viernes, septiembre 22, 2023

El huracán de Marcela Turati

 


Por Rogelio Ríos Herrán 

 

Terminé la lectura de “San Fernando: Última Parada. Viaje al Crimen Autorizado en Tamaulipas (México: Penguin Random House Grupo Editorial, Colcción Aguilar, 2023, 419 pp.) con la misma sensación de haber corrido una distancia larga, 15 o 20 kilómetros, a pleno sol y sin agua: emocional y físicamente exhausto ante lo que leí.

 

La periodista Marcela Turati, su autora, nos presenta en su libro el resultado de varios años de investigación periodística sobre sucesos extremadamente violentos ocurridos en San Fernando, Tamaulipas, entre 2010 y 2011: asesinatos en masa de migrantes centroamericanos y mexicanos, descubrimiento de fosas de entierros clandestinos de personas, ausencia total de autoridad, y revela cómo fue la operación abierta y sin límites de una banda del crimen organizado (Los Zetas) en ese poblado tamaulipeco.

 

Los delincuentes de un cártel (Los Zetas) se apoderaron por completo en esos años de San Fernando como estrategia de guerra contra las bandas rivales (Cártel del Golfo). 

 

Con sus actos, borraron todo vestigio de autoridad municipal, estatal y federal en ese poblado y sus alrededores y condenaron a sus habitantes y a los migrantes que iban de paso a morir en su maquinaria de exterminio.

 

Marcela abordó esa historia no desde la perspectiva estrecha de la narrativa gubernamental y la cobertura mediática de boletín de prensa. Al contrario, lo hizo desde las voces y relatos, los testimonios y el acompañamiento a las familias de los asesinados y desaparecidos que se encontraron absolutamente indefensos y vulnerables antes las autoridades que debían ayudarlos.

 

Vista así, la tragedia de San Fernando se percibe desde la óptica de los asesinados, secuestrados y enterrados en las fosas clandestinas gracias, sobre todo, a la persistencia de sus buscadores.

 

No puedo dejar de subrayar el tamaño del esfuerzo de Turati para lograr un trabajo periodístico que vierte en este libro monumental (por su extensión y su valor periodístico) de dos maneras: la de quien da voz a las víctimas; por otra parte, la de una periodista que nos ofrece su bitácora de trabajo riguroso, como una lección viva para los jóvenes periodistas.

 

Marcela (junto con Ana Lorena Delgadillo y Mercedes Doretti) se encuentra todavía hoy bajo la investigación criminal de las autoridades federales con un expediente abierto en el que la acusan de secuestro y delincuencia organizada, como bien lo explica al final de su libro en el capítulo “El tomo 221”: 

 

“La averiguación en nuestra contra sigue abierta…quienes lo hicieron saben que al desenterrar la verdad -desde el periodismo o las ciencias forenses o la defensa de los derechos humanos-… se exhuman también evidencias, las complicidades que permitieron esas muertes, las huellas dactilares de quienes impiden que esas víctimas vuelvan a casa”.

 

El periodismo de investigación agrega Marcela, “en este país donde la justicia no existe, muchas veces cumple la función de comisión de la verdad en tiempo real”.

 

Al comentar el libro en un evento reciente en la CDMX, el escritor Juan Villoro dijo que calculaba en un 25 o 20 por ciento la escritura propia de Marcela en el libro. 

 

El resto del texto correspondería a los testimonios de familiares y mujeres y hombres buscadores recopilados por ella misma a lo largo de varios años, viajes peligrosos y un trabajo por momentos detectivesco para localizar a las personas. La autora cedió su voz a los que no la tenían.

 

Todo ello le provocó a Turati un desgaste emocional profundo; así lo confiesa ella y tal lo percibo en la lectura de su libro. No puede haber distancia emocional ni frialdad analítica después del huracán de visitar las morgues, casas funerarias y, sobre todo, las fosas clandestinas con montones de cadáveres.

 

Ese desgaste emocional lo comparten, me atrevo a decir, sus lectores, como fue mi caso. Quizá en algún escrito posterior nos comparta más extensamente Marcela, a manera de ensayo o memoria, los recuerdos y emociones de su viaje a uno de los extremos del periodismo de investigación: aquel en donde se pone en riesgo la vida misma.

 

Por lo pronto, veamos en “San Fernando: Última Parada”, no sólo un reportaje excelente de Marcela Turati, sino un libro de muchos autores y múltiples voces que encontraron espacio y audiencia, incluso desde las fosas, en sus páginas.

 

Gracias, Marcela, y de acuerdo contigo: “hay que echar luz a estas historias para que no se repitan”.

 

@rogeliux

 

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