidos, de los cuales 5.9 millones están sin documentos. Entre todos enviaron 23 mil 908 millones de dólares de remesas a México entre enero y octubre del año que termina. En este mismo lapso del 2017, hubo un total de 135 mil mexicanos deportados a su país (todas las cifras provenientes de la ONU, ver www.gob.mx/conapo).

Falta en esas cifras el toque humano: la separación brutal de las familias de indocumentados por los agentes de inmigración en Estados Unidos; el tráfico criminal de migrantes a través de embarcaciones vulnerables en el Mediterráneo; las trabas en varios países europeos (Hungría, por ejemplo) al paso de los migrantes, en fin, el desdén hacia quien peregrina lejos de su tierra en busca de una vida mejor.

Nada de eso nos dicen las cifras: vivir en campamentos degradantes, pelear por comida y medicinas, cuidar desesperadamente a los hijos al cruzar el mar, vaya, no disponer siquiera de agua caliente para una ducha que alivie las fatigosas jornadas.

Definitivamente, este 2017 no fue un año bueno para los migrantes, como muchos años anteriores y, me temo, como muchos años por venir. Les debemos a ellos, nos debemos a nosotros, por lo menos un poco de solidaridad y compasión para su sufrimiento, ¿cuándo llegará una solución integral a este fenómeno?

rogelio.rios60@gmail.com






martes, diciembre 12, 2017

Morenita



Por ROGELIO RÍOS HERRÁN

Guadalupana, madre de Dios, una nación entera eleva hoy sus ojos ante ti, desde su postración, desde su más absoluta desesperanza, desde los siglos de los siglos en que ha vivido, en la Tierra, el infierno inmerecido de su pobreza y de una vida miserable.

Las madres lloran a sus hijos muertos o desaparecidos en el culto a la violencia en que se ha convertido nuestra Patria, prestos los hombres a empuñar sus armas en contra de sus propios hermanos mexicanos, listos para decapitar, violar, abusar del indefenso y a envilecerse hasta el extremo de lo indecible. 

No saben esas madres si sus hijos viven o mueren, si sus hombres volverán a casa después de cada jornada, si su espíritu materno otrora inquebrantable, otrora amoroso, terminará hecho pedazos ante el embate de la muerte. Qué triste es la madre que perdió a un hijo, qué hondo su dolor. Tú sabes de eso.

Morenita, diles a los mexicanos que su sufrimiento no será en vano ni sus plegarias desoídas. Extiende tu manto de rosas para cubrir tanta infelicidad, tanta enfermedad que los aqueja, implacable, y lacera sus cuerpos y sus almas.

Diles, desde el Tepeyac, que hay no sólo un mañana prometedor que los aguarda en la otra vida, en donde volverán a encontrarse con los idos, sino que la gloria terrenal es posible, que sus existencias no serán en vano y que podrán encontrar, aquí y ahora, los que creen y los que no, los que obran el bien o perpetran el mal, la dignidad que da una vida sencilla y feliz.

Los mexicanos peregrinan hasta encontrarte, Suprema, no sólo al final del camino que lleva a tu Santuario, sino en cada casa, oficina, taller, panadería o pecho ilusionado en donde te invocan, más que a nadie, porque te saben generosa en tu consuelo, infinita en tu misericordia, dolida también como ellos, afligida por tanto sufrimiento de los niños, de los viejos, de los encarcelados y enfermos.

Dales de tu serenidad una gota, para ellos es suficiente para recobrar el aliento perdido. Pon tu mano sobre sus cabezas, alivia su peregrinar constante por esta tierra que les da pocas alegrías y muchas tristezas. Hazles saber que no han perdido su casa, que México, el genuino y el eterno, vive en sus corazones de gente honesta y trabajadora, que no son esclavos sino amos y señores de sus destinos.

Madre del Divino, abre nuestros corazones, nuestra razón al sufrimiento ajeno, no permitas que vivamos así tan insensibles, tan indiferentes a los clamores de justicia y pan de nuestros hermanos mexicanos, los millones de ellos que han quedado fuera del mínimo nivel de bienestar, los que ven morir a sus hijos y padres de enfermedades, hambre y violencia, los que perdieron la ilusión de vivir.

