viernes, marzo 14, 2014

'Fracking' en México

Perforación vertical y horizontal en el subsuelo para el 'fracking'.
Fuente: www.comambiental.com.ar



Por Rogelio Ríos Herrán

No todo es miel sobre hojuelas en relación con las inmensas posibilidades económicas que la explotación del gas shale puede traer a México.

El efecto que produce el ejemplo de Texas, en donde en la cuenca del Eagle Ford Shale que abarca a varios condados texanos se ha producido un boom extraordinario de extracción de gas shale y de ganancias para todos los participantes, es inevitablemente seductor para los mexicanos: ¿por qué no hacemos lo mismo en México, ahora que la reforma energética dará facilidades para ello?

Uno de los puntos cruciales del proceso de extracción del gas shale es la técnica conocida como “fracking” (fractura hidráulica), mediante la cual se inyecta a presión un compuesto químico en el subsuelo para romper y liberar los yacimientos de lutitas (shale) que se encuentran entre las rocas, el esquisto y las capas del subsuelo.

La técnica del “fracking” es de uso intensivo de agua y sus efectos en el subsuelo son objeto de debate: los críticos, enfatizan el gran gasto de agua y los impactos dañinos en el medio ambiente con los deshechos, además de las posibles repercusiones en el subsuelo: la aparición de vibraciones o temblores en zonas que no eran consideradas sísmicas (como en la ciudad de Monterrey, cercana a la Cuenca de Burgos) y que se atribuyen a los dañinos efectos del “fracking” en los territorios donde se aplica.

En México ya existe una ONG dedicada a señalar los riesgos del “fracking” llamada Alianza Mexicana contra el Fracking” (nofrackingmexico.org) que es muy puntual al destacar los impactos ambientales: disminución de la disponibilidad de agua para los seres humanos y ecosistemas (un ciclo de extracción de gas de pizarra puede llegar a consumir hasta 19 millones de litros de agua, según sus cálculos); contaminación de las fuentes de agua; emisiones de gases contaminantes; y contribución al calentamiento global.

Por el otro lado, los defensores de esa técnica de extracción argumentan, como en el caso texano, que no se ha demostrado de manera concluyente y debidamente documentada en estudios científicos que el “fracking” provoque temblores, por ejemplo, o que el impacto en el medio ambiente o el uso intensivo del agua sean costos que superen a las ganancias o que no puedan ser remediados.

Agregan sus defensores que es mayor el impacto en las economías de las regiones en donde se explota, las inversiones y la creación de numerosos empleos que cualquier otra consideración. El gas natural es el combustible del futuro, limpio y barato, concluyen.

Zona de explotación del Eagle Ford Shale en Texas.
Fuente: www.eaglefordshaleoiljobs.com


Con el antecedente en México del nocivo impacto ambiental que el Sureste provocaron las décadas de explotación petrolera desde los años 70, con el pozo Cantarell, la sonda de Campeche o los pozos en Tabasco, se impone en México la realización de consultas y debates amplios e inclusivos sobre los pros y contras de la explotación intensiva del gas natural y, en particular, sobre la regulación en torno al “fracking” como técnica de explotación.

No hay prisa que valga en este sentido, y menos en una época en la cual las preocupaciones ambientales y los derechos humanos están entre las prioridades de la agenda pública, entre ellos, el derecho al agua y al aire limpios, libres de contaminantes y de amenazas de escasez para los seres humanos.

Por supuesto que es necesario aprovechar y sacar el mayor beneficio de las riquezas del subsuelo, y es conveniente apalancar el crecimiento en las décadas por venir en una plataforma energética formidable como la que ofrece el gas natural, pero no a cualquier costo, sino con la mayor inteligencia y sustentabilidad posibles.


Como ciudadanos, no somos ajenos a la reforma energética ni a la transformación que pueda traer a la economía y a la ecología de México, participemos de manera informada sobre cómo la riqueza energética puede ser explotada de manera benéfica para el medio ambiente y con ganancias que lleguen a la sociedad en su conjunto, no sólo a unos cuantos. Participemos como mexicanos del siglo 21, informados, activos y responsables.

