viernes, septiembre 29, 2023

AMLO: a un paso del abismo


Por Rogelio Ríos Herrán

 

Desde los municipios fronterizos de Chiapas con Guatemala capturados por delincuentes, pasando por las fosas clandestinas descubiertas en Acapulco, cruzando las carreteras mortales de Zacatecas y hasta las calles de Monterrey adornadas de bolsas con restos humanos, la violencia de los delincuentes es abierta y rampante.

 

Hay alguien, sin embargo, que no se ha enterado de ella: el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien prefiere calificar a esas atrocidades en contra de los mexicanos como “propaganda” para desprestigiar a su gobierno y a la Cuarta Transformación.

 

A un año de terminar su gestión en la presidencia de la república en septiembre del 2024, López Obrador insiste en refugiarse en su realidad alterna para no ver el abismo que divide sus pretensiones de los resultados concretos.

 

Ese abismo se ha vuelto permanente e insalvable. No puede esperar nada la sociedad mexicana de quien es incapaz de percibir la barbaridad de la violencia en contra de los mexicanos y, por tanto, se niega a rectificar su estrategia de “abrazos, no balazos”.

 

A dos enemigos enfrenta, entonces, la nación mexicana: uno, el crimen organizado que la abusa, la mata, la extorsiona y la desaparece; otro, un gobierno nacional inepto y corrupto hasta la médula de sus huesos, que no puede cumplir con la elemental función de proporcionar seguridad a sus gobernados.

 

Frente a esa situación, la carrera por la sucesión presidencial intenta distraer la atención de la opinión pública lejos de la casi centena de muertos y desaparecidos que, día a día, incrementan su conteo estadístico en México.

 

¿Qué interés puede tener para el mexicano de la calle tal o cual candidata a la presidencia en vista de las amenazas sobre su vida e integridad personal?

 

¿Cómo pensar en plataformas políticas cuando millones de mexicanos no tienen seguro ni el sustento del día?

 

Desde ahora, yo no veo cómo se podrá librar la elección general del 2024 de un alto porcentaje de abstencionismo. 

 

Peor que el odio es la indiferencia, se repite en muchas canciones de amor; el voto ausente en las urnas nos dirá que el gobierno nacional, el sistema de partidos políticos y las instituciones políticas se han vuelto irrelevantes para una gran parte de la ciudadanía.

 

Todo tiene un precio en la política: la degradación profunda del Estado y las instituciones bajo la mano de AMLO y la Cuarta Transformación está ya a la vista, excepto para el que se niega a reconocerla.

 

Un país así no se había visto desde el primer cuarto del siglo 20. Cien años después, en el siglo 21 aunque por causas distintas, la actual degradación de funcionarios e instituciones nos lleva al mismo punto de partida de la Revolución Mexicana: ¿qué aprendimos en un siglo como país? ¿Nada?

 

Así veo la situación actual en México: en una orilla del risco, la sociedad mexicana vive anhelante y temerosa porque ya no tiene a dónde ir sin caer al vacío. 

 

En la otra orilla, el gobierno de la Cuarta Transformación y su líder fallido López Obrador, los partidos políticos y la clase gobernante entera nos observan a la distancia esgrimiendo banderas, megáfonos, pitos y flautas para llamar la atención.

 

A su lado, desafiantes y altaneros, los delincuentes organizados calculan cuánto más nos podrán extorsionar y matar en complicidad o por la omisión de los gobernantes con quienes conviven sin problemas.

 

Entre nosotros y ellos está el abismo. No se le ve fondo, no parece tener fin. Un paso más y nos tragará en el 2024.

 

¿Qué vamos a hacer al respecto?

 

@rogeliux



 

viernes, septiembre 22, 2023

El huracán de Marcela Turati

 


Por Rogelio Ríos Herrán 

 

Terminé la lectura de “San Fernando: Última Parada. Viaje al Crimen Autorizado en Tamaulipas (México: Penguin Random House Grupo Editorial, Colcción Aguilar, 2023, 419 pp.) con la misma sensación de haber corrido una distancia larga, 15 o 20 kilómetros, a pleno sol y sin agua: emocional y físicamente exhausto ante lo que leí.