Alivia también, desde tu morada, al egoísta, al arrogante y al soberbio que en su codicia acapara y quita a los demás el pan de la boca, sálvalo de la condena eterna que acompaña a las malas conciencias, las que nunca encontrarán descanso ni pausa a sus perversos deseos si no abren los ojos. Qué culpa tienen ellos, tú lo sabes, de cambiar la eternidad por unas monedas, insensatos, ¿no escucharon a tu Hijo?

Guadalupana, todo te pedimos, nada te ofrecemos. Buscamos tu consuelo, pero no lo ofrecemos a los demás. Solicitamos tu intercesión, pero no intercedemos por el prójimo. Te amamos, pero no amamos a los otros. Somos hombres nada más, hechos del polvo, encadenados a nuestras pasiones, luchando por conciliar la razón y la fe, incapaces de amar plenamente.

Aún así, podrás perdonarnos y escucharnos porque sabrás que no somos malos de corazón, que no anida en nosotros la perversidad ni la crueldad, que acudimos arrepentidos sinceramente ante ti para salvar a nuestra Nación de rodar por el abismo y nosotros junto con ella.

Morenita, hoy y todos los días ya no pedimos solamente por nosotros, sino por nuestros hijos, no pedimos por nuestro presente, sino por el futuro de ellos. Escucha estas palabras humildes, oye las plegarias de millones, no nos abandones ahora ni en la hora de nuestra muerte. Así sea.

rogelio.rios60@gmail.com

(Publicado originalmente en el periódico El Norte).

martes, noviembre 28, 2017

Adiós, Rosario



Por Rogelio Ríos Herrán

Muchas maneras habrá de honrar la memoria de Rosario Green (1941-2017), de hablar sobre su larga trayectoria diplomática y sus logros en la ONU, pero prefiero recordarla en el salón de clases cuando yo estudiaba la carrera de Relaciones Internacionales en El Colegio de México (entre 1977 y 1981).

Apasionada de su cátedra, conocedora profunda de América Latina, en su curso sobre los problemas contemporáneos latinoamericanos nos revelaba su dominio total del tema, pero con un plus que todo buen maestro sabe dar: su involucramiento a fondo, su compromiso por hacernos conocer, leer profusamente, tener herramientas para discutir sobre una región que es, además de objeto de estudio, nada menos que nuestra propia casa, el lugar común que compartimos los latinoamericanos.

Nunca le alcanzaba el tiempo normal de la clase para acabar de abordar y comentar los problemas latinoamericanos. Invariablemente, nos pedía al final de cada sesión “¡Cinco minutitos, muchachos!” para redondear sus ideas, los cuales, también invariablemente, se extendían a 10 ó 15 minutos. Jamás me pesó quedarme esos 15 minutos extras en el salón, al contrario, a veces continuábamos la plática en la cafetería.

Rosario tenía el toque humano hacia sus alumnos, sabía cómo conectar con nosotros, venía de Ciencias Políticas de la UNAM, le brotaba la conciencia política por todos sus poros, en fin, yo no sé de dónde la salía tanta energía.

Por eso me dolió mucho la noticia de su partida, porque se murió mi maestra querida que me hizo aprender tantas cosas y a mirar a América Latina de una manera conocedora e involucrada y nos dio la dosis adecuada para acercar esos extremos.

Muchos años después, escribí -en una de las columnas que yo publicaba en el periódico El Norte- sobre Claude Heller, esposo y compañero de vida de Rosario, cuando Heller fue Representante Permanente de México ante las Naciones Unidas, a propósito de una intervención del embajador mexicano en el Consejo de Seguridad. 

Para mi grata sorpresa, Rosario me escribió unas líneas de agradecimiento sobre mi artículo y me comentó sobre una labor muy interesante en la que ella participaba junto con otras mujeres que habían destacado en la diplomacia y el servicio público de sus países, aquí las reproduzco:

From: Rosario Green
Sent: Jueves, 04 de Diciembre de 2008 01:17 PM
To: Editorialistas El Norte
Subject: Cartas A ELNORTE


Rogelio, me gustó tu artículo. Te añado un dato, Madeleine Albright fundó cuando terminó su mandato, un mecanismo cobijado por el Aspen Institute que anualmente reúne a los ex cancilleres que compartimos mandato. Esto nos ha permitido a un grupo de cerca de 20, mantener un contacto y una amistad que creo que todos apreciamos mucho. Este año nos reunimos en Copenhage y el año que entra será en Estambul. No es una reunión social sino de trabajo y hemos abordado diversos e importantes temas como cambio climático y seguridad, y conseguimos espacio en algún importante diario como el NYTimes o el Washington Post y publicamos un op ed al respecto.
Un saludo, Rosario.

