viernes, octubre 12, 2018

Clima desastroso, ¿qué esperamos?






Por Rogelio Ríos Herrán


Vi las imágenes por CNN de la devastación del huracán “Mike” en la península de Florida y quedé sumamente impactado: cuadras enteras barridas por los vientos en algunos poblados; en donde antes había casas y edificios no quedaba piedra sobre piedra. Todo ello a lo largo de una franja de 200 kilómetros de territorio floridense.
Por eso me sorprendió que ni en Estados Unidos ni en México, en plena temporada de tormentas y huracanes, se haya tomado con la debida importancia las señales provenientes de organismos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) mediante dos informes recientes que nos advierten sobre el cambio climático y sus consecuencias catastróficas.
En el reporte titulado “Pérdidas económicas, pobreza y desastres 1998-2017” (Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres), se menciona que el impacto de los desastres naturales en la economía mundial entre 1998-2017 fue de 2.9 millones de millones de dólares, lo cual significó un aumento del 151% respecto al periodo 1978-1997.


Estados Unidos ha sido el país más afectado por los desastres naturales en los últimos 20 años, seguido por China y Japón.

Lo preocupante es que los fenómenos meteorológicos considerados como “extremos” (huracanes, terremotos, etcétera) representan el 77% de las pérdidas (2.24 millones de millones de dólares).

Además, durante ese periodo fallecieron 1.3 millones de víctimas y nada menos que 4 mil 400 millones de personas (casi la Humanidad entera) fueron heridas, perdieron su hogar, tuvieron que desplazarse o acudieron a ayuda de emergencia. Si no se trabaja en la prevención de riesgos asociados al cambio climático, las pérdidas económicas y de vidas humanas se incrementarán.

Por su parte el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), reveló hace días los avances de un informe especial sobre la reducción del calentamiento global en 1.5 C (en lugar del 2 C) y los beneficios que tendría sobre las personas y los ecosistemas naturales.

El informe será la aportación científica a la Conferencia sobre Cambio Climático de diciembre en Polonia. Se realizó a invitación de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático tras aprobar el Acuerdo de París en 2015, del cual México es participante.

El esfuerzo de colaboración de los 133 autores contribuyentes al Informe nos proporciona una herramienta de primera mano para definir cómo y qué tan rápido podemos avanzar en la meta propuesta: disminuir el calentamiento global en 1.5 C -o menos- en las próximas tres décadas para asegurar la sustentabilidad del planeta y de las generaciones venideras.

Vale la pena resaltar algunos puntos del Informe sobre la diferencia entre 1.5 C y 2 C:

1)    En 2100 la elevación del nivel global del mar sería 10 cm inferior. La probabilidad de que el Oceáno Ártico quedara libre de hielo en verano sería de una vez por siglo (con 1.5 C) frente a mínimo de una vez por decenio (con 2 C).

2)    Los arrecifes de coral disminuirían entre un 70 y 90% con 1.5 C; con 2 C desaparecería el 99% de ellos.

3)    Arriba de 1.5 C se incrementa el riesgo asociado a cambios duraderos o irreversibles, como la pérdida de algunos ecosistemas.

Es difícil mantenerse impasible ante el avance del calentamiento global y el incremento del clima desastroso (“Nasty weather”, dicen los angloparlantes) y el azote de huracanes y tormentas devastadores. Hay quienes hablan ya de la posibilidad inminente de huracanes de categoría 6, los cuales no puedo ni imaginarme.

Lo de “Mike” en Florida, los tsunamis en Indonesia, las recientes experiencias trágicas en Puerto Rico y Houston, la pesadilla en que se han convertido las lluvias y tormentas furiosas en nuestras ciudades mexicanas es más que un aviso: no es algo que va a suceder en un futuro distante, sino un fenómeno que ya empezó a manifestarse y que avanza muy rápido.

Mientras el cambio climático no se instale en forma preponderante en los temas mediáticos y de opinión pública, sin embargo, poco podemos esperar de nuestros gobiernos y de la exigencia que los mexicanos les hagamos sobre atender el asunto.

¿Qué tiene qué suceder? ¿Cuál será el punto que nos sacuda y nos haga reaccionar? No lo sé con certeza, pero como mexicano apoyo la idea de seguir participando activamente en el Acuerdo de París, el IPCC y los demás organismos de la ONU para dar la batalla al cambio climático.

El que no quiera sumarse a esa lucha pagará las consecuencias. La Madre Naturaleza no perdona.
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Link al reporte de la Oficina de Naciones Unidas para la Reducción de Riesgos de Desastres:
https://news.un.org/es/story/2018/10/1443432
Link al Informe Especial del IPCC:
https://www.ipcc.ch/report/sr15/





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