 

La periodista Marcela Turati, su autora, nos presenta en su libro el resultado de varios años de investigación periodística sobre sucesos extremadamente violentos ocurridos en San Fernando, Tamaulipas, entre 2010 y 2011: asesinatos en masa de migrantes centroamericanos y mexicanos, descubrimiento de fosas de entierros clandestinos de personas, ausencia total de autoridad, y revela cómo fue la operación abierta y sin límites de una banda del crimen organizado (Los Zetas) en ese poblado tamaulipeco.

 

Los delincuentes de un cártel (Los Zetas) se apoderaron por completo en esos años de San Fernando como estrategia de guerra contra las bandas rivales (Cártel del Golfo). 

 

Con sus actos, borraron todo vestigio de autoridad municipal, estatal y federal en ese poblado y sus alrededores y condenaron a sus habitantes y a los migrantes que iban de paso a morir en su maquinaria de exterminio.

 

Marcela abordó esa historia no desde la perspectiva estrecha de la narrativa gubernamental y la cobertura mediática de boletín de prensa. Al contrario, lo hizo desde las voces y relatos, los testimonios y el acompañamiento a las familias de los asesinados y desaparecidos que se encontraron absolutamente indefensos y vulnerables antes las autoridades que debían ayudarlos.

 

Vista así, la tragedia de San Fernando se percibe desde la óptica de los asesinados, secuestrados y enterrados en las fosas clandestinas gracias, sobre todo, a la persistencia de sus buscadores.

 

No puedo dejar de subrayar el tamaño del esfuerzo de Turati para lograr un trabajo periodístico que vierte en este libro monumental (por su extensión y su valor periodístico) de dos maneras: la de quien da voz a las víctimas; por otra parte, la de una periodista que nos ofrece su bitácora de trabajo riguroso, como una lección viva para los jóvenes periodistas.

 

Marcela (junto con Ana Lorena Delgadillo y Mercedes Doretti) se encuentra todavía hoy bajo la investigación criminal de las autoridades federales con un expediente abierto en el que la acusan de secuestro y delincuencia organizada, como bien lo explica al final de su libro en el capítulo “El tomo 221”: 

 

“La averiguación en nuestra contra sigue abierta…quienes lo hicieron saben que al desenterrar la verdad -desde el periodismo o las ciencias forenses o la defensa de los derechos humanos-… se exhuman también evidencias, las complicidades que permitieron esas muertes, las huellas dactilares de quienes impiden que esas víctimas vuelvan a casa”.

 

El periodismo de investigación agrega Marcela, “en este país donde la justicia no existe, muchas veces cumple la función de comisión de la verdad en tiempo real”.

 

Al comentar el libro en un evento reciente en la CDMX, el escritor Juan Villoro dijo que calculaba en un 25 o 20 por ciento la escritura propia de Marcela en el libro. 

 

El resto del texto correspondería a los testimonios de familiares y mujeres y hombres buscadores recopilados por ella misma a lo largo de varios años, viajes peligrosos y un trabajo por momentos detectivesco para localizar a las personas. La autora cedió su voz a los que no la tenían.

 

Todo ello le provocó a Turati un desgaste emocional profundo; así lo confiesa ella y tal lo percibo en la lectura de su libro. No puede haber distancia emocional ni frialdad analítica después del huracán de visitar las morgues, casas funerarias y, sobre todo, las fosas clandestinas con montones de cadáveres.

 

Ese desgaste emocional lo comparten, me atrevo a decir, sus lectores, como fue mi caso. Quizá en algún escrito posterior nos comparta más extensamente Marcela, a manera de ensayo o memoria, los recuerdos y emociones de su viaje a uno de los extremos del periodismo de investigación: aquel en donde se pone en riesgo la vida misma.

 

Por lo pronto, veamos en “San Fernando: Última Parada”, no sólo un reportaje excelente de Marcela Turati, sino un libro de muchos autores y múltiples voces que encontraron espacio y audiencia, incluso desde las fosas, en sus páginas.

 

Gracias, Marcela, y de acuerdo contigo: “hay que echar luz a estas historias para que no se repitan”.

 

@rogeliux

 

miércoles, septiembre 20, 2023

AMLO: las botas rusas en el Zócalo

 


Por Rogelio Ríos Herrán

 

A la serie de omisiones y errores en la política exterior durante su gobierno, el presidente López Obrador agregó una más el día 16 de septiembre al invitar a una docena de soldados de la Federación Rusa a participar, escoltando a su bandera, en el desfile militar por la Independencia de México.