De ese nivel eras, Rosario. Muchas gracias por tus lecciones en el aula y fuera de ella. Adiós, maestra.

rogelio.rios60@gmail.com



domingo, noviembre 19, 2017

Bonn, las ganas de avanzar



Por ROGELIO RÍOS HERRÁN

Bien dijo Angela Merkel, la Canciller alemana, durante la reunión sobre cambio climático de la ONU de este año (concluida el 18 de noviembre) que este tema “es un asunto que determina nuestro destino como humanidad”.

A ello agregaría yo lo dicho por la mexicana Patricia Espinosa, secretaria ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, en el sentido de que “hay un apoyo unánime al pacto global de lucha contra el cambio climático”. Pero agregó: “Necesitamos más acción y mayor ambición, y las necesitamos ya”.

Una “hoja de ruta” sobre las acciones a seguir y el establecimiento de un “diálogo facilitador” (Diálogo de Talanoa, nombrado así por la tradición de negociación y diálogo en Fiji y las islas del Pacífico) por los gobiernos reunidos en Bonn, Alemania, para la conferencia denominada COP 23 Fiji (presidida por esta nación isleña) ha sido el resultado de una reunión en donde se reconoció que, si bien hay esfuerzos en marcha, éstos no han sido suficientes para acercar a los países a las metas propuestas de disminución de emisiones de carbono.

Por ello la importancia de medir mediante los mecanismos convenidos los avances de cada país y verificarlos constantemente a través de reuniones como la de Bonn y mediante el trabajo permanente de los funcionarios de la Convención Marco.

La tarea es complicada, pero se puede llevar a cabo de mejor manera en un marco multilateral como el de las Naciones Unidas que propicia la asociación de países en alianzas para combatir el cambio climático. No hay lugar para lobos solitarios.

México, por ejemplo, junto con Corea del Sur, Mónaco, Suiza, Liechtenstein y próximamente Georgia, participa en el denominado Grupo de Integridad Ambiental comprometido con alcanzar sus metas de disminución de emisiones de carbono para el 2030 en el marco de Naciones Unidas.

La cobertura mediática de la reunión nos habla del reconocimiento de que la mayoría de los países se están “quedando cortos” en su esfuerzo por disminuir las emisiones de carbono. Se señalaron desacuerdos añejos sobre los elevados costos de la transición hacia energías limpias para países subdesarrollados, la mayor responsabilidad que deben asumir los países desarrollados, etcétera.

Pero no obstante los desacuerdos, es alentador constatar que el foro de Naciones Unidas es muy útil para estas discusiones y que el Acuerdo de París 2015 no sólo sigue vigente, sino que ya se transformó en un mecanismo dinámico con protocolos, metas y mediciones sobre sus avances. 

A pesar de los puntos de vista encontrados entre algunas naciones, pesó más la percepción de la magnitud de la amenaza del cambio climático sobre el planeta. Un gran paso.

Fue la propia Merkel quien reconoció que Alemania es de los que se están “quedando cortos” en cuanto a cumplimiento de metas, para no dejar dudas de que lo que se requiere para enfrentar este problema es una firme voluntad de reconocer las carencias, pero sin perder la visión a largo plazo.

El Gobierno mexicano anunció que como parte de sus acciones se designará próximamente el Parque Nacional Revillagigedo (en las Islas Revillagigedo que ya fueron consideras patrimonio mundial natural por la Unesco en 2016) como zona marítima protegida (con la prohibición de la pesca) con una extensión de 14.8 millones de hectáreas, el mayor de su tipo en América del Norte, según dijo en la reunión Rafael Pacchiano, Secretario del Medio Ambiente y Recursos Naturales.

La transición de las energías fósiles hacia las energías alternativas limpias está en marcha. Sabemos ya que el cambio climático es un problema no solamente de origen natural, sino agravado por la interferencia del hombre. El avance hacia una nueva era energética sin combustibles fósiles será costoso y gradual, pero es inevitable. 

