jueves, febrero 20, 2020

¿En què se parecen?

Fuente: Google.com


Por Rogelio Rìos Herràn

Así comienza muchas veces un chiste cuando un mexicano lo cuenta: ¿en què se parecen un mexicano y un gringo?

Pero el tema de esta colaboraciòn no es de chiste, aunque no deja de tener su lado humorìstico: ¿en què se parecen Donald Trump y Andrès Manuel Lòpez Obrador?

Me enfoco a considerar el estilo de liderazgo que ambos Presidentes ponen en práctica para gobernar a Estados Unidos y México.

Què información les llega, cómo toman sus decisiones, cuál es su relación con su equipo de trabajo, cómo se relacionan con los medios de comunicación y sus críticos, etcétera.

Me resultó sorprendente encontrar varias semejanzas, las cuales le comparto, estimado lector:

1)    Trump y AMLO tienen una presencia mediática dominante, ellos imponen su agenda temàtica en los medios de comunicación y ante la opinión pública: todo mundo acaba hablando de lo que ellos quieren.

2)    Ambos manejan la información a su conveniencia, la manipulan, la estiran o aflojan según sus intereses. Trump recurre a su frase “Fake News” y Lòpez Obrador a la suya: “Yo tengo otros datos”, y de ahí no los mueve nadie.

3)    Tanto Trump como AMLO rechazan al mundo exterior, a todo lo que está màs allá de sus fronteras. En su visión, Estados y Unidos y México serían como fortalezas resguardadas con muros, pozos de agua y guardias, tales como castillos de la Edad Media. Para ello se apoyan en el patriotismo y en los sentimientos nacionalistas fervorosos de sus seguidores.

4)    Si definiéramos su estilo de liderazgo en una sola palabra, diríamos que tanto Trump como Lòpez Obrador son gobernantes personalistas. El gobierno empieza y termina en sus personas. Piden la máxima lealtad: con el Presidente, todos; contra el Presidente, nadie, es el mensaje que dan a entender día a día a sus gobernados. Toda visión crítica, toda resistencia u oposición a la visión presidencial es desechada de inmediato como oscuramente motivada por sus adversarios políticos.

5)    Los dos Presidentes identifican el interés nacional con sus intereses personales o su ideología o causa política. Así, todo lo que ellos hacen es por el bien de su país, por lo cual no se deben poner obstáculos a sus acciones. Lo que es bueno para ellos es bueno para su país. Punto.

6)    Las fallas, los errores o ineptitudes de sus gobiernos no son culpa de ellos, sino de los anteriores gobiernos o son provocados por sus adversarios. Jamàs aceptan Trump y Lòpez Obrador ser responsables de los fracasos ni de las consecuencias dañinas de sus decisiones.

7)    Tener delirios de grandeza es otra característica similar entre los presidentes vecinos. Ellos no han llegado a donde están para gobernar simplemente, sino para transformar a sus países. No aspiran a ser buenos administradores públicos, sino nada menos que redentores de sus pueblos recuperando un pasado ideal perdido por la perfidia y la corrupción de todos los gobernantes anteriores a ellos.

8)    Complejo de libro de Historia: Hablar de los Padres de la Patria o de los “Founding Fathers” es natural para Lòpez Obrador o Trump, pues ellos se sienten reencarnaciones de las mìticas figuras que forjaron naciones. Los dos Presidentes aspiran a quedar plasmados en los libros de Historia como descendientes de Benito Juárez o George Washington, a ese nivel se conciben.

9)    Construir sobre las ruinas: Desde la Casa Blanca y desde el Palacio Nacional el mensaje es similar: nada de lo anterior sirve, hay que desmantelarlo, arrasar con todo para empezar a construir desde cero la grandeza perdida de Estados Unidos y México. Cortan a machete, de raíz, como diríamos en México. Junto con lo podrido, se va todo lo bueno, la experiencia acumulada, las instituciones edificadas, los funcionarios experimentados y honestos, todos para afuera.

Que un líder esté en el extremo derecho del espectro político y el otro se ubique en el izquierdo, no cambia las cosas: los extremos se tocan, y se encuentran en la forma de liderar un país. Sorprendente, ¿no? 

rogelio.rios60@gmail.com



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