 

No invitó a soldados de Ucrania a participar en el desfile. Sólo las botas de Moscú sonaron en el Zócalo capitalino.

 

Con ese gesto, se fue por la borda la pretendida “neutralidad” esgrimida por AMLO en el “conflicto” entre Rusia y Ucrania, como suele él caracterizar erróneamente a una guerra en la que los rusos son los agresores y los ucranianos son la nación agredida.

 

Con ese gesto, repito, López Obrador ignoró la acusación por crímenes de guerra de la Corte Penal Internacional en contra de Vladimir Putin y funcionarios de su gobierno por el delito de sustracción ilegal de niños ucranianos, los cuales son sacados del territorio ucraniano para llevarlos a Rusia. 

 

No bastando lo anterior para el presidente mexicano, metió todavía la pata más al fondo del saco al contradecir flagrantemente una Resolución de la Asamblea General de la ONU (6 de marzo del 2022) en la cual se condenó -con toda claridad y sin lugar a dudas- a la Federación Rusa como un país agresor de Ucrania y se le exigió su retiro inmediato e incondicional del territorio ucraniano.

 

El representante de México ante las Naciones Unidas (Juan Ramón de la Fuente) votó en esa ocasión a favor de la condena a Rusia como país agresor, por lo cual la presencia de soldados rusos en el desfile militar mexicano fue inaceptable y rompió, en los hechos, la postura tomada por México en la ONU. 

 

En fin, nuestro presidente invitó a representantes del ejército ruso invasor de Putin, gobernante ruso acusado de crímenes de guerra, que ha bombardeado indiscriminadamente a personas civiles, escuelas, hospitales, edificios de departamentos y casas con un alto número de víctimas mortales.

 

Con esa acción incurrió en otras faltas graves: no se apegó a los principios de política exterior establecidos en el artículo 89 constitucional (por ejemplo, la no intervención en los asuntos internos de otros países) y en la Carta de las Naciones Unidas (por ejemplo, el respeto a la integridad territorial de las naciones).

 

No me sorprende la falta de conocimientos de política internacional y diplomacia de López Obrador, ni su incapacidad de sopesar los costos y beneficios de sus actos en el exterior, eso ya lo sabía.

 

Lo que me sorprendió fue la incapacidad de Alicia Bárcena, su encargada de Relaciones Exteriores, de hacerle ver al presidente López Obrador toda la lista de errores y contradicciones que les he comentado, e impedir que la invitación a un piquete de soldados rusos a participar en el desfile militar dañara en tal alta medida la imagen de México en el exterior.

 

Me sorprende, además, que ni el embajador mexicano ante las Naciones Unidas ni el representante diplomático nacional en Moscú, le advirtieran al presidente mexicano del daño irreversible que infligiría la invitación a los rusos en la relación bilateral México-Ucrania y en la imagen de México ante la Unión Europea.

 

Ninguno de esos altos funcionarios -que cobran salarios altísimos y gozan de beneficios en sus funciones diplomáticas- fue capaz de plantarse ante AMLO y hacerle ver que sus ocurrencias le cuestan mucho a México en el exterior, por ejemplo, al no acudir a la reunión de líderes del G20 recientemente celebrada en la India.

 

En realidad, ¿de qué me sorprendo? Bueno, yo pensé que la señora Bárcena sería, por su experiencia previa en organismos internacionales, una voz sensata al oído del presidente López Obrador. No fue así. Al contrario, ella aplaudió entusiasmada al paso de las botas rusas.

 

Otra vez me equivoqué, como dice la hermosa canción de las chicas de Pandora.

 

Por lo menos, algo ya quedó más claro que el agua: en la invasión a Ucrania, el presidente López Obrador simpatiza con las botas rusas y Putin.


@rogeliux

 

 

 

 

domingo, septiembre 17, 2023

MORENA: la candidata y la ruptura

 


 

Por Rogelio Ríos Herrán 


Uno sospecha que en cualquier evento las cosas no van bien cuando citan a la prensa a una hora y el esperado anuncio llega más de dos horas después. Vaya, ni siquiera los aspirantes pudieron estar a tiempo a la cita. 