Todo eso ya es sabiduría compartida sobre el cambio climático por las naciones reunidas en Bonn, en donde podemos aplaudir que se exhibieron las ganas de avanzar. Que nada nos detenga en esa ruta.

rogelio.rios60@gmail.com

  




sábado, noviembre 11, 2017

Palabras y misiles

Madeleine Albright. Fuente: Google.com

Muy buen consejo sobre diplomacia de una experta:

“The purpose of foreign policy is to influence the policies and actions of other nations in a way that serves your interests and values. The tools available include everything from kind words to cruise missiles. Mixing them properly and with sufficient patience is the art of diplomacy. The challenge is often greatest when the goal is to push or pull a country across the line separating international scofflaws from respectable members of the world community. I faced such challenges repeatedly as Secretary of State, especially when dealing with a turbulent Iran, a stubborn Libya, and a repressed Cuba.”

Madeleine Albright, Secretaria de Estado de los Estados Unidos 1977-2001

From “Madame Secretary. A Memoir.” New York: Miramax Books, 2003, p.319.

jueves, octubre 12, 2017

‘¿Hacia dónde vamos, Esteban?’

La pobreza anula oportunidades a los mexicanos.
Fuente: Google.com

Por ROGELIO RÍOS HERRÁN

Una de las primeras preguntas que le hicieron a Esteban Moctezuma Barragán al terminar su plática en Monterrey en la cual presentó a ciudadanos y a la organización civil PROpuesta Ciudadana un breve panorama del proyecto de política social que prepara para la campaña de Andrés Manuel López Obrador, resonó fuerte en la sala de la Universidad Metropolitana de Monterrey sede del evento: en cuestión de desarrollo humano, ¿hacia dónde vamos los mexicanos? ¿Qué proponen ustedes para cambiar las cosas?

Fue en este punto que Esteban se salió del discurso técnico más centrado en cuestiones económicas y de políticas públicas (que como economista y ex funcionario federal maneja muy bien), para responder directamente y de manera más personal lo siguiente: todo el conjunto de las políticas sociales que se le propondrán al candidato presidencial de Morena tiene como punto de partida ubicar al ser humano en el centro de las políticas sociales.

De ahí tendría que construirse una relación de lo que él llamó “alianza” entre Gobierno y sociedad, no de confrontación o competencia como la que actualmente existe. A medida que – en su opinión- maduran la sociedad y las organizaciones del denominado Tercer Sector (conformado por ONGs de todo tipo sin fines de lucro, filantropistas, organizaciones de microcréditos, etcétera, que complementan al Primer Sector -Gobierno- y al Segundo Sector integrado por las empresas e iniciativa privada con fines de lucro), el cambio gradual de nuestra cultura política abriría el espacio para esa alianza que, de lograrse, me parece que sería inédita en México.

Se asocian las propuestas de López Obrador en la opinión pública casi exclusivamente con el tema de la lucha anticorrupción (la “mafia en el poder”), y no es un tema menor. Pero no es el único tema relevante, pues la presentación de Moctezuma reafirmó en nuestro ánimo que es en las políticas sociales en donde verdaderamente se empezaría a cambiar al país.

Combatir la corrupción que degrada a México es una tarea indispensable. Pero no lo es menos combatir la desigualdad y la falta de oportunidades para los mexicanos sumidos en la pobreza y excluidos de casi todo tipo de beneficios sociales que no alcanzan siquiera a vislumbrar una vida diferente a la que llevan.

Va a estar muy interesante conocer, a partir del 20 de noviembre, la propuesta social completa que se difundirá con el fin, nos explicó Esteban, de aceptar observaciones y críticas de los ciudadanos. Será una prueba de fuego para ese proyecto, la opinión pública mexicana es dura e incisiva y ya no hace concesiones de ningún tipo.

No son ajenos los mexicanos a los programas sociales que con todas sus virtudes y defectos se han implementado en otros sexenios para ayudarlos, pero si realmente se les presenta un modelo distinto a lo ya visto y que dé mejores resultados, podría ser ésta la marca distintiva del sexenio de AMLO -más que la lucha anticorrupción- en caso de que llegara a la Presidencia.

Que metan a un político a la cárcel le da gusto a muchos mexicanos, es verdad, pero no les acerca más comida a sus mesas ni incrementa las oportunidades de educación y salud para sus hijos.

En cambio, que reciban los mexicanos los beneficios de un nuevo modelo de política social tendría un efecto mucho más duradero en sus vidas y abriría oportunidades a futuro a sus hijos.

