lunes, mayo 25, 2020

¿Borrar la frontera?

Frontera Mèxico-USA
Fuente: Google.com

Por Rogelio Rìos Herràn
¿Cuàndo se abrirà la frontera?, me preguntan con insistencia algunos amigos que no ocultan su ansiedad por darse una vueltecita “al otro lado” (a Estados Unidos), como decimos en México a un viajecito de compras, tal como lo hacían en los viejos buenos tiempos.
La verdad, no tengo la respuesta. Lo que sè es que el Gobierno de Estados Unidos anunció que ampliarà las restricciones de viaje y las medidas estrictas impuestas por la pandemia de coronavirus un mes màs tras su vencimiento el 21 de mayo.
Es decir, se renovaràn esas restricciones hasta el 21 de junio, y de ahí se verà què sigue.
Salvo los mexicanos que tienen la residencia o la nacionalidad estadounidenses, por lo cual pueden cruzar sin dificultad alguna la frontera, los demás nos quedamos con las visas de turistas guardadas hasta nuevo aviso.
No recuerdo una vivencia similar desde el día de los aciagos ataques a las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001, cuando el cruce fronterizo fue cerrado por completo y sin excepción por algunos días.
La justificación, entonces, fue la seguridad nacional de Estados Unidos. La de hoy, es la emergencia sanitaria por el riesgo de contraer Covid19.
Al final, el resultado es similar: no podemos, salvo las excepciones mencionadas y los cargamentos comerciales, cruzar la frontera para ir a visitar a la familia y amigos en San Antonio, Texas, que es a donde ìbamos con frecuencia en nuestros viajes familiares.
¿Què efecto tendrá la interrupción prolongada de los viajes a Estados Unidos para muchos mexicanos? ¿Les hará cambiar su percepción sobre el “american way of life” ahora que probaron que se puede sobrevivir sin la vueltecita al shopping en Laredo, Texas?
Hasta ahora, me parece màs bien que la gente que conozco vive en una especie de paréntesis y solamente esperan que se cierre para volver a sus viejos hábitos, entre ellos, el viaje de compras a las tiendas americanas.
Pero si elevamos la vista, hay elementos para considerar que, a lo mejor, el cierre temporal de la frontera sì va a poner a reflexionar a muchos mexicanos.
Es inevitable observar, desde el sur del Rìo Bravo, el terrible impacto que el coronavirus ha tenido a lo largo de la Unión Americana, pues a la fecha se acerca a la cifra pavorosa de 100 mil personas muertas por Covid19.
No es que la situación sea màs leve en México, nosotros padecemos un problema con las cifras y con el manejo de la pandemia que también nos coloca en una situación precaria.
Lo que pasa es que nuestro desorden palidece frente a la escala del desbarajuste en Estados Unidos; ambos gobiernos, a uno y otro lado de la frontera, no salen bien librados que digamos.
En el imaginario mexicano, “lo americano” ya no es todo lo poderosos e infalible que pensábamos. Estados Unidos no es un modelo mundial de lucha contra el coronavirus, ni mucho menos.
Eso es imposible dejar de advertirlo, es una semilla que se siembra en el subconsciente de los mexicanos para brotar después en muy diferentes maneras, pero que tiene un común denominador: aguas, los gringos, en todo su poderìo económico y militar, también “meten la pata”, como decimos en México.
No estamos solos en eso de meter la pata, concluimos nuestro razonamiento. No se trata solamente de tener màs dinero y una economía gigantesca, sino de que el gobierno funcione razonablemente bien, ya no digamos a un nivel de excelencia.
Lo cual nos lleva al siguiente punto en nuestro razonamiento: tal vez deberíamos aprovechar la pandemia, el encierro y la frontera cerrada, para sacudirnos los mitos que nos forjamos en México sobre los Estados Unidos.
Quizà deberíamos aprovechar esa empatìa que nos provoca ver y compartir el sufrimiento de estadounidenses y mexicanos que luchan día a día contra la pandemia y la recesión económica, y empezar a tender otros puentes: el de la solidaridad entre personas para compartir tanto el sufrimiento de los otros como las alegrìas de los demás.