Además, uno de los contendientes con posibilidades de triunfo no asistió a la ceremonia de ungimiento del aspirante presidencial de MORENA. Marcelo Ebrard, de hecho, llegó al punto de ruptura con su partido al impugnar el proceso de las encuestas y pedir la reposición de todo el proceso que designó a Claudia Sheinbaum como la ganadora. 

La fiesta morenista se echó a perder y no fue por la lluvia de esa tarde en la CDMX. Como organización política, no pudieron superar al Frente Amplio por México en el proceso de selección interna de sus candidatos presidenciales. Tanto militantes oficialistas como opositores les quedaron a deber eficiencia y certeza a la ciudadanía. 

Les comparto mis reflexiones sobre el evento del 6 de septiembre de Morena en el World Trade Center de la CDMX: 

  1. De todo el evento, la nota principal para los medios de comunicación fue la postura de Marcelo Ebrard de impugnar la aplicación de las encuestas. Desde días antes anunció su inconformidad, la cual llevó al punto máximo con su ausencia de la ceremonia. No es poca cosa lo que hizo Ebrard con su acto de ruptura al poner en evidencia la fragilidad de los lazos internos de MORENA, derivada de la opacidad del manejo de las encuestas y de la operación torpe de la crisis interna por parte de sus directivos. Los mexicanos amanecieron el 7 de septiembre preguntándose qué va a hacer Marcelo, no qué va a hacer Claudia.  

  2. Son horas de incertidumbre para Marcelo Ebrard a partir de su ruptura con el proceso morenista. Son horas también de riesgo para su persona y trayectoria política. Las represalias por su actitud rebelde pueden ser implacables. El presidente López Obrador, rencoroso de por sí, no tolera la disidencia interna y la considera traición a su movimiento. Incluso si se trata de Ebrard, quien lo ha acompañado por muchos años y a quien públicamente lo considera su hermano, no tendrá AMLO miramiento alguno en echarle encima la aplanadora del Gobierno mediante una andanada judicial. Ebrard ya vivió esa experiencia una vez, ¿resistirá vivirla de nuevo? 

  3. De mi parte, de inmediato pensé que Marcelo Ebrard debe estar, de una manera u otra, en la elección general del 2024. Si no ganó la candidatura presidencial en MORENA, sus opciones son otras: con toda su experiencia como eficiente legislador y organizador de equipos políticos, sería un diputado federal o legislador de oposición muy combativo, agudo, inteligente y experimentado. En el terreno legislativo, ejercería Marcelo sus mejores dotes políticas y abonaría -como opositor a Morena- a recuperar para el Poder Legislativo su papel de poder de contrapeso al Poder Ejecutivo.  

  4. En medio de todo esto, se supone que la protagonista principal era Claudia Sheinbaum. Ya llevaba en sus manos unos papeles con anotaciones para el mensaje de agradecimiento por la designación como aspirante presidencial de MORENA, ¡antes de que se anunciara el resultado de las encuestas! En su mismo tono de voz monótono de siempre, no había euforia, no se sentía espontaneidad ni sorpresa de su parte en lo que fue el momento culminante de su trayectoria pública: ganar una candidatura presidencial. Es como si a una novia le entregaran el anillo de compromiso y sólo le dijera al novio: “sí, gracias”, secamente, sin mayor demostración afectiva. 

  5. A partir de su designación como candidata presidencial morenista, Claudia le empieza a quitar poder al presidente López Obrador. Le robará la atención de los medios, le quitará luces y micrófonos a su mentor político de una manera en la que no veo una reacción favorable de AMLO. Eso sucede por adelantar el proceso de selección de candidato, hacer fraude a la ley con un proceso simulado y no medir las consecuencias de tener desde septiembre de este año a una candidata presidencial para el 2024.  

Finalmente, será en un clima de máxima tensión interna en el que Claudia Sheinbaum llevará adelante su campaña. México verá por primera vez en su historia a dos mujeres contendiendo por la presidencia de la república, aunque ya hubo anteriormente mujeres candidatas presidenciales (Cecilia, Soto, Patricia Mercado, Rosario Ibarra de Piedra, las que recuerdo ahora).  

Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez enfrentarán en común un reto: hablar y convencer a los hombres en un país de machos y en una cultura de machismo profundamente arraigado incluso entre las nuevas generaciones. Eso será para empezar, pues la lista de retos no termina ahí. 

