viernes, marzo 02, 2018

Rusia y China: 'tigres de papel'

Fuente: google.com


Por ROGELIO RÍOS HERRÁN

El camarada Mao Zedong tenía, en los años 50 del siglo pasado, una forma peculiar de criticar a Occidente cuando tildaba a las potencias imperialistas de “tigres de papel”, es decir, de ser países cuyos líderes presumían un poder que realmente no tenían, gigantes con pies de barro incapaces de cumplir sus amenazas de dominación imperial.

Puede ser que estemos al borde de usar esa expresión de Mao para calificar, ahora en el siglo 21, tanto al líder chino Xi Jingpin como al prócer ruso Vladimir Putin: ¿presumen de un poder del que en verdad carecen?

Da la impresión de que ambos líderes pretenden establecer sus áreas de influencia a golpe de discursos y doctrinas de dominación y zonas de influencia que suenan obsoletas en nuestros días.

En China, el Partido Comunista Chino abrió la puerta en días pasados para cambiar la Constitución china y permitir a Jinping su reelección por un nuevo periodo de gobierno al abolir los límites a su reelección.

Además, elevó a rango constitucional lo que los comunistas chinos llamaron “el pensamiento Xi Jinping”, a la manera de “el pensamiento Mao Zedong” que en su época se convirtió en la doctrina de Estado, en la cartilla (“El Libro Rojo”) que todos los chinos en edad escolar debían leer para su adoctrinamiento.

En Rusia, Putin anunció esta semana en su mensaje a la nación desde el Kremlim nada menos que una nueva generación de misiles nucleares “invencibles” que evaden cualquier tipo de defensa antimisiles conocido. El 18 de marzo se celebrarán elecciones presidenciales en ese país y Putin navega con tranquilidad, una vez suprimida toda oposición, hacia un nuevo periodo presidencial.

Adelantándose a la crítica por emplear los recursos rusos en un enorme gasto militar y en nuevos sistemas de armas, Putin afirmó que se duplicaría el gasto social en la salud pública, que se incrementará la expectativa de vida de los rusos de 73 años en la actualidad a 80 años de vida en 2030 y que colocará a Rusia entre las cinco primeras economías del mundo (no está posicionada hoy ni entre las 10 primeras, según se mide por su PIB).

Es decir, Xi y Vladimir lo pueden hacer todo: proyectar a sus naciones al exterior incrementando su poderío militar sin que ese gasto implique una reducción de los recursos internos que sus sociedades necesitan para prosperar.

Son naciones súperpoderosas con sociedades con bajos niveles de vida, si se miden con diversos indicadores como el Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas. Tienen sofisticados sistemas de armamentos convencionales y nucleares, pero rudimentarios sistemas políticos autoritarios en los que la democracia está explícitamente excluida (China) o existe en la forma, pero no en la realidad (Rusia).

Hablamos de sociedades divididas entre segmentos que viven en la modernidad y amplios sectores que lo hacen en la economía y sociedad tradicionales. Potencias de dos piernas: una que avanza firme hacia el frente, otra que se atora en el pasado.

Sus élites gobernantes no pueden o no quieren darse cuenta de ello porque se derrumbaría su legitimidad y terminaría su dominación. Por ello recurren a una herramienta de supervivencia: inventar amenazas externas, establecer zonas de influencia que defiendan su soberanía, proyectar una grandeza que es ilusoria, llevar a sus naciones al borde de la guerra o involucrarlas en guerras locales sangrientas en apoyo de dictadores.

Ni los campesinos rusos ni los chinos comen misiles. De nada les sirve a las clases pobres y medias de sus ciudades el despliegue de sistemas de misiles ultramodernos, es como el mendigo que ve pasar un Cadillac en la calle: "qué bonito", pensará, "pero no me sirve de nada".

Si estamos viviendo una vuelta a la Guerra Fría, a sus discursos de odio y a su armamentismo, bien valdría la pena retomar desde México la valiosa postura de la lucha contra la carrera armamentista, la delimitación de zonas en donde se prohíban las armas nucleares y la defensa de la autodeterminación de los pueblos en contra de las intervenciones de las superpotencias, esos tigres de papel que no dejan de mostrar sus garras. Ante ellos, defendamos la paz.

rogelio.rios60@gmail.com




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