¿Qué padres de familia mexicanos no preferirían lo segundo? Me parece que hay en el área de la propuesta social un tema lo suficientemente sólido como para moverlo al centro de una campaña electoral. López Obrador -o el candidato que así lo hiciera- tendría de esa manera una plataforma para recoger los anhelos y las demandas desesperadas de los pobres, los marginados y "los olvidados" -por recordar la película de Luis Buñuel- que luchan día a día para meramente subsistir.

Alfonso Romo (izq.), AMLO (centro) y Esteban Moctezuma.
Fuente: Google.com
Hubo, además, en la sesión comentarios y criticas puntuales a la presentación: que se considere desaparecer a la Sedesol (una maquinaria para atraer votos), de la que alguna vez fue titular Moctezuma; que se incluya en el proyecto de manera más relevante a la población indígena; que si tendrán los amlistas la voluntad y capacidad para enfrentar a las mafias del poder y a los intereses creados; en fin, que es urgente empezar a cambiar a México, pero ¿tendrán los tamaños para hacerlo si gana AMLO?

Seguramente tomó nota de ello Esteban Moctezuma. Quien haya seguido su trayectoria no le negará su capacidad analítica ni su disposición a la negociación y al diálogo, ni su estilo personal mesurado que se agradece entre tantos políticos estridentes. No sé hasta dónde llegará su relación con AMLO y Morena, pero lo que está armando como propuesta de desarrollo social ya es un buen paso para elevar el nivel de la inminente campaña electoral presidencial: como dicen en Sinaloa, ¡topen eso!

rogelio.rios60@gmail.com


domingo, octubre 08, 2017

Se va 'El Bronco'

Jaime Rodríguez montado en su caballo.
Fuente: Google.com


Por Rogelio Ríos Herrán

No es una sorpresa la decisión de Jaime Rodríguez, “El Bronco” (o “El Brinco”, como le llama ahora el columnista regiomontano Ramón Alberto Garza), de contender por la Presidencia de la República como candidato independiente en el 2018; él mismo lo había manifestado en varias ocasiones y, por lo demás, el sistema político le ofrece más incentivos que barreras para lanzarse a una nueva aventura electoral. No veo cómo hubiera dicho “no” a sus aspiraciones presidenciales.

Deja atrás, por supuesto, la indignación de muchos nuevoleoneses que creyeron a pie juntillas en sus palabras y que aparentemente no tomaron debida nota de que el “chapulineo” llegó para quedarse en la política nacional y en la vida pública nuevoleonesa.

Eso es lo que más duele a los ciudadanos: que a pesar de que lo prometan una y otra vez, los políticos no hacen honor a su palabra y dan el salto de una posición a otra sin terminar lo que tienen ni cumplir con sus responsabilidades. ¿Para que prometen si no van a cumplir?

Tal vez seguimos siendo ciudadanos de corte tradicional, medio ciegos a un sistema político que ya se transformó -desde hace tiempo- en una máquina de candidaturas y elecciones, en la cual muchos políticos no piensan en cómo gobernar bien, sino en cómo ganar la próxima elección.

Hablo de incentivos del sistema para una candidatura independiente a la Presidencia porque las condiciones están dadas para que quien se lance por esa vía pueda dar una buena pelea. Además, en el camino, es decir, en la candidatura misma, se gana mucho -aunque se pierda la elección- en términos de exposición pública, recursos públicos y privados, currículum político, etcétera, y en lo que yo llamaría posicionamiento a nivel nacional: convertirse en una figura pública en todo México para seguir posteriormente en las lides electorales.

Jorge G. Castañeda, quien libró el mismo una larga batalla por las candidaturas independientes en México, lo señalaba desde inicios del 2016:

“Más allá del tiempo que falta y de lo esquivas que resultan las carreras de caballo a estas alturas, es evidente que por lo menos con el Gobernador de Nuevo León (Jaime Rodríguez), a dos años y medio de las elecciones, un candidato independiente es competitivo. Destaca, por cierto, un fenómeno vaticinado por varios. Entre agosto y diciembre de 2015, AMLO perdió 10% al figurar El Bronco en la boleta. Los 10% se van con él” (en su obra “Sólo así: por una agenda ciudadana independiente”. Penguin Random House Grupo Editorial, 2016, p. 75).

Los que hoy quizá no se vayan con él son el millón de nuevoleoneses que votaron por Jaime Rodríguez en el 2015, una masa indignada con justa razón por el despecho de quien enamoró a una novia, pero la abandonó después, por ponerlo en términos que gustan a los norteños.

