sábado, diciembre 19, 2020

REMESAS SIN POLÍTICA

Fuente: Google.com

 

Por Rogelio Ríos Herrán

A lo largo de sus dos años de gobierno, el Presidente López Obrador se ha referido en repetidas ocasiones a las remesas o envíos de dinero de los mexicanos (principalmente desde Estados Unidos) a las familias en su suelo natal.

Al Presidente le gusta referirse a ellos como “héroes sociales”, por sus envíos de dinero, y llega incluso al grado de “agradecer su apoyo” al Gobierno, como si enviar una remesa fuera una especie de voto de confianza a la Cuarta Transformación que encabeza López Obrador.

Más recientemente, en su mensaje del 1 de diciembre en Palacio Nacional con motivo del segundo aniversario de su toma de posesión del cargo, nombró a las remesas como “milagro social”, continuando así con su uso frecuente del lenguaje y metáforas religiosas de tipo cristiano.

Nada más errado. Las remesas no son un “voto” a favor de ningún político en México, sino un acto privado del ámbito familiar que en efecto, tiene amplias repercusiones sociales, pero que no significa, en absoluto, que se apoya o no a López Obrador.

Como fenómeno de repercusiones económicas, los envíos de dinero del exterior a México se han transformado en una de las principales fuentes de ingreso de divisas al país, de ahí su enorme importancia.

Las cifras más recientes del Banco de México nos dicen que, entre enero y octubre de este año, se recibieron en el país 33,564 millones de dólares por concepto de remesas, una cantidad de grandes proporciones que da la idea precisa de la importancia de estos envíos.

Comparado contra el 2019, cuando se recibieron 30 mil millones de dólares en el mismo periodo enero-octubre, el volumen de ese dinero se elevó en 10.4 por ciento.

Además, revela el Banco de México, el promedio por cada envío llegó a 339 dólares entre enero y octubre, lo cual representa un aumento del promedio de 326 dólares registrado el año pasado.

En marzo pasado, el envío de dinero del extranjero superó los 4 mil millones de dólares en un mes. En septiembre y octubre, el nivel se mantuvo por arriba de los 3,500 millones de dólares respectivamente.

En este momento, después de las exportaciones ligadas al sector automotriz, las remesas representan la segunda fuente de divisas para México.

No se equivoquen, Sr. Presidente, Sres. Gobernadores, diputados y senadores que se llenan la boca al referirse a los “héroes migrantes” o al “milagro social” de las remesas: los mexicanos que envían dinero a sus familias a México no lo hacen pensando en ustedes, para nada.

Cuando piensan en ustedes, más bien los perciben como una de las causas de su emigración: su incapacidad y torpeza, su ambición por el poder, su falta de visión como políticos, son factores que, además de las circunstancias personales y familiares, los orillaron a tomar la decisión crucial de salir de México para buscar mejores oportunidades.

Si quieren ver “votos de confianza” o “apoyos” en los envíos de remesas, no hacen otra cosa que el ridículo y ponen en evidencia su simple y llano oportunismo político, cosa para la cual los políticos mexicanos se pintan solos.

Arreglen el país, hagan a un lado sus eternos conflictos políticos y su corrupción, renuncien a su insaciable ambición de poder, dejen de tener delirios de grandeza, señores, y pidan perdón a los migrantes que, por culpa de los malos gobiernos, se tuvieron que ir de su madre patria.

No jueguen con los migrantes, no manipulen a las remesas, ¡pónganse a trabajar por México!

miércoles, diciembre 16, 2020

Morenita virtual

Fuente: google.com


Morenita virtual

Por Rogelio Ríos Herrán


Si “la fe mueve montañas”, como está escrito, entonces la devoción sobrevivirá al internet. El peregrino de hoy, en México, tiene un nuevo nombre: “ciberperegrino”.

No le faltará a la Vírgen De Guadalupe en su día, 12 de diciembre, el rezo y la pleitesía de sus más devotos seguidores, pero habrá de llegarle a teledistancia, como se dice ahora.

Uno de los recuerdos más intensos de mi niñez ocurrió durante un viaje familiar a la Ciudad de México y la visita indispensable a la Basílica de Guadalupe, mucho antes de que el nuevo templo fuera construido.

La gente caminaba cuadras y cuadras, a lo largo de la Calzada de Guadalupe, para entrar finalmente al templo; una parte de ese peregrinaje lo hacían de rodillas algunos hombres y mujeres.

Sí, de rodillas, y eso se quedó grabado para siempre en mi mente. El dolor visible en los gestos, los pantalones y faldas ensangrentados en la zona de las rodillas por el golpe de la piel contra el pavimento.

Así pedían los peregrinos, así pagaban una manda. Una devoción profunda los impulsaba a hacer cualquier sacrificio, con tal de ofrecer algo a la Morenita para que ella intercediera en su favor y se le otorgara la petición o se hiciera el milagro.

Ese recuerdo me viene a la cabeza cada vez que leo, año con año, en el 12 de diciembre, que serán millones los mexicanos que acudirán al Santuario al pie del cerro del Tepeyac en el día de la Guadalupana.

En este 2020, se esperaba la visita de nada menos que 10 millones de mexicanos, casi todos ellos concurriendo el mero día 12 de diciembre, un verdadero mar de gente que hoy, a la vista de la emergencia sanitaria que padecemos, parece no sólo inconveniente e inoportuno, sino sumamente peligroso.

Ante el enorme riesgo que eso implicaba, las autoridades de la CDMX y el Rector de la Basílica decidieron mantener cerrado el templo del 10 al 13 de diciembre. La Arquidiócesis de México pidió a los guadalupanos adelantar o atrasar para otros días la visita a la Vírgen, dando validez a una visita extemporánea, es decir, que no sucediera el 12 de diciembre.

Además, y esto es lo novedoso de este año, se abrirá la señal por internet de la misa que se celebra a la medianoche del 11 de diciembre y en la que se acostumbra cantar “las mañanitas” a la Guadalupana por parte de cantantes y mariachis.

Para las personas de cierta edad y condición de salud, la prudencia aconseja convertirse en ciberperegrinos, para desde casa seguir la liturgia a detalle y volcar a la distancia su devoción.

Tiempos modernos, ni duda cabe, y tiempos diferentes. ¿Se demerita con ello la devoción? ¿Pierde fuerza la petición por no caminar de rodillas al Santuario? No lo creo así, al contrario, me parece que esa devoción sigue más viva que nunca si busca y encuentra las formas de evadir el riesgo de coronavirus y, al mismo tiempo, encontrar alivio para su espíritu.

No es menos peregrino un “ciberperegrino”, es lo que quiero decir. La forma de llegar y postrarse ante la Virgen puede ser distinta, caminando o conectándose a la red, pero no pierde un gramo de su fuerza.

Mostrar ante la Guadalupana la capacidad de adaptarse y cuidar la vida propia y la de los demás al acudir a ella mediante el internet, será más placentero a sus ojos, estoy seguro, que arriesgar la vida en medio de una pandemia con la presencia física ante el altar.

Sus bendiciones descenderán también sobre los “ciberperegrinos”.

Felicidades en tu día, Morenita del Tepeyac.


AMLO: la fatiga del poder

  Por Rogelio Ríos Herrán  Al poco tiempo de empezar las conferencias matutinas (“las mañaneras”) en el arranque del gobierno de López Obra...