miércoles, diciembre 31, 2025

ADIÓS. AÑO 2025

Creo que una manera prudente de terminar el año 2025, además de agradecer a Dios por los dones y bienaventuranzas recibidas, es proponer cada uno de nosotros que en el año nuevo 2026 luchemos por la reconstrucción de México inspirados en el ejemplo de quienes, desde fuera y dentro del país, arriesgan sus vidas en la lucha por la libertad.

Por Rogelio Ríos Herrán


Dar la despedida al año 2025 que hoy concluye es un ejercicio supremo de conservación de las últimas reservas de optimismo que me quedan.

Con esa reserva mínima, sin embargo, se pueden hacer maravillas para apreciar en su justo valor el año que se va.

No puedo hablar por el mundo entero, pero sí por México y los millones de compatriotas que, contra toda adversidad, resisten la tormenta: gobernantes corruptos e ineptos, pérdida de las libertades civiles, despidos laborales debido a la contracción de la economía, censura a la libertad de expresión y una larga lista de males.

En contra de eso, percibo en las familias y gente cercana a mi ámbito, el reconocimiento creciente de que lo que parece un movimiento político sólido (el Movimiento de Regeneración Nacional, Morena) es, en realidad, un bloque flojo y con muchas fisuras y cuarteaduras que amenazan con derrumbar al edificio morenista en cualquier momento.

No sé cómo se va a manifestar el reconocimiento de las fallas de Morena en las urnas, pues una derivación probable es la abstención del voto en los siguientes ciclos electorales.

¿Para qué votar si Morena ha tomado el control político y electoral para ganar de todas, todas?, piensa mucha gente.

¿Qué caso tiene participar en la lucha cívica cuando se ha consumado casi por completo la destrucción de la frágil democracia construída en el país desde los años noventa?

Los cuestionamientos son de mucho peso, no cabe duda. 

De mi parte, lo que puedo argumentar es que no importa qué tan deteriorado esté el sistema político y electoral que conocimos y disfrutamos en las tres décadas pasadas, es el único que tenemos.

Fuera de él, en el exterior del sistema político, queda sólo la vía violenta de la oposición armada (como los movimientos guerrilleros que aún persisten en México) o la fuerza desmedida del crimen organizado y sus alianzas con los gobernantes y militares corruptos.

Desde América del Sur, el ejemplo de María Corina Machado (Premio Nobel de la Paz 2025) y su liderazgo en oposición al régimen corrupto de Nicolás Maduro en Venezuela, es un ejemplo a seguir por parte de los mexicanos.

No puedo imaginar las penalidades de Corina y la oposición cívica venezolana frente a un gobernante autoritario y cruel que no se detiene ante nada para aplastar y matar a los opositores que lo cuestionan. Ella, y muchos otros opositores, viven en la clandestinidad.

No obstante la adversidad, Corina y los opositores están a punto de lograr lo impensable: la salida del poder de Maduro. 

La presión internacional y de los Estados Unidos y la Unión Europea en contra de Maduro es un factor de peso, por supuesto, pero no serviría de nada si la oposición venezolana no hubiera sobrevivido, milagrosamente diría yo, a la embestida brutal del régimen corrupto bolivariano y ha empezado a contrarrestar.

En el caso de México, Morena no es un movimiento sólido y sin fisuras como lo fue en su momento el movimiento bolivariano bajo Hugo Chávez.

Aun con Andrés Manuel López Obrador tras el escenario moviendo los hilos, el gobierno de Claudia Sheinbaum, a poco más de un año en el cargo, no tiene el carisma, el control político ni la capacidad de operación política y manejo de crisis de su antecesor.

La sociedad civil mexicana, por otra parte, sigue viva y vibrante, si bien desorganizada y aturdida por el huracán electoral con que Morena se apoderó, mediante vías sospechosas, de la elección presidencial de 2024.

El otro huracán implacable, el del crimen organizado y la violencia generalizada que sufren los mexicanos, no podrá ser contrarrestado mientras Morena esté en el poder y sus gobiernos sigan sometidos a complicidades inconfesables y a la corrupción proveniente del crimen organizado.

No sé si habrá un Premio Nobel de la Paz en 2026 para las Madres Buscadoras (así, en mayúsculas) que por todo México, un país convertido en una inmensa fosa de cadáveres, buscan por sus propios medios y a riesgo de sus vidas a los seres queridos desaparecidos. Se merecen el reconocimiento mundial.

El ejemplo de resistencia civil que esas madres dan al resto de los mexicanos es, en mi opinión, la mejor fuente de inspiración sobre los medios y las estrategias de los movimientos de oposición civil a los gobiernos y a la ideología antidemocrática morenista.

Si nada detiene a las Madres Buscadores en su empeño infatigable, ¿por qué habría de detener a los opositores mexicanos ante la amenaza autoritaria de los gobiernos morenistas?

Creo que una manera prudente de terminar el año 2025, además de agradecer a Dios por los dones y bienaventuranzas recibidas, es proponer cada uno de nosotros que en el año nuevo 2026 luchemos por la reconstrucción de México inspirados en el ejemplo de quienes, desde fuera y dentro del país, arriesgan sus vidas en la lucha por la libertad.

¡Feliz Año Nuevo 2026!


@Rios60H 



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