Así, cuando se vuelva abrir la frontera, mexicanos y americanos no regresarìamos a lo mismo de antes, sino a un mundo nuevo de mayor entendimiento: borrar la frontera, ¿por què no pensar en alto?

sábado, mayo 16, 2020

'La Tierra Pròdiga'

Mural mexicano. Fuente: google.com


Por Rogelio Rìos Herràn

Cada vez que me desespero con México, que me pegan en la cara sus brutales contrastes entre la gente que no tiene ni para comer en el día y quienes se abanican con billetes en las manos.

Cada vez que me hartan sus políticos de pacotilla, convenencieros y oportunistas, prestos a cambiar de color y de ideas si así les conviene.

Cada vez, digo, que casi pierdo la fe en mi nación, me acuerdo de la frase del escritor Agustìn Yàñez, “La Tierra Pròdiga”, que da nombre a una de sus novelas, y me vuelve el alma al cuerpo.

O como cuando leì “La Sombra del Caudillo” de Martìn Luis Guzmàn o “Los de Abajo”, de Mariano Azuela, sin olvidar a Juan Rulfo y su “Pedro Pàramo”.

Son ellos novelistas no sólo del paisaje nacional, de la Revoluciòn Mexicana o de la vida en los pueblos chicos, sino del hombre y la mujer mexicanos con sus mil caras y formas de ser.

“Estamos hablando con el coràzòn en la mano, Hilario, no con frases buenas para engañar a la gente. Ni a ti ni a mì nos reclama el país. Nos reclaman (dejando a un lado a tres o cuatro tontos y tres o cuatro ilusos) los grupos de convenencieros que andan a la caza de un gancho de donde colgarse; es decir, tres o cuatro bandas de politiqueros… ¡Deberes para con el país!”

“-Franqueza por franqueza. Yo no creo lo mismo, o no lo creo por completo. Mis andanzas en estas bolas van enseñàndome que, después de todo, siempre hay algo de la nación, algo de los intereses del país, por debajo de los egoísmos personales a que parece reducirse la agitación política que nosotros hacemos y que nos hacen” (“La Sombra del Caudillo”).

Todos los mexicanos cabemos en sus novelas, no hay nada nuevo bajo el sol, sino lo que desconocemos porque no lo leímos o lo olvidamos.

“Hay pueblos que saben a desdicha. Se les conoce con sorber un poco de aire viejo y entumido, pobre y flaco como todo lo viejo” (“Pedro Pàramo”).

Hoy, en 2020, México sigue plasmado en las páginas de sus novelistas, y sus hombres son como personajes de Agustìn Yàñez:

“Le leo el pensamiento. Reconozco que soy un salvaje, una fiera. Y què. El mundo no está hecho sólo de buenos y santos, de sabios. Eso es lo bonito de la vida: el contraste de las negruras con los colores. Què chiste si nomàs hubiera pájaros cantadores y hormigas trabajadoras, pero no leones ni panteras ni víboras. Aburrido ¿no? Si todo fuera camellar sin darle gusto al cuerpo. Por eso, con todo lo que usted tenga que sentir de mì, y yo, para què negarlo de usted, a mì me gusta buscarlo, independientemente del asunto que me trae, y a usted, confièselo, también le gusta de vez en cuando divertirse conmigo. Es que, perdóneme la presunción, creo que nos completamos: usted arriba y yo abajo; usted la inteligencia, yo, la naturaleza en bruto. Usted en mì reconoce una parte necesaria del país; por lo menos algo que existe, aunque lo llame usted problema. Me lo ha dicho así: soy un problema; pero no yo: lo que yo represento” (“La Tierra Pròdiga”).

Así que no vale la pena desesperarse por algo que ya ha pasado tantas veces y que volverà a pasar otras tantas màs: la tragedia de México, su renacimiento, volver a levantarse de las cenizas a las que una y otra vez lo conducen.

“¡Claro, hombre, usted no tiene la sangre de horchata, usted lleva el alma en el cuerpo, a usted le da coraje, y se levanta y les dice su justo precio! Si entendieron, santo y bueno; a uno lo dejan en paz, y en eso parò todo. Pero hay veces que quieren hablar ronco y golpeado… y uno es lebroncito de por sì… y no le cuadra que nadie le pele los ojos… Y sì señor; sale la daga, sale la pistola… ¡Y luego vamos a correr la sierra hasta que se les olvida el difuntito! (“Los de Abajo”).

