viernes, abril 14, 2023

Migrantes y responsabilidad internacional


Por Rogelio Ríos Herrán 

La muerte de 40 migrantes y las heridas graves a 28 más  por eventos del 27 de marzo en las instalaciones federales del Instituto Nacional de Migración, en Ciudad Juárez, Chihuahua,  hicieron susceptible al gobierno mexicano de acusaciones por incurrir en responsabilidad internacional.

 

Las diversas nacionalidades de los migrantes (Honduras, El Salvador, Guatemala, Colombia y Venezuela) y las circunstancias de omisión criminal de las autoridades migratorias obligaron también al gobierno mexicano a la reparación del daño, por ejemplo, en la repatriación de cuerpos de migrantes guatemaltecos a su país, aunque no terminan ahí sus deberes.

 

Cuando he comentado la obligación del Gobierno de AMLO de responder a las acusaciones de gobiernos centroamericanos por la muerte de migrantes que se pudo evitar por parte de los agentes del Estado mexicano, recibo muchas respuestas del tipo “nadie les pidió que vinieran”, “reclamen a sus gobiernos allá”, o “¿por qué debe México responder por los migrantes en un incendio que ellos mismos provocaron?”.

 

Al contestarles que eso mismo le dicen a los migrantes mexicanos en Estados Unidos, mis interlocutores se asombran, pero después de un momento vuelven a la carga con la misma cantaleta: es culpa de los migrantes, cuesta mucho mantenerlos, etcétera.

 

No se entiende cabalmente entre la ciudadanía el concepto de responsabilidad internacional de México. Lo peor no es eso, sino que no se entiende tampoco entre los funcionarios del gobierno federal: firmamos convenios internacionales sobre migración, sostenemos relaciones diplomáticas con los países mencionados arriba, y todo ello crea derechos y deberes a nivel internacional, ¿no hay conciencia de eso?

 

El simple hecho de ser miembro de la Organización de las Naciones Unidas compromete a México a hacerse responsable por la vida y seguridad de todos aquellos que se encuentren en el territorio nacional. La Constitución mexicana así lo refrenda al garantizar sus derechos a quien sea que se encuentre en suelo mexicano, independientemente de su calidad migratoria.

 

La responsabilidad internacional es la obligación de cada gobierno de cumplir con las normas de derecho internacional y responder a las violaciones que haga por acción u omisión. 

 

En las instalaciones del INM en Ciudad Juárez, Chihuahua, ocurrió un hecho ilícito (no auxiliar a los migrantes durante el incendio y dejarlos encerrados), atribuible al Estado mexicano (por la conducta criminal de los agentes de migración) y que obliga a México a la reparación del daño. No hay vuelta de hoja.

 

La primera reacción provino del gobierno de El Salvador, cuyo presidente Bukele presume una relación de cercanía con el presidente López Obrador. Cindy Portal, vicecanciller de Diáspora y Movilidad Urbana en ese país, exigió el 10 de abril pasado desde Ciudad Juárez “que los culpables de este crimen puedan pagar con cárcel y estamos exigiendo también la renuncia de las personas que son responsables de la política migratoria en México”.

 

Agregó Cindy que “este no es el primer caso en donde El Salvador está exigiendo respuesta, hay muchos otros casos que han quedado en la impunidad y en los que nosotros estamos solicitando resarcimiento de los daños”.

 

Por lo pronto, el reclamo salvadoreño al gobierno de AMLO pareció surtir efecto en la detención de algunos custodios, guardias privados y empleados del INM en Chihuahua; el titular nacional del INM, Francisco Garduño, no tiene orden de aprehensión en su contra, sólo el citatorio para una audiencia judicial. Muy poco y muy tarde, pero quizá ni eso hubiera ocurrido sin el reclamo extranjero.

 

Por el lado de Guatemala, hubo 28 afectados por el incendio en el INM y 17 fallecimientos identificados. El gobierno mexicano repatrió los cuerpos de varios migrantes, pero eso no calmó la rabia de sus familiares. 

 

Manuel Rojché, padre de un migrante fallecido, no se guardó nada: “ese presidente es un cobarde (en referencia a AMLO)”… ¿cómo tratas así a los seres humanos? Ni a un animal, cuando tienes tu mascota lo quieres, cuánto más a un ser humano”. Su familia pide una reparación del daño para la esposa e hijas.

 

El ciclo del dolor de los migrantes se repite una y otra vez. Lo que los centroamericanos reclaman a México, lo reclamamos nosotros al gobierno de Estados Unidos cuando hay maltrato a los migrantes mexicanos. 

 

A los mexicanos que les molesta que vengan migrantes de América Central, que piden cerrar la frontera sur, que los llaman “perros” y cosas peores, no queda más que recordarles que como país tenemos obligaciones internacionales que cumplir en la protección de las vidas y seguridad de los migrantes.

 

Recordarles también que, como personas, hay en nosotros un compromiso moral por ayudar al prójimo en necesidad no importa de dónde venga o cómo llegó. 

 

Está escrito: “Con la vara que midas serás medido”.

 

Rogelio.rios60@gmail.com

 

 

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