domingo, septiembre 17, 2023

MORENA: la candidata y la ruptura

 


 

Por Rogelio Ríos Herrán 


Uno sospecha que en cualquier evento las cosas no van bien cuando citan a la prensa a una hora y el esperado anuncio llega más de dos horas después. Vaya, ni siquiera los aspirantes pudieron estar a tiempo a la cita. 

Además, uno de los contendientes con posibilidades de triunfo no asistió a la ceremonia de ungimiento del aspirante presidencial de MORENA. Marcelo Ebrard, de hecho, llegó al punto de ruptura con su partido al impugnar el proceso de las encuestas y pedir la reposición de todo el proceso que designó a Claudia Sheinbaum como la ganadora. 

La fiesta morenista se echó a perder y no fue por la lluvia de esa tarde en la CDMX. Como organización política, no pudieron superar al Frente Amplio por México en el proceso de selección interna de sus candidatos presidenciales. Tanto militantes oficialistas como opositores les quedaron a deber eficiencia y certeza a la ciudadanía. 

Les comparto mis reflexiones sobre el evento del 6 de septiembre de Morena en el World Trade Center de la CDMX: 

  1. De todo el evento, la nota principal para los medios de comunicación fue la postura de Marcelo Ebrard de impugnar la aplicación de las encuestas. Desde días antes anunció su inconformidad, la cual llevó al punto máximo con su ausencia de la ceremonia. No es poca cosa lo que hizo Ebrard con su acto de ruptura al poner en evidencia la fragilidad de los lazos internos de MORENA, derivada de la opacidad del manejo de las encuestas y de la operación torpe de la crisis interna por parte de sus directivos. Los mexicanos amanecieron el 7 de septiembre preguntándose qué va a hacer Marcelo, no qué va a hacer Claudia.  

  2. Son horas de incertidumbre para Marcelo Ebrard a partir de su ruptura con el proceso morenista. Son horas también de riesgo para su persona y trayectoria política. Las represalias por su actitud rebelde pueden ser implacables. El presidente López Obrador, rencoroso de por sí, no tolera la disidencia interna y la considera traición a su movimiento. Incluso si se trata de Ebrard, quien lo ha acompañado por muchos años y a quien públicamente lo considera su hermano, no tendrá AMLO miramiento alguno en echarle encima la aplanadora del Gobierno mediante una andanada judicial. Ebrard ya vivió esa experiencia una vez, ¿resistirá vivirla de nuevo? 

  3. De mi parte, de inmediato pensé que Marcelo Ebrard debe estar, de una manera u otra, en la elección general del 2024. Si no ganó la candidatura presidencial en MORENA, sus opciones son otras: con toda su experiencia como eficiente legislador y organizador de equipos políticos, sería un diputado federal o legislador de oposición muy combativo, agudo, inteligente y experimentado. En el terreno legislativo, ejercería Marcelo sus mejores dotes políticas y abonaría -como opositor a Morena- a recuperar para el Poder Legislativo su papel de poder de contrapeso al Poder Ejecutivo.  

  4. En medio de todo esto, se supone que la protagonista principal era Claudia Sheinbaum. Ya llevaba en sus manos unos papeles con anotaciones para el mensaje de agradecimiento por la designación como aspirante presidencial de MORENA, ¡antes de que se anunciara el resultado de las encuestas! En su mismo tono de voz monótono de siempre, no había euforia, no se sentía espontaneidad ni sorpresa de su parte en lo que fue el momento culminante de su trayectoria pública: ganar una candidatura presidencial. Es como si a una novia le entregaran el anillo de compromiso y sólo le dijera al novio: “sí, gracias”, secamente, sin mayor demostración afectiva. 

  5. A partir de su designación como candidata presidencial morenista, Claudia le empieza a quitar poder al presidente López Obrador. Le robará la atención de los medios, le quitará luces y micrófonos a su mentor político de una manera en la que no veo una reacción favorable de AMLO. Eso sucede por adelantar el proceso de selección de candidato, hacer fraude a la ley con un proceso simulado y no medir las consecuencias de tener desde septiembre de este año a una candidata presidencial para el 2024.  

Finalmente, será en un clima de máxima tensión interna en el que Claudia Sheinbaum llevará adelante su campaña. México verá por primera vez en su historia a dos mujeres contendiendo por la presidencia de la república, aunque ya hubo anteriormente mujeres candidatas presidenciales (Cecilia, Soto, Patricia Mercado, Rosario Ibarra de Piedra, las que recuerdo ahora).  

Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez enfrentarán en común un reto: hablar y convencer a los hombres en un país de machos y en una cultura de machismo profundamente arraigado incluso entre las nuevas generaciones. Eso será para empezar, pues la lista de retos no termina ahí. 

@rogeliux 

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