@rogeliux

Para abundar en el tema, de Wikipedia, sobre el documental Gasland muy crítico sobre el fracking:

Gasland (2010) es un documental estadounidense escrito y dirigido por Josh Fox. El documental se centra en comunidades de los Estados Unidos que se han visto afectadas por la extracción de gas natural "no convencional" o "de esquisto", concretamente mediante un método de extracción denominado "fracturación hidráulica" (del ingléshidraulic fracturing o gas fracking).

Link para ver documental:
http://vimeo.com/75524062
(con subtitulos en español).

Argumentos a favor y en contra:

http://www.tecmovia.com/2013/03/24/fracking-la-llave-del-tesoro-energetico-sobre-el-que-vivimos/

http://www.forbes.com/sites/halahtouryalai/2012/05/21/fracking-is-midunderstood-its-the-key-to-energy-self-sufficiency/

jueves, marzo 06, 2014

Venezuela: Crisis de América Latina






Por Rogelio Ríos Herrán

Observar desde México los violentos acontecimientos en Venezuela, las protestas ciudadanas en las calles, la represión violenta del Gobierno del Presidente Maduro y su discurso maniqueísta y condenatorio a cualquier oposición a su mandato, es darse cuenta de que lejos de ser una crisis que afecte solamente a los venezolanos se trata de un acontecimiento que bien puede definir la cara de América Latina para la segunda década del siglo 21: ¿persistirá el discurso del gobierno duro y autoritario típico del siglo 20 latinoamericano; o bien, se abrirá la puerta a un nuevo modelo político en el cual convivan fuerzas sociales encontradas y prevalezcan los principios democráticos? 

El deterioro grave de la economía venezolana, por cualquier indicador que se tome, es innegable e inexplicable en un país que cuenta con una inmensa riqueza petrolera, ¿a dónde han ido a parar los cientos de miles de millones de dólares del petróleo venezolano?

La degradación política del régimen de Caracas es todavía peor -si eso es posible- que el desastre económico que dejó como legado el chavismo: basta ver el nivel patético del discurso de Nicolás Maduro (al llamar "fascistas"y "nazis" a los opositores, e intento de "golpe de Estado" a las protestas ciudadanas) y la insensibilidad que exhibe hasta con un timbre de orgullo ante la muerte de jóvenes y estudiantes a manos de tiradores provenientes de las fuerzas de seguridad estatales, para darse cuenta no sólo de su escasa capacidad intelectual y educación, sino de su crueldad producto de la ignorancia de cómo funciona el gobierno y qué es la democracia.

Si sumamos a ello las erráticas reacciones de los gobiernos de América Latina, que van desde la tibieza en las condenas al régimen de Maduro hasta el silencio inexplicable, nos daremos cuenta de cuál es realmente el nivel de apertura y disposición hacia la democracia y las libertades civiles de gobiernos que incluso en su fachada se precian de izquierdistas o progresistas: para ellos, persiste la noción tradicional en el Continente de dejar que cada gobierno haga lo que quiera dentro de sus fronteras para que en el futuro no se metan con lo que cada uno hace al interior de sus naciones, hoy por ti y mañana por mí.

Las batallas ciudadanas en San Cristóbal y Caracas, los bastiones de la oposición venezolana, son luchas en las que está en juego un modelo de gobierno para las próximas décadas y generaciones venideras: ¿se mantendrá el autoritarismo y las maneras de los gorilatos latinoamericanos (aun con banderas "socialistas" como las de Maduro en Venezuela) de triste memoria; o de verdad se abrirá en la región una puerta a un nivel superior de gobiernos y líderes, uno en que la democracia, la legalidad y el respeto a los derechos humanos sea efectivo y pilar de la convivencia social?

Por lo pronto, las derechas latinoamericanas que antes detentaban el monopolio de los dictadores de lúgubre figura y mano sangrienta, ya no están solas en Venezuela. Qué trágico.

@rogeliux

Nahuel, fútbol y políticos: adiós “fair play”

  Por Rogelio Ríos Herrán En México, el fútbol precede a la política en el triste arte de no respetar a los demás contendientes, violar las ...