Por Rogelio Ríos Herrán
Muchas maneras habrá de
honrar la memoria de Rosario Green (1941-2017), de hablar sobre su larga
trayectoria diplomática y sus logros en la ONU, pero prefiero recordarla en el
salón de clases cuando yo estudiaba la carrera de Relaciones Internacionales en
El Colegio de México (entre 1977 y 1981).
Apasionada de su
cátedra, conocedora profunda de América Latina, en su curso sobre los problemas
contemporáneos latinoamericanos nos revelaba su dominio total del tema, pero
con un plus que todo buen maestro sabe dar: su involucramiento a fondo, su
compromiso por hacernos conocer, leer profusamente, tener herramientas para
discutir sobre una región que es, además de objeto de estudio, nada menos que nuestra
propia casa, el lugar común que compartimos los latinoamericanos.
Nunca le alcanzaba el
tiempo normal de la clase para acabar de abordar y comentar los problemas
latinoamericanos. Invariablemente, nos pedía al final de cada sesión “¡Cinco
minutitos, muchachos!” para redondear sus ideas, los cuales, también invariablemente,
se extendían a 10 ó 15 minutos. Jamás me pesó quedarme esos 15 minutos extras en
el salón, al contrario, a veces continuábamos la plática en la cafetería.
Rosario tenía el toque
humano hacia sus alumnos, sabía cómo conectar con nosotros, venía de Ciencias
Políticas de la UNAM, le brotaba la conciencia política por todos sus poros, en
fin, yo no sé de dónde la salía tanta energía.
Por eso me dolió mucho
la noticia de su partida, porque se murió mi maestra querida que me hizo
aprender tantas cosas y a mirar a América Latina de una manera conocedora e
involucrada y nos dio la dosis adecuada para acercar esos extremos.
Muchos años después,
escribí -en una de las columnas que yo publicaba en el periódico El Norte-
sobre Claude Heller, esposo y compañero de vida de Rosario, cuando Heller fue
Representante Permanente de México ante las Naciones Unidas, a propósito de una
intervención del embajador mexicano en el Consejo de Seguridad.
Para mi grata sorpresa,
Rosario me escribió unas líneas de agradecimiento sobre mi artículo y me
comentó sobre una labor muy interesante en la que ella participaba junto con
otras mujeres que habían destacado en la diplomacia y el servicio público de
sus países, aquí las reproduzco:
From: Rosario Green
Sent: Jueves, 04 de Diciembre de 2008 01:17 PM
To: Editorialistas El Norte
Subject: Cartas A ELNORTE
Rogelio, me gustó tu artículo. Te añado un dato, Madeleine Albright fundó cuando terminó su mandato, un mecanismo cobijado por el Aspen Institute que anualmente reúne a los ex cancilleres que compartimos mandato. Esto nos ha permitido a un grupo de cerca de 20, mantener un contacto y una amistad que creo que todos apreciamos mucho. Este año nos reunimos en Copenhage y el año que entra será en Estambul. No es una reunión social sino de trabajo y hemos abordado diversos e importantes temas como cambio climático y seguridad, y conseguimos espacio en algún importante diario como el NYTimes o el Washington Post y publicamos un op ed al respecto.
Sent: Jueves, 04 de Diciembre de 2008 01:17 PM
To: Editorialistas El Norte
Subject: Cartas A ELNORTE
Rogelio, me gustó tu artículo. Te añado un dato, Madeleine Albright fundó cuando terminó su mandato, un mecanismo cobijado por el Aspen Institute que anualmente reúne a los ex cancilleres que compartimos mandato. Esto nos ha permitido a un grupo de cerca de 20, mantener un contacto y una amistad que creo que todos apreciamos mucho. Este año nos reunimos en Copenhage y el año que entra será en Estambul. No es una reunión social sino de trabajo y hemos abordado diversos e importantes temas como cambio climático y seguridad, y conseguimos espacio en algún importante diario como el NYTimes o el Washington Post y publicamos un op ed al respecto.
Un saludo, Rosario.
De ese nivel eras, Rosario.
Muchas gracias por tus lecciones en el aula y fuera de ella. Adiós, maestra.
rogelio.rios60@gmail.com