miércoles, diciembre 13, 2023

‘El Camino de Japón’, un comentario

 


Por Rogelio Ríos Herrán 

En el desierto de las obras en español y escritas por hispanohablantes sobre Asia, el libro que nos propone Víctor Kerber (“El Camino de Japón. Entre Dögen y los hikikomori”, 2019) es un oasis al cual el lector peregrino acude para saciar la sed de saber más sobre Japón bajo la perspectiva inmejorable del idioma común que une a los latinoamericanos. 

No es menor este punto y ahí reside lo valioso de la aportación del Dr. Víctor Kerber: una obra escrita por un especialista mexicano sobre Japón, publicada en español, y que se agrega a las aportaciones mexicanas a los estudios sobre Asia. 

Con su breve, ágil e iluminador libro, Kerber nos lleva de la mano en el sendero de la comprensión amplia -accesible al lector no especializado- de una materia compleja como lo es Japón, su cultura, sociedad y economía, por no mencionar su idioma. 

Su intención, manifiestamente pedagógica, se cumple cabalmente.  

Como lector, uno queda fascinado (elegí el término cuidadosamente) por la revelación de la cultura japonesa en palabras sensibles y comprensibles. Verdaderamente, leer “El Camino de Japón” es como sentarse en el salón de clases a escuchar una magnífica disertación sobre la cultura japonesa.   

Si es usted especialista en temas asiáticos o un lector apasionado sobre las culturas orientales, quedará más que satisfecho con este breviario y, como me sucedió, querrá leer los libros subsecuentes del autor sobre el tema.  

Kerber, sin proponérselo quizá, está en deuda con sus lectores: ¿cuándo publicará el siguiente volumen sobre Japón? 

En poco más de 100 páginas de texto, además de bibliografía, anexos, glosario, referencias iconográficas y síntesis biográficas, el autor despliega su conocimiento y cercanía con la cultura japonesa. 

Las ilustraciones de Alejandra Martínez Austria, los kanjis de Omar Rosales Ambriz y la fotografía de portada de Emanuel Silva Mejía, además de una edición pulcra y bien cuidada, conforman el universo editorial que da vida y atractivo a este libro. 

Kerber armó su obra en cuatro capítulos:  

  1. Japón ante el mundo. 

  2. El Japón que se extravió. 

  3. El Zen posmoderno. 

  4. El poder del Shinto. 

A ello lo complementa su propia conclusión y un prólogo de Masateru Itó, miembro del cuerpo diplomático japonés, especialista en temas latinoamericanos y traductor de la obra de Octavio Paz. 

Desde la introducción, el autor nos plantea la pregunta que guía al desarrollo de sus argumentos en toda la obra: ¿Qué fundamentos del espíritu japonés podrían contribuir a la construcción de una nueva etapa en el desarrollo a nivel global? 

El capítulo tercero, “El Zen posmoderno”, es mi favorito: “el Zen es tan absoluto e indescriptible, que sólo puede accederse a través del despertar de la mente”. Se aborda ahí a los Sabios de Kyoto (o Escuela de Kyoto), “una concurrencia ecléctica de filósofos que coincidieron en la Universidad de Kyoto antes de la Segunda Guerra Mundial”. Se analiza además al culto a la Naturaleza en la tradición Zen, el diálogo entre la Naturaleza y el vacío, así como a la Naturaleza y la voluntad. Retoma a pensadores como Hajime Tanabe, Kitaro Nishida y Keiji Nishitani con relación al vacío japonés, al choque entre la tradición y la modernidad: 

“En occidente todavía se tienen la fe, la ética, las ideas, etcétera, heredadas del cristianismo y la filosofía griega, y la integración de estos diversos elementos sigue siendo la fuerza dinámica detrás de la formación de la persona. Sin importar cuánto se está sacudiendo esa base, aún está muy viva y se lucha contra ella sólo a costa de una determinación feroz. 

“Para nosotros en Japón, las cosas son diferentes. En el pasado el budismo y el pensamiento confuciano constituían esa base, sin embargo, ya han perdido su poder, dejando un vacío y un hueco total en nuestro terreno espiritual. Nuestra era probablemente represente la primera vez desde el comienzo de la historia en que se ha producido tal fenómeno.” (Keiji Nishitani). 

Por estas y otras referencias a pensadores japoneses y por la habilidad discursiva del autor para engarzar las diversas épocas y corrientes del pensamiento japonés en un todo coherente, claro y accesible, el capítulo tercero del libro me pareció particularmente brillante.  

La edición de “El Camino de Japón” bajo el sello editorial KASABLANKA Ediciones (kasablanca.ediciones@gmail.com) y al amparo de la Fundación Kosuga y Hashi Gallery, consta de 500 ejemplares, los cuales me parecen notoriamente insuficientes para propulsar la labor de difusión de esta obra, cuyas virtudes pedagógicas pueden ser ampliamente aprovechadas en las aulas, desde el nivel preparatoriano hasta el universitario. 

No dudo, por tanto, que habrá ediciones sucesivas de esta obra tanto en formato impreso como electrónico. Víctor Kerber ya está, seguramente, pensando y escribiendo borradores sobre su siguiente libro sobre Japón, el tema que ha sido la pasión de su vida profesional y académica. 

Perfil de Víctor Kerber: Es egresado de la Licenciatura en Relaciones internacionales por El Colegio de México, realizó estudios de posgrado en la Universidad de Sophia, Tokio, fungió como titular del Consulado de México en Osaka, Japón, y es Doctor en Ciencias Sociales por El Colegio de Michoacán, México. 

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