Por Rogelio Ríos Herrán
No había tenido la oportunidad de escuchar de viva voz
y calibrar a gente cercana a Andrés Manuel López Obrador en Morena, personas de
su círculo más próximo, bien preparadas y destacadas cada una en su ámbito
profesional hasta que, invitado por un buen amigo economista, acudí a escuchar
a Tatiana Clouthier, John Ackerman y Paco Ignacio Taibo II reflexionar sobre el
significado de la Cuarta Transformación, el lema que captura los objetivos del
próximo gobierno nacional.
El evento se celebró el 10 de octubre en el Teatro
Universitario de la UANL, en su campus de Mederos al sur de Monterrey, un
recinto que proporcionó la atmósfera adecuada para -en un ambiente cálido como
de piano bar- escuchar el diálogo de los ponentes con la comunidad
universitaria, qué pretende y hacia dónde va la llamada “4T”.
Pocas veces se conjunta un buen equipo de ponentes
para exponer una plataforma de ideas y objetivos y aceptar preguntas y
cuestionamientos de los asistentes. La buena química entre Tatiana, Taibo y Ackerman
es evidente y contribuye a revelar, sin filtros ni ataduras mediáticas, lo que
pocas veces se puede percibir entre el remolino de la política cotidiana: la
mística que impulsa a las personas a involucrarse en la política, a imaginar utopías
y horizontes mejores para nuestra nación, a luchar por la opción política que
consideran justa y posible.
La mística se refiere a algo que “incluye misterio o
razón oculta”, una “experiencia de lo divino” (según la Real Academia), que, contrario a
lo que pensaríamos, tiene una gran aplicación a la actividad política.
Esa perspectiva nos facilita la comprensión de frases
como “No hablar de tú y yo, sino de nosotros” (Tatiana); “soplan aires de
libertad”, “el cambio llegará” (Taibo); “Lo que Morena ha hecho en pocos años
no lo ha logrado ningún otro partido en el mundo” (Ackerman).
Sería fácil desechar esas palabras como “propagandísticas”.
Craso error. No con este trío de convencidos de su proyecto de izquierda. No
con sus antecedentes ni con su bagaje de vida y madurez políticas. Encuentro
sumamente difícil no creerles, si quisiera llevar el escepticismo al extremo.
Sobre todo, cuando en determinado momento Taibo
reconoció que a la 4T se ha subido personajes de “dudosa reputación” y,
contestando una pregunta expresa, afirmó que garantizaba la buena fe de los
ponentes y de su proyecto, pero que no podía absolutamente dar garantía alguna
de que tendrían éxito, aunque sí de que “ninguno de nosotros nos vamos a
quebrar”. Muchos aplausos, por supuesto (“¡Yo soy mitinero!”, remató Taibo).
Los temas se entrelazaban, llevaban unos a otros: una
austeridad cuyas normas se establecerán en una Ley de Austeridad (“austeridad
republicana”, agregó Ackerman) próxima a presentarse; “desmonetizar” el
servicio público, el salario no será la única motivación para construir un
nuevo perfil de funcionario público (Taibo); impulsar de inmediato la creación
de una forma de Comisión de la Verdad sobre desaparecidos en México (apoyada por los
tres ponentes); extender una mano a los jóvenes, darles becas, abrir las
puertas a su participación en política (Tatiana).
Rosario Piedra Ibarra, asistente al evento, puso el
toque dramático al poner sobre la mesa el clamor de justicia para los
desaparecidos, los de ahora y los de antes, como una vieja exigencia de los
mexicanos. Tatiana le contestó que ella tenía siempre en mente el ejemplo de
lucha de Doña Rosario, la madre de Piedra Ibarra, como pionera de la causa a
favor de los desaparecidos. Fue un momento intenso.
Llegado el tiempo de concluir, la penumbra se disipó
no solamente en el sentido de que se encendieron las luces del recinto, sino de
que se encendieron otras luces más: las del entendimiento sobre tres místicos
de esta nueva plataforma que quiere transformar a México.
Eso fue lo más valioso: saber más de cómo viven ellos
el momento político, qué los mueve, si hay o no brillo en sus ojos, pasión en
la voz y cómo pueden transmitirle a AMLO y al resto ese espíritu de lucha.
No sé qué tanto avanzará a partir de diciembre el
nuevo gobierno morenista entre lo prometido y lo cumplido, la tarea se ve de
proporciones épicas. Hay mucho por remontar y muy poco tiempo para intentarlo.
En la política los plazos son fatales, las exigencias son imperativas y al que
no cumple se le castiga en las urnas.
Lo que sí sé es que Tatiana, Taibo y Ackerman van a
dar una pelea formidable por su causa. A un místico lo mueve el fuego de las
ideas, las propuestas, la utopía posible, no nada más los intereses y el pragmatismo.
Tendrán que surgir oponentes de tan alto nivel como el de ellos para frenarlos,
¿los hay en México?
“Que no se confunda la crítica con la calumnia”,
pidieron los tres ponentes. No conviertan las redes sociales en foros de
linchamiento. En eso concuerdo plenamente, como periodista y como ciudadano,
con ellos. No dejaré de criticar, pues ésa es mi función y razón de ser (mi
propia mística, vamos), pero trataré de estar a la altura de quienes critique.
Buena fortuna a Tatiana, Taibo (¡"sin humor no hay izquierda"!) y Ackerman, creo que le
aportarán mucha credibilidad a su causa. No dejen de conectar con la gente: que
no se apaguen sus flamas.
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