Una hipótesis aventurada: tal vez sea relativamente
más fácil gobernar a todo México que a la CDMX. Es posible que le vaya mejor a la próxima
Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum en su gestión pública que al mismísimo
Andrés Manuel López Obrador en su labor nacional. Quizá Morena brille más en
la Gran Tenochtitlán que AMLO en todo México.
De entrada, en el papel luce mucho más homogéneo el gabinete
de Claudia Sheinbaum para la CDMX -presentado recientemente- que el anunciado
por AMLO desde hace tiempo.
En el de Sheinbaum no hay esos contrastes que se ven
en el de AMLO, en el cual, fuera de las áreas económica y diplomática, las personas propuestas no
se ven homogéneas en cuanto a capacidad, compromiso y experiencia con “la causa” morenista.
No es poca cosa que Morena haya ganado en las urnas la
CDMX arrebatándola al PRD. Es una alternancia que ha quedado opacada en los
reflectores ante la atención que se le presta a la elección presidencial.
De la capacidad y efectividad que muestre el nuevo
gobierno morenista en la Capital podremos comparar sus resultados con los de
AMLO a nivel nacional.
La comparación no será en términos absolutos, por
supuesto, sino relativos: qué equipo ha funcionado mejor, quiénes lograron tener
una visión y una estrategia para lograr sus objetivos y, sobre todo, quiénes
mostraron la habilidad efectiva para navegar en el mar traicionero de la
política mexicana, la real, no la del deber ser.
En fin, veremos quién hizo lo mejor con lo que tenía a
la mano.
La política más cercana a la gente se encuentra en las
ciudades mexicanas. El Gobierno nacional es un gigante con pies de barro que
depende de gobernadores, alcaldes y legisladores para dar resultados
medianamente aceptables, en el mejor de los casos.
En Monterrey, la alcaldía la arrebató el PAN (Felipe
de Jesús Cantú) al PRI (como en el caso de Guadalupe, N.L., gigantesco
municipio connurbado) y San Pedro quedó en manos de un independientes (Miguel
Treviño).
En Guadalajara, Movimiento Ciudadano retuvo la
alcaldía en la persona de Ismael del Toro. Tijuana tiene alcalde panista (Juan
Manuel Gastélum), Mérida (Renán Barrera, de PAN y Movimiento Ciudadano), etcétera.
El mosaico político de las alcaldías es impresionantemente variado y refleja la
complejidad del electorado mexicano.
Con equipos más compactos, con experiencia y contactos
en las ciudades en que viven y gobiernan, los gobernantes locales tienen una amplia
ventaja de arranque frente a los nacionales. La Federación es una entelequia
lejana; el municipio es el contacto más cercano con el ciudadano.
Sheinbaum declaró, al presentar a su equipo de
gobierno, que “son hombres y mujeres con experiencia, de probada honestidad y
amplia preparación para sus cargos”. Como que ella sabe lo que tiene.
Algunos nombres que destacan: Andrés Lajous Loaeza,
maestro en Planeación Urbana por el MIT (Movilidad); Ileana Villalobos, maestra
en Políticas Públicas Comparadas de FLACSO (Desarrollo Urbano y Vivienda);
Gabriela Rodríguez, maestría en Antropología Social (Secretaría de las Mujeres);
Almudena Ocejo, doctora en Ciencias Políticas por la UNAM (Desarrollo Social), etcétera.
Claudia misma tiene un perfil profesional de alto nivel: egresada
de Física de la UNAM, doctora en Ingeniería Ambiental por la UNAM con una
investigación doctoral en el Lawrence Berkeley National Laboratory (manejado
por la Universidad de California), egresada del Programa de Estudios Avanzados
en Desarrollo Sustentable de El Colegio de México, miembro de la Academia
Mexicana de Ciencias. Participó en el Grupo Intergubernamental de Expertos
sobre Cambio Climático (ONU), cuando a ese grupo se le otorgó el Premio Nobel
de la Paz en 2007 (compartido con Al Gore).
En su trayectoria política, la polémica más reciente
en torno suyo fue cuando, como delegada en Tlalpan, le tocó hacer frente a los señalamientos
a la autoridad citadina por la tragedia del derrumbe del Colegio Enrique
Rébsamen y la muerte de varios niños en el temblor de septiembre pasado.
Sheinbaum tiene, además, el gran desafío de regular el
crecimiento urbano caótico de la CDMX, contener a los desarrolladores más
voraces, prácticamente recuperar la Ciudad para beneficio de todos sus habitantes,
como bien lo ha señalado reiteradamente el investigador Sergio Aguayo (El Colegio
de México).
Nada fácil la tarea en la megaurbe de 20 millones de
habitantes. Pero su gestión marcará inevitablemente un contaste con lo que haga
AMLO a nivel nacional y con lo que los morenistas hagan en otros ámbitos como gubernaturas y legislaturas.
Todo es competencia de aquí al 2024, incluso entre
morenistas: una competencia interna por ver quién lo hace mejor y una
competencia externa ante la tarea crítica de los opositores que promete ser
feroz.
Una vez que se propone a un gabinete para gobernar, empieza, como es la tradición en la política mexicana, a hablarse de la
sucesión y de hacia dónde iría el gobernante que entrega buenos resultados.
¿Hacia dónde quiere ir Claudia Sheinbaum en el 2024?
Por lo pronto, que se sienta su huella en la CDMX:
tiene muy buen equipo, un gobernante será tan fuerte como lo sea su círculo más
próximo. Como decimos en Monterrey: echó toda la carne al asador @Claudiashein
rogelio.rios60@gmail.com