jueves, agosto 02, 2018

Nuevo León: juego de adivinanzas






Por Rogelio Ríos Herrán
Es complicado para los observadores de la vida pública en Nuevo León considerar cómo es que una entidad tan avanzada en la industria y las finanzas, con instituciones educativas de prestigio internacional, con recursos humanos abundantes y de primera línea, carezca de un liderazgo político a la altura de su desarrollo.


Jaime Rodríguez Calderón regresó a la Gubernatura  nuevoleonesa a principios del mes de julio tras aventurarse como candidato independiente en la elección presidencial.

Su regreso no fue bien recibido entre muchos nuevoleoneses que habían considerado como un grave incumplimiento la aventura presidencial de “El Bronco” a su repetida promesa de campaña de “no chapulinear”, es decir, abandonar su puesto por buscar otro.

Eso no lo cumplió y es algo que no le perdonan quienes lo habían apoyado en las urnas. No sólo no pudo competir en la lid presidencial (obtuvo el 5.2 por ciento de votos), sino que tuvo que librar acusaciones de firmas falsas para su candidatura y recibir la aprobación del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, en medio del disgusto de los nuevoleoneses.

En la sesión del Consejo General del INE del próximo 6 de agosto se contempla una multa de 396 mil pesos para Jaime Rodríguez por irregularidades en su manejo de campaña, gastos no reportados, etcétera.

En fin, no deja de rodear la polémica a “El Bronco”, por lo cual es inevitable preguntarse si en medio de tantas disputas y fricciones tendrá tiempo de gobernar a Nuevo León y de actuar a la altura de lo que la sociedad desea de un Gobernador.

A prácticamente la mitad de su sexenio, no se puede conceder ya desde la sociedad ninguna tregua ni beneficio de la duda al Gobernador, mucho menos en el momento político en que vive México con la alternancia en la Presidencia de la República hacia un nuevo movimiento político que pretende cambiar muchas cosas.

Decían los viejos políticos que, antes que nada, para aspirar a cosas mayores en sus carreras, había que tener la casa en orden.

No parece ser el caso de Jaime Rodríguez Calderón. O por lo menos su estilo particular de liderazgo político no permite entrever cuál su visión como gobernante, cuáles son los objetivos de su administración y cómo está trabajando en el terreno y en el día a día para lograrlo. Con él es un juego de adivinanzas, no de certezas.

En Nuevo León contamos con una visión a largo plazo del desarrollo que la sociedad quiere. Se plasmó ese anhelo en el documento “Nuevo León Mañana: Plan Estratégico para el Estado de Nuevo León 2015-2030”, en donde se plantea una visión amplia para la entidad norteña.

Fruto del gran esfuerzo del Consejo Nuevo León para la Planeación Estratégica que agrupó a empresarios, académicos y sociedad civil en su formulación, el Plan es una hoja de ruta ampliamente consensuada entre los nuevoleoneses sobre lo que le hace falta al Estado y cómo lograrlo.

No necesita “El Bronco” más que apegarse al Plan, olvidarse de aventuras nacionales y, como se dice coloquialmente en tierras regiomontanas, “ponerse a jalar”, a trabajar sobre lo que los nuevoleoneses quieren, ¿es eso demasiado complicado?

Las palabras de Carlos Salazar Lomelí (quien preside el Consejo Nuevo León) sobre la intención del Plan son muy claras: “Se trata de un plan con un horizonte de largo plazo, que pretende una continuidad en las políticas públicas más allá de las metas sexenales y de las coyunturas presentes, tal y como lo recomiendan las mejores prácticas internacionales”.

Todavía está a tiempo Jaime Rodríguez de recuperar a la novia perdida por andar en otras labores, la novia nuevoleonesa que en el 2015 lo puso en la Gubernatura con un millón de votos y otro millón de toneladas de capital político. La cuestión es, ¿querrá la novia volver con él? 
rogelio.rios60@gmail.com

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