¿Leyó “El Bronco” a Castañeda? ¿Sopesó a fondo los costos y beneficios de su decisión? ¿Valdrá la pena llevar en su persona, de ahora en adelante, la marca de un “chapulineo” que él siempre había negado que haría? ¿No le da pena dejar la Gubernatura de Nuevo León a estas alturas?

Después de este año de temblores y desastres naturales, no obstante el desgaste en el poder de políticos como “El Bronco” que llegaron a su cargo rodeados de altísimas expectativas ciudadanas, y considerando el nivel de hartazgo ciudadano con prácticamente todo lo que huela a política y gobierno, aun así coincido con Castañeda en que la vía independiente será un factor importante en el 2018:

“Gane o pierda con un caudal de votos significativo, una candidatura independiente puede sacudir a la clase política, estremecer a la partidocracia, obligar a una reforma político-electoral y a reconfigurar el sistema de partidos, y devolverle confianza a la población en las elecciones, en las instituciones y en la política en general. Ya no es un acicate, sino un petardo; ya no es una competencia, sino un peligro de vida”. (Íbidem, p. 59).

Los partidos políticos, por su parte, no se van a quedar cruzados de brazos viendo como una o varias candidaturas independientes les dan la pelea o les arrebatan el poder. Falta ver su respuesta (como la del Frente Ciudadano Nacional que apoyan el PAN, el PRD y Movimiento Ciudadano) y la puesta en marcha de su experiencia y grandes recursos en la arena electoral. Nadie va a regalar nada en el 2018.

Así que no gastemos toda nuestra desilusión en la salida de Jaime Rodríguez de la gubernatura de Nuevo León, guardemos una reserva para lo que viene el próximo año en torno cuestiones que me parecen esenciales: ¿Quién dará realmente la cara por los ciudadanos y recogerá sus voces? ¿Quién le cumplirá a la sociedad lo que le promete sin bajarse a la mitad del camino? ¿Quiénes se olvidarán de lo electoral para ponerse a gobernar? ¿Los partidos o los independientes?

rogelio.rios60@gmail.com




viernes, septiembre 22, 2017

México a prueba

Una voluntaria ayuda en los rescates en la CDMX.
Fuente: google.com

Por Rogelio Ríos Herrán

Tiene mucho de reminiscencias prehispánicas el ciclo que desde el siglo pasado vive la sociedad mexicana en su relación con el Gobierno: cada tanto en tanto, a golpes de huracanes y temblores, de sequías e inundaciones, de migraciones y desplazamientos de refugiados, se rompe por unos momentos la subordinación tradicional de los mexicanos a sus autoridades y se libera el impulso enérgico y magnífico de los ciudadanos que toman el destino en sus manos.

Como en el renacimiento del fuego nuevo de los aztecas cada 52 años, el temblor del 19 de septiembre pasado, justo en el aniversario del terrible terremoto de 1985, nos hizo revivir las escenas de solidaridad desbordada de los habitantes de la Ciudad de México hacia sus congéneres en desgracia.

Igual que hace 32 años, la primera reacción fue la de los capitalinos mismos, ahora con una mayor coordinación con sus autoridades, pero sin dejar de criticar la imprevisión y la corrupción gubernamentales, así como sin escatimar su desdén hacia los políticos y funcionarios que aprovechan el suceso para lucirse en los reflectores.

Esta vez, sin embargo, siento que el contexto es distinto al de tres décadas atrás. Que el centro político y económico del país haya sido casi paralizado por el temblor es grave por sí mismo, pero a ello debemos sumar los daños en Puebla y Morelos y la más reciente devastación en Oaxaca y Chiapas.

Si consideramos además los daños de las tormentas tropicales y huracanes como el “Frankin” que golpeó en agosto a Veracruz, nos damos cuenta que México es un territorio sumamente vulnerable a los fenómenos naturales y que ni la mejor voluntad de sus autoridades ni la heroica resistencia de su sociedad civil bastan para aliviar totalmente la situación en el corto plazo ni nos permite pensar en una reconstrucción a largo plazo.

No alcanza para todo lo urgente, no son suficientes los recursos disponibles ni la capacidad de movilización del Estado para atender tantos desastres que se dan de manera casi simultánea y que dejan muchas víctimas. Es una triste realidad que es preciso enfrentar. Hoy se atiende a la Ciudad de México, pero ¿a costa de desatender a Oaxaca y Chiapas? Eso sería entendible, aunque inaceptable.

