martes, julio 07, 2015

¿HURACÁN GRIEGO?

Ciudadanos griegos celebrando el triunfo del 'No' en el referendo del 5 de julio.
Fuente: google.com



Por Rogelio Ríos Herrán

¿Puede Grecia realmente desestabilizar no sólo a la Unión Europea y a la Euzona, sino a la economía mundial? Si nos atenemos a la cobertura mediática de la crisis de pagos griega parecería indudablemente que sí, que un tropezón en Atenas hará derrumbarse a Berlín, París y Nueva York como si fueran fichas de dominó.

Pero si seguimos un análisis más pragmático y separado de las emociones intensas que provoca el “No” que la mayoría de los participantes griegos en el referendo del domingo 5 de julio le plantaron al FMI, al Banco Central Europeo y a la Comisión Europea, veremos que el peso efectivo de la crisis griega está situado en algún punto más cercano a las posibilidades de un acuerdo que a un apocalipsis financiero.

Todo el armado de un referendo que el gobierno de Tsipras hizo de último momento y cuando la materia sobre la que se iba a votar ya no estaba vigente (un paquete de rescate europeo que ya había expirado) fue, sobre todo, una demostración de fuerza política que le daría capital político.

Por supuesto que el nacionalismo resurgiría entre una población agobiada por medidas sumamente restrictivas impuestas por organismos financieros externos a la realidad cotidiana de Grecia.

Era evidente que, como en otros casos de rechazo nacional al FMI, la reivindicación de la soberanía griega alentaría a muchos griegos a votar por el “No” incluso si no simpatizaban realmente con el gobierno de Tsipras.

Lo que sigue, y que ya inició en Europa, es que acudan de nuevo a la mesa de negociaciones tanto griegos como europeos para, bajo un nuevo contexto, hallar una salida a la crisis de liquidez de Grecia.

¿Se concretará el ‘Grexit’? ¿Abandonará Grecia a la Eurozona? Me parecen medidas extremas a las cuales se llegaría solamente si se agotan otras etapas intermedias de negociación, lo cual es un camino improbable.

Parece más factible que en una nueva negociación –y bajo la batuta de un nuevo Ministro de Finanzas griego que reemplazó a Varoufakis- y bajo el apremio del contexto financiero, se llegue a una restructuración de la deuda griega, que es lo que ha estado en juego desde el principio, el punto central de las negociaciones.

Fuente: google.com
Si no perdemos eso de vista, veremos que aunque haya mucho ruido político alrededor de la mesa de negociaciones (nacionalismo, europeísmo, soberanía, irresponsabilidad financiera, etc.) al final, lo que persiguen acreedores y el deudor es encontrar la manera de pagar lo que se debe bajo las debidas consideraciones, descuentos, quitas o rebajas que se estilan en estos casos.

El resto es ruido político y mediático.



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