@rogeliux 

sábado, septiembre 16, 2023

Mientras tanto…

 


Por Rogelio Ríos Herrán 

Por una de esas manipulaciones de la comunicación desde el gobierno federal, la opinión pública mexicana se consume en estos días (y hasta que Marcelo Ebrard anuncié cuáles pasos va a seguir) exclusivamente en la sucesión presidencial, capítulo “La Candidata de Morena: ¿qué hará el despechado Ebrard?) y pasa por alto eventos importantes que incidirán en la elección general del 2024. 


Mientras tanto, les comento algunos: 

  1. La gran batalla por recuperar el equilibrio de poderes se dará en el Congreso de la Unión, como lo han señalado diversos analistas. En la elección intermedia del 2021, el partido oficialista MORENA perdió posiciones legislativas al grado de no alcanzar ya la mayoría calificada que necesitaba para impulsar reformas constitucionales, ni sumando a sus partidos aliados. Un escenario probable, de seguir la tendencia vista, es que MORENA llegara a perder la mayoría simple, lo cual le complicaría la vida a la candidata morenista en caso de ganar. Una cosa es cierta: no se repetirá el 2018 en el 2024: no habrá avalancha de votos hacia el obradorismo, sino duros votos de castigo. 

  2. El 8 de septiembre llegó a la Cámara de Diputados la propuesta de paquete económico para el 2024. En los Precriterios de Política Económica), la Secretaría de Hacienda prevé una caída de 4% en el gasto programable del Gobierno Federal, lo cual impactará a la obra pública. Además, disminuirán los ingresos petroleros en 197 mil millones de pesos, lo cual se buscará compensar con mejor recaudación fiscal, ingresos de entidades paraestatales y mayores entradas no tributarias. Por supuesto, la deuda pública aumentará para cubrir el déficit presupuestario de 2.7% (la diferencia entre ingresos y gastos). Hacienda le apuesta a un tipo de cambio de 19.30 pesos por dólar para el año próximo y una inflación de entre 1.6 a 3 por ciento. Los criterios parecen más una carta a Santa Clos que cifras realistas, pero en ese entorno económico se realizará la elección. El desempeño económico del Gobierno de AMLO estará bajo la lupa y en la mente de los ciudadanos a la hora de votar. 

  3. El próximo 27 de septiembre, AMLO verá seguramente frenada su mal llamada “reforma eléctrica”, una serie de decisiones y regulaciones irracionales que han incidido negativamente en el mercado de la energía. En la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se discutirá ese día la propuesta del Ministro Javier Láynez de confirmar el amparo otorgado por el juez federal Juan Pablo Gómez Fierro, en noviembre del 2022, en contra de 7 artículos de reforma a la Ley de la Industria Eléctrica que favorecían inequitativamente a la Comisión Federal de Electricidad sobre los productores privados. Tuve la oportunidad de asistir a uno de los foros de consulta en Monterrey y fui testigo de la insensibilidad de los funcionarios federales a los señalamientos y argumentos de los empresarios privados y especialistas académicos. Así les va a ir ahora a los propulsores de las reformas morenistas. 

  4. “¿Qué hacer con Pemex?”, debería ser uno de los temas principales a debatir en torno a las candidatas presidenciales. ¿Cómo parar el enorme flujo de recursos públicos vertidos en Pemex como en un agujero sin fondo? Por lo pronto, Xóchitl Gálvez busca inspiración en el modelo de Petrobras (petrolera estatal brasileña), la cual cotiza en la Bolsa de Valores y se asocia con empresas del sector privado sin que el gobierno brasileño pierda el control. “Si no se tiene dinero para la exploración, la inversión privada ayudará. Para mí, Petrobras es un buen modelo”, dijo Gálvez a Bloomberg. “hay que ser muy estúpido para apostar a los combustibles fósiles porque, más allá de ser car, es sucio”, agregó. ¿Qué dirá Claudia Sheinbaum? 

En fin, la candidatura presidencial no es el único campo de batalla. Al sobreestimarlo, los ciudadanos podemos perder de vista la importancia de dar la pelea por la democracia en varios frentes, no sólo en uno. Volteemos a ver a los poderes Legislativo y Judicial más seguido: en ellos está la clave del triunfo. 


