sábado, junio 25, 2016

Brexit: la falla inglesa

FUENTE: Google.com


Por Rogelio Ríos Herrán

Muy poco puede agregarse a lo que ya los analistas en su mayor parte han señalado: lo que presenciamos el jueves 23 de junio en Gran Bretaña, la votación a favor de la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) en el denominado Brexit, es un gran error histórico de los británicos, un retroceso inconmensurable al siglo 20 cuando, por el contrario, deberían estar mirando hacia adelante en el siglo 21.

El estrecho margen de ganancia del voto ganador, 52 por ciento contra 48 por ciento del voto por permanecer, indica que el sentimiento separatista no es abrumador ni mucho menos predominante en la comunidad británica.

El resultado de ello será una nación profundamente dividida por una cuestión que no debería haberse ni planteado en primer término: una cosa es cuestionar el funcionamiento de la Unión Europea, lleno de imperfecciones, pero otra muy distinta es separarse del proyecto europeo de integración, el más importante proceso político del siglo 20 y un modelo para la integración de las naciones en el futuro inmediato.

El separatismo inglés, al provenir de razones políticas internas y de coyuntura, permeadas de prejuicios y excesos de nacionalismo y xenofobia, seguramente hará más lento el proyecto europeo, pero no lo detendrá de ninguna manera.

Con Gran Bretaña o sin ella, la Unión Europea tendrá que seguir adelante en un proceso que ya es irreversible: la formación de una comunidad de naciones con instituciones y autoridades supranacionales y una economía comunitaria, por llamarla de alguna manera, que no tiene réplica en el resto del mundo.

Los errores se pagan caro. Los grandes errores, se pagan más caro aún. La estrechez de miras de los políticos ingleses impulsores de la separación, su manera de manipular a la opinión pública azuzando temores xenofóbicos y nacionalistas, apelando a un concepto de soberanía nacional ya caduco en el caso europeo, regresará al Reino Unido a una senda que ya había transitado, la de una idea de soberanía y orgullo nacional obsoleta que parece más bien del siglo 19, no de la época actual.

Se abre ahora un periodo incierto para los ingleses en el que deberán tramitar su salida de la UE mediante una negociación que podría extenderse hasta a dos años, si es que antes las veleidades de la política interna inglesa no hacen dar marcha atrás a una decisión absurda como la del 23 de junio. 

A lo largo de ese plazo veremos el efecto de la separación inglesa a nivel global, el impacto en los mercados, el castigo internacional al Reino Unido y al final el asentamiento de las aguas globales después de pasada la tormenta.

Para los ingleses, será la vuelta a un país que ya habían supuestamente dejado atrás. Su tormentosa relación con el “Continente” los ha llevado ahora a dar un paso en la dirección equivocada, uno que satisface y beneficia nada más a sus políticos de extrema derecha que brincan de gusto por la victoria pírrica que han logrado aun a costa del atraso de su país ante las corrientes de vanguardia de la historia.


Uno no puede menos que preguntarse: ¿En dónde estás, Winston Churchill?

rogelio.rios60@gmail.com 

Una visita a CDMX

Por Rogelio Ríos Herrán  Todo estaba planeado para pasar Paty y yo un domingo perfecto el 21 de abril en una visita de pisa y corre, de viaj...