México, mi tierra pròdiga, no te pierdo la fe.

viernes, mayo 08, 2020

'La Chuleta'

Cargador en el mercado.
Fuente: google.com



Por Rogelio Rìos Herràn

Pedirle a un mexicano, a cualquiera, que se quede confinado en su casa màs de un día, por el motivo que sea, es una receta para el desastre: ¿de veras creyeron los gobernantes que les iban a hacer caso?

No me extraña que los mexicanos medio han hecho caso, medio no, de que en plena pandemia del coronavirus las sacrosantas autoridades que los gobiernan, las cuales creen que se han ganado su absoluta confianza, les digan: “¡Quèdate en casa!”

Ni con personajes estilo Sùper Hèroes -como Susana Distancia- han podido convencer a los tercos mexicanos que desafìan, màs que al coronavirus, a sus autoridades.

Ahora, ¿què significa quedarse en casa?

Para muchos, muchos millones de mexicanos, eso implica convivir en un espacio estrecho en casitas de no màs de dos dormitorios, que son aproximadamente un 70 por ciento de las viviendas en México.

En esas viviendas (“casitas de Infonavit”, les dicen en México), cuartos de vecindad o jacalitos en asentamientos irregulares en laderas de cerros, apenas cuentan sus residentes con los servicios elementales: electricidad, si logran colgarse de la lìnea en un poste; agua, si tienen la suerte de pescar a una pipa de reparto.

De drenaje y seguridad, mejor ni le cuento.

Sin aire acondicionado, ni acceso a internet, ni bibliotecas públicas, ¿còmo pasan las horas millones de mexicanos que viven en la pobreza o muy cerca de ella?

Aguantando, por otra parte, en el encierro en espacios estrechos, la convivencia forzada con parejas abusivas que ponen en evidencia otro mal nacional: la violencia familiar.

No sólo eso, simplemente, no pueden quedarse en casa aun por razones de supervivencia: hay que traer comida a la mesa, hacer alguna chamba para comer hoy, y ya mañana Dios dirà.

Según información oficial, un 60 por ciento de los mexicanos en edad de trabajar lo hacen en el sector informal de la economía, no tienen salario regular.

Tal vez algunos de ellos reciban uno de los apoyos de los gobiernos federal y estatales, pero será un alivio efìmero e insuficiente para retenerlos en casa.

Lo urgente, lo prioritario, a pesar del coronavirus, para ellos es salir “a corretear la chuleta”, para decirlo en términos coloquiales.

Es muy diferente la perspectiva de la pandemia cuando se observa desde la clase media o la clase alta mexicana y se cuenta con acceso a servicios, varias amenidades y el internet se da por descontado, al igual que el aire acondicionado.

Sobre todo si se vive en una casa con tres o màs dormitorios y espacios adicionales, como jardín y estancias, para tener momentos y rincones de privacidad cuando lo necesitemos.

El Home Office o trabajo a distancia, no tiene màs complicaciones que las redes de internet saturadas, ocasionales caídas de las llamadas, etcétera, pero nada que nos impida realizarlo desde nuestros hogares.

No lo es para quien ya no digamos el acceso a internet, sino tener una computadora o Tablet o teléfono inteligente en casa, es un sueño inalcanzable.

No seamos, por tanto, tan duros al momento de juzgar a quienes, motivados por la necesidad, tienen que salir a las calles de México a ganarse el pan.

No son mexicanos irresponsables todos ellos -aunque otros sì lo sean-, màs bien no tienen opción a lo que la vida diaria les pone por delante: o trabajas o no comes.

Tratemos de ser màs empáticos, ponernos un poco en sus zapatos y, en lugar de fustigar, buscar la mejor manera de ayudarlos.

Con coronavirus o sin coronavirus, la vida ya era suficientemente dura con millones de nuestros compatriotas, así que esta pandemia vino a acentuar esa dureza y a colocarlos, literalmente, contra la pared.

Saquemos a la luz nuestros sentimientos màs solidarios, ayudemos con lo que podamos a que sus vidas sean menos duras.

Una forma de empezar es bajarle el tono a los señalamientos con índice de fuego, a estigmatizarlos casi casi como malos mexicanos.

Nada de eso: ellos lo hacen no por claustrofobia, sino por la chuleta.

Menos reproches, màs empatìa, puede ser un buen comienzo. No lo olvidemos.



viernes, mayo 01, 2020

¿Dar a luz ahora?

