Por CRISTINA REYES
COLABORADORA INVITADA
Para muchos mexicanos haberle dado su voto a Andrés
Manuel López Obrador (MORENA), Presidente virtual, ha sido su mejor decisión,
así como para otros tantos no. Ambas son respetables, pero en mi opinión esa es
sólo la decisión que ya se venía venir, la que muchos mexicanos iban a tomar dado
el rumbo del país.
Iré al grano sobre las tres cosas que podrían ser
ventaja en este nuevo gobierno:
Primero, independientemente de todo lo que se ha dicho
y escrito sobre nuestro nuevo Presidente virtual -con todo y comentarios con
aires de segregación sobre la ciudadanía que optó por su propuesta que han
aflorado en redes sociales-, el hecho es que no fue fácil para él llegar a la Presidencia
y menos lo será el cumplir lo dicho en su “eterna campaña”.
Por tanto, haber esperado 18 años para ver
cristalizado un sueño que confiamos será el de luchar por una Patria mejor, es
algo que tiene a su favor.
Debo reconocer que esto me habla de un gran ejemplo de
perseverancia y ahínco. Por tanto, no debe ser tan fácil dejar a un lado las
promesas después de conseguir algo que costó tanto.
Habrá errores, sin duda, pero no sería lo mismo
cometer errores que olvidarse de lo propuesto (aunque, como en todos los
sexenios, lo único que queda es esperar y darle seguimiento a él y a la gente
que estará a su alrededor).
En segundo lugar, no obstante ser un personaje cuya
lucha social ha sido apreciada y reconocida por gente de diversa clase social y
pensamientos (un raro fenómeno en México respecto a una figura política), también
se encuentra el contrapeso de la ciudadanía que nunca ha creído en él.
¿Cuál sería la ventaja? Una mayor responsabilidad de
cumplirles a todos; sin duda estará más en la mira y será un gobierno que esté
bajo la crítica tanto de quienes le dieron su voto como de quienes no.
Tercero, no menos importante es que con el triunfo de un
partido que apenas se fundó en 2014, MORENA, los demás partidos se llevaron una
gran lección, un balde de agua helada, incluidos los independientes, ya que
estarán advertidos de que si no cambian su estructura el pueblo sabrá tomar
decisiones.
Los integrantes de MORENA sabrán igualmente que si no
hacen las cosas bien y trabajan unidos, el pueblo se dará cuenta: tiene la
capacidad para “castigar” con su voto.
La alternancia es saludable y no podemos dejar en
manos de un solo partido el poder, como sucedió por muchos años, llámese PRI,
PAN, PRD, MORENA o quien sea. Esto ayuda a que los propios partidos acepten sus
errores, se sacudan y traten de limpiar el polvo que los ha opacado. La
confianza se gana. Acciones como ésta ayudan a superarse en cualquier ámbito.
Quedó demostrado que muchos ciudadanos ya no quieren
lonches ni tarjetitas que prometen dinero y otras estrategias de campaña que no
les dejan nada perdurable. Lo que añoran es un mejor país, por lo que muchos
mexicanos vieron en AMLO una pequeña esperanza válida, pues ¿qué harían sin
ella?
Esa esperanza nos mueve todos los días a luchar por
algo. Es cierto que cada uno es responsable de salir adelante, pero también que
muchas de las exigencias de los ciudadanos no son más que el reclamo de
nuestros derechos.
Merecemos que el pago de nuestros impuestos se utilice
en realidad para lo que está destinado: derecho a una educación mejor y para
todos (no sólo en una escuela de “paga”), un sistema de salud digno, calles
transitables, salir a la calle sin miedo, en fin, tantas cosas que debieran
caminar a la par de echarle ganas para lograr una verdadera calidad de vida,
estemos en el campo o en la ciudad. ¿Será mucho pedir?
Escrutinio popular
AMLO estará en el escrutinio de un pueblo que ya no es
el mismo y que va en camino de madurar en su participación ciudadana, para lo
que en gran parte han contribuido, bien o mal, las circunstancias que nos han
heredado los pasados gobiernos.
Lo dijo López Obrador en su discurso del 1 de julio:
“tengo una ambición personal, trascender como un buen Presidente”. Eso
dependerá mucho de él y sus resultados.
Los mexicanos dieron el primer paso a una nueva etapa
para México saliendo a votar, independientemente de por quien lo hayan hecho. Lo
que resta será historia y mucho dependerá del nuevo gobierno, pero también de
nosotros.
La
autora es comunicóloga, editora, correctora de estilo y una ciudadana preocupada
por México.
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