Por ROGELIO RÍOS HERRÁN
Se metieron no sólo hasta la cocina de nuestras casas los
smartphones, tabletas y laptops, sino hasta el alma misma de nuestros hijos. Como
nuevos miembros de nuestras familias, esos aparatos han traído utilidad y
alegrías, es verdad, pero también una serie de grandes dolores de cabeza.
No hay fronteras para ello: les pasa a los mexicanos,
a los chinos, a los rusos y, por supuesto, a los estadounidenses.
Tanto así que ahora dos de sus grandes accionistas norteamericanos
le han planteado a Apple (los inventores del iPhone) un par de interrogantes
que abarcan igualmente al mundo de las tecnologías de la información: ¿qué
impacto tienen sus productos y servicios en las personas en todo el mundo? ¿Cuál
es su responsabilidad en ello, especialmente cuando su uso (y abuso) llega a
ser nocivo y a tornarse adictivo entre los consumidores?
Éste es el sentido de Jana y la Manzana (Apple) en el título de
este artículo. Resulta que uno de los accionistas de peso que ha respaldado a
Apple desde hace mucho tiempo es Jana Partners LLC, quien es coautor de una
carta dirigida el 6 de enero al consejo de administración de Apple para pedirle
que atienda -en bien de la empresa y sus accionistas- la cuestión del impacto profundo
de sus productos, como el famoso iPhone, entre sus consumidores,
particularmente los más vulnerables: niños y adolescentes.
Eso lo hace Jana en conjunción con el Sistema de
Retiro de los Maestros del Estado de California (CALSTRS, por sus siglas en
inglés), pues ambas entidades han invertido en Apple una cantidad de 2 mil
millones de dólares, así que su voz seguramente será escuchada por los
directivos de la empresa con Tim Cooke (su director ejecutivo) en primer
término.
La carta a la Manzana se ha hecho pública. Se puede
consultar el texto completo en el website thinkdifferentlyaboutkids.com,
y va firmada por Barry Rosenstein (de Jana) y Anne Sheehan (de CALSTRS), e
incluyen en ella sus teléfonos en Estados Unidos por si desea usted comunicarse
y hacerles llegar sus comentarios: (212) 455 0900 y (916) 414 7410.
Comentan ellos en la carta: “hemos revisado la
evidencia y creemos que hay claramente una necesidad para Apple de ofrecer a
los padres más alternativas y herramientas para ayudarles a asegurarse de que
sus jóvenes consumidores estén utilizando sus productos de una manera óptima”.
Lo que han encontrado Jana y CALSTRS es que, si bien a
lo largo de los años el iPhone se ha vuelto un producto icónico entre jóvenes y
adolescentes, por otro lado “podría tener consecuencias negativas no
intencionales” al menos entre los usuarios más jóvenes.
El terso lenguaje de los accionistas viene acompañado,
sin embargo, de datos duros verdaderamente angustiantes, resultado de estudios
encargados a especialistas de gran nivel:
*Universidad de Alberta, Center on Media
and Child Health: un 67% de 2 mil 300 maestros encuestados observó que el
número de estudiantes distraídos negativamente por tecnologías digitales en el
salón de clases está en crecimiento. Un 75% opinó que la habilidad de los
alumnos para enfocarse en las labores educativas ha decrecido.
*Dijo un maestro: “veo a jóvenes que antes
solían salir al recreo a la hora del lunch y participar en la actividad física
y la socialización. Ahora, muchos estudiantes se sientan durante la hora del
lunch y juegan con sus dispositivos personales”.
* Los adolescentes que emplean más de 5
horas al día (contra los que emplean menos de una hora) en sus dispositivos
electrónicos son 51% más susceptibles a tener menos de 7 horas de sueño. Dormir
mal puede derivar, en el largo plazo, en obesidad y presión arterial elevada.
*Universidad de California en Los Angeles
(UCLA): una investigación arrojó que, después de 5 días sin permitir
dispositivos personales en un campamento al aire libre, los niños observados se
desempeñaron mucho mejor en cuanto a su empatía con los demás.
*Asociación de Psicología Americana (APA):
Un 58% de 3 mil 500 padres encuestados en Estados Unidos afirma que están
preocupados por la influencia de los medios sociales en la salud física y
mental de sus hijos. El 48% dice que regular las horas de acceso de sus hijos a
las pantallas de sus dispositivos es una “batalla constante”. El 58% de plano
dice que siente que sus hijos están “atados” a sus smartphones o tabletas.
*El adolescente promedio en Estados Unidos
que usa un smartphone recibe su primer aparato a los 10 años de edad y emplea
unas 4.5 horas al día en su uso (eso sin incluir mensajes de texto ni llamadas
de voz).
*El 78% de los adolescentes estadounidenses
revisan su teléfono por lo menos cada hora y el 50% confiesa que se siente “adicto”
a sus smartphones.
Impresionante, ¿verdad? No puedo dejar de leer esta
información sin sentir la piel de gallina, pues soy padre de dos hijas
adolescentes mexicanas para las cuales, es verdad, el smartphone es parte
inseparable de sus vidas, y su madre y yo libramos esa “constante batalla” que
se menciona en la carta a Apple.
Para los accionistas queda en claro una cosa, a la luz
de la evidencia: “sería un desafío al sentido común argumentar que este nivel
de utilización, por parte de niños cuyo cerebro aún está en desarrollo, no está
teniendo por lo menos un impacto o que el fabricante de dicho producto no tiene
un papel que cumplir al ayudar a los padres a asegurarse de que se esté usando
óptimamente.”
No soy accionista de Apple, pero sí un consumidor de
sus productos. No importa en qué parte del mundo me encuentre, sus productos y
universo digital están presentes en la vida de mi familia y comparten nuestro
día a día hogareño. Eso me hace sentir como parte de la empresa al ubicarme en
el eslabón final, el más importante y el que le da la razón de existir y
prosperar hasta ser una de las compañías con mayor valor en el mundo: el
consumidor.
Como consumidor, espero no solamente las nuevas
versiones del iPhone, sino algo que ya es inaplazable y urgente para muchos
padres de familia: ¿qué va a hacer Apple para combatir, junto con nosotros sus
consumidores, los efectos nocivos en niños y jóvenes del uso no óptimo y
excesivo de sus productos?
Sorpréndenos, Tim Cook.
Rogelio.rios60@gmail.com