Madre e hijo. Fuente: google.com


Por Rogelio Rìos Herràn

Vaya dilema para las mujeres que, a punto de ser mamàs -muchas de ellas primerizas-, se plantean desde sus corazones si es seguro o no dar a luz en plena pandemia de coronavirus, si no pondrán en riesgo a sus bebès y si hay posibilidad de que se contagien.

Desde hospitales en Nueva York, Ciudad de México y Bogotá, al estrès natural y la depresión que muchas veces acompaña a las embarazadas, se agrega una imprevista pandemia que las amenaza.

No puedo imaginarme la angustia que las aqueja, pero sì las acompaño, como cuando estuve junto a Paty cuando dio a luz a nuestras dos hijas. Es lo mejor que podemos hacer como papás.

Siendo esta pandemia un territorio desconocido, no lo es menos en cuanto a las mujeres embarazadas.

En México, el temor a un contagio en el hospital ha traído de vuelta a las parteras a algunas casas.

En Guadalajara, la agencia EFE reportò recientemente el nacimiento de un bebé, Marcos, que su madre, Selene, trajo al mundo en la sala de su casa después de cuatro horas de labor de parto, asistida por una partera profesional de la organización Casa Aramara (casaaramara.com.mx).

Otra mamá, Carolina, no quiso ir al hospital y, en vez de eso, decidió que su parto fuera en las instalaciones de Casa Aramara, organización que tiene como fin que “el parto en casa, atendido por parteras, sea reconocido y aceptado socialmente como una opción segura.”

“Para nosotras, el parto es más emocional que físico”, dijo Marìa Cortès (una de las parteras), “confiamos en el cuerpo de las mujeres y el bebé, pero a veces los miedos son los que más pueden obstaculizar este proceso”.

No todo ha tenido, sin embargo, un final feliz con los partos.

A principios de abril, se reportò en Saltillo, Coahuila, la muerte de una mujer al dar a luz. Padecìa el Covid19 agravado con diabetes gestacional y obesidad mórbida. Su bebé se encuentra delicado de salud, pero bajo cuidados médicos.

Un caso más sucedió en Chihuahua. Una jovern mujer, 25 años, tuvo que ser intervenida mediante cesàrea para su parto; ella padecìa de Covid19 y obesidad, tuvo insuficiencia respiratoria durante la labor de parto y aunque el bebé naciò en buenas condiciones, su madre falleció.

Mary, 28 años, enfermera en un hospital de Londres en el cual laboraba desde hace 5 años, dio positivo al Covid19 un par de días antes de ingresar al hospital para su labor de parto. No sobrevivió, pero su pequeña bebita sì lo hizo mediante una operación de cesàrea.

En Perú, en la provincia de San Martìn, una madre dio a luz mediante cesàrea a un bebé que resultó positivo en la prueba de Covid19, aunque la madre era asintomática.
Es el primer caso en Perú, aunque anteriormente dos mujeres peruanas contagiadas habían dado a luz con la buena fortuna de que sus bebès no resultaran contagiados.

Después del parto, la madre que es portadora del Covd19 se enfrenta al dilema de dar o no el pecho a su bebé, pues no quiere privarlo de la leche materna.

La organización KidsHealth (kidshealth.org) establece que, hasta el momento, no se ha podido detectar al coronavirus en la leche materna, pero habría riesgo si la mamá tose, estornuda o salpica al hablarle a su bebé.

Para amamantar a un niño, la madre debe lavarse las manos antes y después de tocar a su bebé, ponerse una mascarilla quirúrgica mientras amamanta e igualmente lavarse las manos antes de manipular el biberón o la máquina de extracción de leche.

La maternidad es un sentimiento poderoso, insondable, una liga indestructible entre madre e hijo. Hay madres dispuestas a pagar el más alto precio por dar a luz a sus hijos sin pensarlo un instante. Ningùn virus va a detenerlas.

Lo dicho, estamos en territorio desconocido. Hagamos este mundo mejor para las mujeres embarazadas.

  




'¡Gracias, China!'

Suministros mèdicos procedentes de China.
Fuente: google.com


Por Rogelio Rìos Herràn

Pian pianito, como dicen los italianos, entre el torbellino de la pandemia en México se ha desarrollado una acción del Gobierno que merece resaltarse: el “puente aéreo con China”, como lo nombrò Marcelo Ebrard, Secretario de Relaciones Exteriores.

