domingo, octubre 08, 2017

Se va 'El Bronco'

Jaime Rodríguez montado en su caballo.
Fuente: Google.com


Por Rogelio Ríos Herrán

No es una sorpresa la decisión de Jaime Rodríguez, “El Bronco” (o “El Brinco”, como le llama ahora el columnista regiomontano Ramón Alberto Garza), de contender por la Presidencia de la República como candidato independiente en el 2018; él mismo lo había manifestado en varias ocasiones y, por lo demás, el sistema político le ofrece más incentivos que barreras para lanzarse a una nueva aventura electoral. No veo cómo hubiera dicho “no” a sus aspiraciones presidenciales.

Deja atrás, por supuesto, la indignación de muchos nuevoleoneses que creyeron a pie juntillas en sus palabras y que aparentemente no tomaron debida nota de que el “chapulineo” llegó para quedarse en la política nacional y en la vida pública nuevoleonesa.

Eso es lo que más duele a los ciudadanos: que a pesar de que lo prometan una y otra vez, los políticos no hacen honor a su palabra y dan el salto de una posición a otra sin terminar lo que tienen ni cumplir con sus responsabilidades. ¿Para que prometen si no van a cumplir?

Tal vez seguimos siendo ciudadanos de corte tradicional, medio ciegos a un sistema político que ya se transformó -desde hace tiempo- en una máquina de candidaturas y elecciones, en la cual muchos políticos no piensan en cómo gobernar bien, sino en cómo ganar la próxima elección.

Hablo de incentivos del sistema para una candidatura independiente a la Presidencia porque las condiciones están dadas para que quien se lance por esa vía pueda dar una buena pelea. Además, en el camino, es decir, en la candidatura misma, se gana mucho -aunque se pierda la elección- en términos de exposición pública, recursos públicos y privados, currículum político, etcétera, y en lo que yo llamaría posicionamiento a nivel nacional: convertirse en una figura pública en todo México para seguir posteriormente en las lides electorales.

Jorge G. Castañeda, quien libró el mismo una larga batalla por las candidaturas independientes en México, lo señalaba desde inicios del 2016:

“Más allá del tiempo que falta y de lo esquivas que resultan las carreras de caballo a estas alturas, es evidente que por lo menos con el Gobernador de Nuevo León (Jaime Rodríguez), a dos años y medio de las elecciones, un candidato independiente es competitivo. Destaca, por cierto, un fenómeno vaticinado por varios. Entre agosto y diciembre de 2015, AMLO perdió 10% al figurar El Bronco en la boleta. Los 10% se van con él” (en su obra “Sólo así: por una agenda ciudadana independiente”. Penguin Random House Grupo Editorial, 2016, p. 75).

Los que hoy quizá no se vayan con él son el millón de nuevoleoneses que votaron por Jaime Rodríguez en el 2015, una masa indignada con justa razón por el despecho de quien enamoró a una novia, pero la abandonó después, por ponerlo en términos que gustan a los norteños.

¿Leyó “El Bronco” a Castañeda? ¿Sopesó a fondo los costos y beneficios de su decisión? ¿Valdrá la pena llevar en su persona, de ahora en adelante, la marca de un “chapulineo” que él siempre había negado que haría? ¿No le da pena dejar la Gubernatura de Nuevo León a estas alturas?

Después de este año de temblores y desastres naturales, no obstante el desgaste en el poder de políticos como “El Bronco” que llegaron a su cargo rodeados de altísimas expectativas ciudadanas, y considerando el nivel de hartazgo ciudadano con prácticamente todo lo que huela a política y gobierno, aun así coincido con Castañeda en que la vía independiente será un factor importante en el 2018:

“Gane o pierda con un caudal de votos significativo, una candidatura independiente puede sacudir a la clase política, estremecer a la partidocracia, obligar a una reforma político-electoral y a reconfigurar el sistema de partidos, y devolverle confianza a la población en las elecciones, en las instituciones y en la política en general. Ya no es un acicate, sino un petardo; ya no es una competencia, sino un peligro de vida”. (Íbidem, p. 59).

Los partidos políticos, por su parte, no se van a quedar cruzados de brazos viendo como una o varias candidaturas independientes les dan la pelea o les arrebatan el poder. Falta ver su respuesta (como la del Frente Ciudadano Nacional que apoyan el PAN, el PRD y Movimiento Ciudadano) y la puesta en marcha de su experiencia y grandes recursos en la arena electoral. Nadie va a regalar nada en el 2018.

Así que no gastemos toda nuestra desilusión en la salida de Jaime Rodríguez de la gubernatura de Nuevo León, guardemos una reserva para lo que viene el próximo año en torno cuestiones que me parecen esenciales: ¿Quién dará realmente la cara por los ciudadanos y recogerá sus voces? ¿Quién le cumplirá a la sociedad lo que le promete sin bajarse a la mitad del camino? ¿Quiénes se olvidarán de lo electoral para ponerse a gobernar? ¿Los partidos o los independientes?

rogelio.rios60@gmail.com




1 comentario:

Daniel dijo...

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