Vista de la CDMX tras el terremoto.
Fuente: google.com
Aplaudo la propuesta de Enrique Krauze sobre la formación de una Comisión Nacional de Reconstrucción con participación ciudadana y una contraloría internacional (ver en www.letraslibres.com) para los estados de Oaxaca, Chiapas, Puebla, Morelos y la Ciudad de México, pues va en el sentido de que el horizonte de grandes desastres que enfrentamos demanda respuestas extraordinarias y la concentración de recursos en tareas útiles, no en dispendios electorales ante la proximidad del 2018.

Tal vez tendría que convertirse, sin embargo, en una Comisión de carácter permanente. Seguirá temblando en el Eje Volcánico sobre el cual está montado el México central, vendrán cada año más tormentas tropicales y huracanes de fuerzas devastadoras, las sequías e inundaciones en nuestro territorio no cesarán.

Los mexicanos tendremos que aprender a vivir no sólo con la historia en mente, sino con la geografía. Recuerdo que el historiador y geógrafo Bernardo García Martínez -recientemente fallecido- proponía en sus “Consideraciones corográficas” sobre México (en la “Historia General de México” publicada por El Colegio de México, 1977) no separar las dos grandes dimensiones de la realidad humana: la histórica y la geográfica.

Para García Martínez, “las dos dimensiones deberían estar tan estrechamente unidas en el conocimiento como lo están en la realidad; por eso, algún día debiera la historia conquistar ese territorio de la dimensión espacial… no separar nunca más el tiempo del espacio”.

Solamente la plena consciencia de los mexicanos sobre nuestra realidad geográfica puede ayudarnos a enfrentar las adversidades naturales que seguramente vendrán. La orientación de todos nuestros recursos y buena voluntad sobre la consideración de nuestra vulnerabilidad ante la Naturaleza nos hará más fuertes y nos permitirá estar mejor preparados para lo que venga.

Me parte el corazón observar los esfuerzos titánicos de gente de la calle, soldados, marinos, rescatistas de todo el país y del extranjero, que salvan a personas atrapadas bajo los escombros en la Ciudad de México y de otras poblaciones. Ojalá que como nación lleguemos algún día al punto en que, en los próximos temblores, la planeación rigurosa de las construcciones evite al máximo el desmoronamiento de edificios y casas y la muerte de tantos mexicanos.

Frida, la perrita rescatista de la Marina.
Fuente: google.com
Somos “hijos de la tierra que tiembla”, como nos llamó el antropólogo Eric Wolf, y nuestro subsuelo volcánico no conoce el descanso, no tiene término su actividad subterránea. Al final de la quinta era, nuestra propia era según los antiguos mitos prehispánicos (después de terminadas las cuatro eras anteriores por el derrumbe del cielo sobre la Tierra, las tormentas, el fuego y las inundaciones, respectivamente), el final llegará en la forma de un terremoto cataclísmico.

Como hombres modernos que somos, plantemos frente a los mitos la racionalidad científica que nos ayude a romper la fatalidad de los ciclos de desastres. No separemos nuestra historia de nuestra geografía. No dejemos que México se nos vaya de las manos.

rogelio.rios60@gmail.com






jueves, septiembre 21, 2017

"¿Por qué con AMLO?"

Romo en la plática.
Fuente: fotografía propia.
Por Rogelio Ríos Herrán

Se puede conocer la sinceridad de un hombre cuando se le escucha hablar cara a cara, cuando se mete al ruedo de los encuentros presenciales con ciudadanos y líderes de opinión de los que no siempre sale todo mundo bien librado.

Los gestos no mienten, el tono de voz delata si alguien habla por hablar o porque trae una convicción profunda sobre lo que dice, la mirada de cada quien es un espejo de su alma. Nada de eso se puede ocultar en un “face to face”.

El Ingeniero Alfonso Romo invitó a platicar el 20 de septiembre en Monterrey a miembros de PROpuesta Ciudadana (que impulsa Verónica Sada) y a ciudadanos y líderes de opinión a una plática “en corto” sobre sus motivos para apoyar a Andrés Manuel López Obrador (dirigente de Morena) y su proyecto de nación en las elecciones del 2018.