“Mil gracias a Aeromèxico, con su apoyo vamos ya en camino para iniciar el puente aéreo Mêxico-Shanghai-Mèxico que nos permitirá garantizar el suministro de ventiladores y equipo médico para hacer frente al Civid-19”, escribió el 6 de abril Ebrard en su cuenta de Twitter.

Casi una decena de aviones procedentes de China han aterrizado desde entonces en la CDMX repletos de suministros y equipos médicos que se necesitan con urgencia en los hospitales públicos. “¡Gracias, China!”, tuiteò con entusiasmo Ebrard.

El sèptimo vuelo llegó el 27 de abril con 57 mil 600 caretas protectoras y 100 mil goggles para el personal médico. Con este cargamento, se completa el 59 por ciento del total de insumos chinos.

Desde el 6 de abril se inició el puente a China. Directamente involucrada ha estado Martha Delgado, subsecretaria de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la SRE, quien abordò el Boeing 787 del primer vuelo procedente de Shanghai con 10 toneladas de insumos médicos.

“En estos momentos donde la situación es difícil en todo el mundo es en donde la diplomacia y las relaciones exteriores juegan un papel muy importante”, expresó Delgado.

Un experimentado diplomático, miembro del Servicio Exterior Mexicano desde 1980, Embajador Josè Luis Bernal Rodrìguez, encabeza la Misiòn diplomática mexicana en China.

La agencia de noticias china Xinhua difunciò, el 9 de abril, declaraciones de Ebrard en el sentido de que “China, desde el principio, desde que ellos empezaron a enfrentar esta circunstancia, nos compartiò esta información a tiempo”.

Se espera un ritmo de dos vuelos semanales hasta completar 20 traslados con todos los insumos a territorio mexicano.

Martha Delgado (SRE) y tripulaciòn.
Fuente: google.com
Como se ve, el equipo de funcionarios que lleva la responsabilidad del puente aéreo a China (Ebrard, Delgado y Bernal al frente de los equipos de la SRE) es experimentado, conocedor y está dando buenos resultados.

En un momento en que el Gabinete del Presidente Lòpez Obrador se nota desequilibrado -pocas áreas funcionan bien y el resto no- es un alivio para los mexicanos saber que, por lo menos, la política exterior se encuentra en muy buenas manos.

Para China Popular, el agradecimiento público del Gobierno mexicano por el suministro de equipos médicos, además de su experiencia sobre el manejo de la pandemia, es música para sus oídos.

Desde el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre México y China Popular en 1972, pocas son las ocasiones en las que la relación bilateral alcanzò una intensidad similar a la actual.

En 2003, Beijing y México establecieron una Alianza Estratègica que hasta 2013 subirìa de nivel a Alianza Estratègica Integral en que se encuentra ahora.

El Puente aéreo con China ayudarà también a borrar el mal sabor de boca que dejó la cancelación del Gobierno mexicano del proyecto de Tren de Alta Velocidad México-Querètaro en 2017, promovido con capital de empresas chinas, cuando ya estaban asignados los contratos.

Anteriormente, en 2015, otro proyecto chino de gran tamaño, el Centro de Distribuciòn de Productos Chinos Dragon Mart (en Cancùn) que distribuiría a toda Amèrica Latina (hubiera sido el segundo màs grande después de Dubai), fue cancelado por el Gobierno mexicano.

México puede jugar la carta china, pero debe hacerlo con el mayor tacto. China y Estados Unidos están enfrascados -desde hace dos años- en un conflicto comercial y estratégico, cuya última derivación es la postura de Washington de considerar la exigencia de una “indemnización” a Beijing por su descuido que “provocò” la difusiòn del coronavirus.

Contra algunas voces que piden que México “reconsidere” el puente aéreo con China (el segundo socio comercial con Amèrica Latina) para que no se enoje la Casa Blanca, me parece que nuestra centenaria tradición de lazos con los chinos y la urgente diversificación internacional de México nos lleva, naturalmente, no a quitar, sino a ensanchar los puentes con China. Que siga la diplomacia médica.

El “¡Gracias, China!” de Ebrard resonò hasta Beijing: piano piano, si va lontano.

  

AMLO: la fatiga del poder

  Por Rogelio Ríos Herrán  Al poco tiempo de empezar las conferencias matutinas (“las mañaneras”) en el arranque del gobierno de López Obra...