@rogeliux 

viernes, septiembre 15, 2023

Dría del Grito: Así se siente México

 


Por Rogelio Ríos Herrán 


Pasan los años (o se me quedan encima, ya no sé) y no dejo de sentir en cada mes de septiembre el gusanito de la celebración de las Fiestas Patrias, como se les nombraba en los antiguos libros de texto en que aprendí mis primeras letras. 


Me anima no sólo la expectativa de un tequilita y cheves frías, el pozole y las enchiladas, la carne asada y el cabrito, en las reuniones de familia y amigos para “dar el Grito” el 15 de septiembre y sentirnos -por unas horas al menos- personas unidas por el lazo de la tierra mexicana, que es más fuerte que cualquier otro. 


Además, saco de mi biblioteca de Spotify las listas de música mexicana que cada año rescato o modifico para agregar canciones y que, de vez en cuando, canto a pleno pulmón junto con José Alfredo Jiménez. No me lo van a creer, pero ¡hacemos buen dueto! 


Durante todo el mes de septiembre, me pongo también en modo de reflexión sobre ese concepto tan elusivo de la “mexicanidad”. ¿Cómo puede sentirse mexicano un hombre o mujer de Yucatán frente a otro de Chihuahua?  


¿Qué une realmente a un regiomontano de clase media con un indígena tzotzil en Chiapas?

  

¿Es más “mexicano” el chilorio sinaloense que la barbacoa de borrego en Texcoco?

 

En fin, ¿no estaremos viviendo los mexicanos en una ilusión de tener una Patria común?

 

¿Existe México en verdad? ¿O se rompió por siempre toda idea de una cultura común entre todos los mexicanos? 


En ese punto de mis reflexiones, cambio la playlist de José Alfredo y Lola Beltrán por el álbum “México en la piel” (2004), cantado y producido por Luis Miguel bajo la dirección artística del maestro Armando Manzanero. 


Son una delicia las canciones (“Si nos dejan”, “Cielo Rojo”, etcétera), las interpretaciones de Luis Miguel en plenitud vocal no tienen comparación y, en particular, la canción que da título al álbum; “México en la piel”, escrita en 1990 por el compositor mexicano José Manuel Fernández Espinosa, hijo de padre cubano y madre mexicana, es excelente. 


Al llevarnos de la mano por todo el territorio nacional, Fernández Espinosa lo hace resaltando algún oficio o producto local del ingenio artesanal de México.  


Al compás de una hermosa melodía y de la interpretación magistral del Mariachi Vargas de Tecalitlán, con la voz de Luis Miguel se me enchina la piel de recordar algunos de los lugares en donde he vivido y por la ansiedad de conocer los que me faltan. 


Así se siente México, así se lleva a México en la piel, nos dice Fernández. Yo capto de inmediato el mensaje: es en nuestro corazón en donde existe México, no en nuestra mente.

 

La razón me dice que México es una ilusión política forjada artificialmente por la historia en fronteras establecidas por intereses políticos que, desde la clase gobernante, se utilizan para dominarnos: atole con el dedo. 

 

El corazón me dice que no es así, que la idea de México viene desde los corazones de los mexicanos que, con sombrero norteño o huipil, mantienen vivo el fuego de sentirse nativos de un suelo local, pero parte del alma nacional: mezcal con gusanito. 


Sólo desde el corazón se puede aguantar la tragedia en que se ha convertido México:  

Un cementerio gigantesco de fosas clandestinas y más de 100 mil personas desaparecidas. 

 

Un molino de carne en el que han sido asesinadas más de 160 mil personas en este sexenio, más las que lo fueron en los anteriores.  


Un panorama aborrecible de corrupción e incompetencia entre nuestros gobernantes, empezando desde el presidente López Obrador hasta llegar al presidente municipal más humilde. 


Suave Patria, diría López Velarde. Pobre Patria lastimada, le agrego de mi parte, como cuando le hago segunda voz a José Alfredo. 

 

Así se siente México: cielo rojo y tormenta, volcanes en erupción; la ternura de una madre, el beso de una abuela, el recuerdo de mis padres.  


Una brisa ligera hace ondear a la hermosa bandera tricolor, a pesar de todo, en el verde de la esperanza. 

@rogeliux 

viernes, septiembre 01, 2023

Ciudadanos: los peones del tablero

 


 

Por Rogelio Ríos Herrán 


Los políticos mexicanos volvieron a hacer su fiesta y no invitaron a los ciudadanos. Ahora, tocó el turno a los políticos de la oposición. Al cabo, pensarán, no pasa nada: sacrificaron a los Peones (los ciudadanos) por proteger al Alfil (la candidata). 