Asistí con la esperanza de escuchar a una persona interesante decir cosas igualmente interesantes, y no salí decepcionado. Romo tiene una habilidad natural para exponer y hacerse explicar, producto seguramente de su larga trayectoria empresarial y de incontables juntas de negocios. Pero no se queda ahí, al hombre se le desborda la convicción sobre su apoyo político a un proyecto de nación que dará sustento a la candidatura presidencial de AMLO.

Es ciertamente Alfonso un ave rara en el horizonte empresarial: ¿Cómo a un gran empresario, y para colmo de Monterrey, se le ocurre siquiera dar su apoyo al Peje, el “peligro para México”?, se preguntan muchos en la Sultana del Norte. ¿Qué no sabe que nos va a convertir en otra Venezuela, que nos va a quitar nuestras propiedades, que cerrará las escuelas privadas?, repiten otros con un celo religioso según lo ven en las redes sociales.

De todo ello habló Romo de frente, sin rodeos. Las preguntas y comentarios de los asistentes no fueron complacientes, todo lo contrario. Hubo intervenciones muy críticas, cuestionadoras y desafiantes que el expositor recibió y respondió con buen ánimo. Al final, el hilo conductor de la conversación fue el de las posibilidades de una transformación real en México y de la capacidad de AMLO de “cambiar el rumbo del país” (como dijo Romo) si en el 2018 gana la Presidencia de la República sobre la plataforma de Morena.

El sentido de urgencia sobre hacer algo, participar e involucrarse a fondo en las tareas que se necesitan para aliviar a México y darle una nueva orientación al Gobierno, un sentimiento compartido por los presentes, fue el motivo central para que Romo y un equipo de trabajo (quienes no son miembros de Morena, sino que lo hacen como aportación externa) se dieran a la tarea de elaborar un plan de gobierno que será presentado a la opinión pública el día 20 de noviembre próximo.

Después, el 15 de diciembre, se darán a conocer los nombres de quienes integrarían el Gabinete de AMLO. Esto es importante porque se me ocurrió preguntarle a Romo cómo le van a hacer en Morena para evitar que la campaña presidencial de López Obrador gire exclusivamente en torno a su persona y no sobre su proyecto.

Es decir, cómo difundir ampliamente una propuesta de gobierno que vale la pena conocer cuando, por el carisma y fuerza de atracción del Peje los medios de comunicación y los ciudadanos se fijarían en lo cotidiano (la frase ingeniosa del día, las declaraciones banqueteras, su rancho La Chingada, el pleito verbal con fulano o mengano, etc.) por sobre sus propuestas de gobierno.

Una vez nombrado el gabinete, me contestó Romo, sus integrantes saldrán a recorrer el país, a presentarse en foros de todo tipo, a dar la cara a los medios, a hablar y difundir el proyecto de nación. Preparémonos entonces, pensé de mi parte, a recibir a los nuevos apóstoles que difundirán un “Gospel” duramente trabajado y pulido para capturar la atención de una ciudadanía severamente golpeada por la desconfianza hacia la clase gobernante y los partidos políticos.

Me interesa, por supuesto, escuchar esas propuestas y ver si López Obrador, en su último intento por ganar la Presidencia, puede llevar a cabo -si resultara vencedor- una buena parte del mismo en apenas seis años.

AMLO y Alfonso Romo.
Fuente: google.com
A partir del 20 de noviembre se establecerá una vara muy alta en cuanto a propuestas de campaña para cambiar a México, a ver qué otros contrincantes pueden no sólo saltar esa valla, sino ponerla más alto. Que sea una confrontación de propuestas, no de personalidades.

Por los nombres del equipo presidencial amlista que manejó Romo (los cuales se conocerán el 15 de diciembre), está claro que López Obrador mantiene un fuerte poder de convocatoria en torno a su liderazgo social. Más que demagogia y rollos electorales, lo que se presente será fruto de un trabajo de expertos no partidistas, ajenos a las lides electorales y profundamente preocupados por México.

Quienes compartimos esa preocupación esperaremos atentos. Mientras tanto, me resultó grato departir entre personas de distintos giros de la vida, con intereses sociales y políticos divergentes, pero que no pierden la capacidad de sentarse juntos a dialogar sobre México y que difícilmente nos hubiéramos reunido por nuestra cuenta en la calle, gracias a Alfonso Romo por una velada tan agradable.


rogelio.rios60@gmail.com

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