En el Frente Amplio por México, su Comité Organizador anunció el 31 de agosto la cancelación de la votación programada para el domingo 3 de septiembre en vista de los acontecimientos que todos conocemos: el retiro del apoyo del PRI a Beatriz Paredes en la contienda interna en contra de Xóchitl Gálvez, la difusión filtrada sobre las encuestas y el anuncio de la propia Beatriz retirándose del proceso de selección de candidata. 


Al final, será Xóchitl Gálvez la candidata a la presidencia de la república por el Frente Amplio por México con base únicamente en las encuestas. No se llegó a la etapa de la votación en urnas. 

Si ella gana la elección del próximo año, se convertirá en la primera mujer en llegar a la presidencia de México. Con el añadido de ser la primera candidata presidencial ganadora elegida por encuesta, no por votación interna. 


No espero, por otra parte, más que opacidad y simulación en la contienda interna en MORENA. Ya hay quejas de Marcelo Ebrard por la “desorganización” imperante en las encuestas. Es lo de menos: la única respuesta válida en esa “encuesta” será la de Andrés Manuel López Obrador. 


De nuevo, si fuera Claudia Sheinbaum la candidata elegida por MORENA, será la primera presidenta de México en llegar a la candidatura por el método de la encuesta. ¿Así o más clara la glorificación de las encuestas como la pantalla ideal para la vieja práctica del autoritarismo partidista? 


“México construyó una germinal democracia que hoy vive acosada por los resortes autoritarios del actual gobierno”, escribe José Woldenberg al principio de su libro “La Democracia en Tinieblas” (México: Cal y Arena, 2022). 


“El futuro inmediato no está escrito”, agrega Woldenberg, “pero los regímenes antónimos -democracia o autoritarismo- se encuentran en contienda. Por desgracia, no creo que sea una exageración”. 


No, no lo es, maestro Woldenberg. Los “resortes autoritarios” se encuentran en cualquier tipo de político en todo el espectro de ideologías (derecha, centro e izquierda). Pueden durar constreñidos por años y vidas enteras hasta que llega el momento, dentro de una organización o persona, en que se disparan. 


Después de lo que pasó en el proceso interno del Frente Amplio por México, ¿creerá todavía alguien que no existen ahí los resortes autoritarios?  


¿De qué otra forma se puede llamar a la distorsión de un proceso de elección de candidato que empezó con unas reglas y terminó con otras? 


Lo más triste de la cancelación del voto en las urnas por parte del Frente Amplio por México será la decepción de los ciudadanos que febrilmente se apresuraron a registrarse para votar. Se quedarán vestidos y alborotados, aunque muchos están complacidos de que fuera Xóchitl la elegida. 


Esos ciudadanos fueron sacrificados en el altar de las encuestas. Su papel como peones en el tablero de ajedrez quedó más que claro: son piezas sustituibles, sacrificables y sometidas ante el Rey y los alfiles. Nada más. 


Atención: los mejores jugadores de ajedrez mueven sus peones, al principio de cada partida, para obtener una ventaja estratégica ante las piezas de mayor poderío.  


Casilla por casilla, los peones son el fundamento de cualquier estrategia ganadora en el ajedrez. 


Los malos jugadores, por el contrario, queman a los pobres peones sin ton ni son en apenas cuatro o cinco movimientos. Se quedan, entonces, expuestos en el tablero. Al final, pierden la partida. 


Como ciudadano, yo le regalaría a Xóchitl Gálvez un tablero de ajedrez. Me gustaría saber cómo mueve ella a los peones en sus partidas. Doy por descontado que le gusta el ajedrez y lo practica.

 

Finalmente, recordemos los ciudadanos que los procesos de selección de candidatos de MORENA y el Frente Amplio por México son adelantados ilegalmente a lo que marca la Ley de Instituciones y Procedimientos Electorales. La sanción por ello podría ser la cancelación de las candidaturas.

 

Ciudadano que ríe al último, ¡ríe mejor! 


@rogeliux 

AMLO: la fatiga del poder

  Por Rogelio Ríos Herrán  Al poco tiempo de empezar las conferencias matutinas (“las mañaneras”) en el arranque del gobierno de López Obra...