lunes, agosto 08, 2022

Pelosi y los machos


 

Por Rogelio Ríos Herrán



Bastó el anuncio de Nancy Pelosi, presidenta (speaker) del Congreso de Estados Unidos, de una parada en Taiwán en su gira reciente por Asia, para sacar de sus casillas a Xi Jing Ping, el líder autoritario chino, y exhibir la pobreza de su liderazgo: ¿esto es, rabia y ruido de las armas, lo que China Popular ofrece al mundo?


Con sus 80 años a cuestas muy bien llevados, la figura de una Pelosi bajando la escalerilla del avión a medianoche en Taipei, con el cansancio de las horas de vuelo, me acabó de convencer de que, a pesar de los elevados riesgos del viaje y las críticas a su “impertinencia” al provocar al líder chino, la visita de la speaker a Taiwán tuvo aspectos positivos que quizá superan a los negativos. Vean ustedes.


Primer punto: desde el inicio de la agresión rusa a Ucrania en febrero pasado, analistas de la comunidad de inteligencia en Estados Unidos, de Think Tanks en Europa y América Latina, previeron un ángulo derivado muy inquietante: la decisión de Putin de “recuperar” Ucrania para retornar a la Madre Rusia podría animar a Beijing a “retomar” Taiwán para la Madre China. Así, entre Madre y Madre, Moscú y Beijing impulsarían su narrativa nacionalista como justificación a sus agresiones. 


En vista del desacuerdo público entre la Casa Blanca y la speaker del Congreso sobre la visita a Taiwán, me pregunto si, en realidad, en privado, el Presidente Biden no vio con malos ojos ese viaje de Pelosi como instrumento de disuasión a cualquier plan de ataque de Beijing contra la isla; después de todo, el asalto gradual a la autonomía de Hong Kong está casi consumado, ¿no es Taiwán el siguiente paso?


En las semanas recientes se había incrementado la inquietud sobre un ataque, lo cual se reflejaba incluso en columnas de opinión y declaraciones de funcionarios en notas de prensa.


Segundo punto, pero no menos importante. Pelosi visitó a otra mujer, la Presidenta de Taiwán Tsai Ing-wen, y envió un mensaje de género muy poderoso a China Popular y su gobierno de Club de Tobi (“prohibida la entrada a las niñas”, ¿recuerdan la historieta?): en contra de lo que ustedes hacen en su país, en una democracia como la nuestra (por imperfecta que sea) los desacuerdos y diferencias entre poderes son reales, se ponen en práctica y son una parte esencial de nuestra vida pública. 


En contra de lo que ustedes hacen en la China autoritaria y misógina, las mujeres en la política americana tienen gran peso e influencia y son imágenes visibles: Kamala Harris, Nancy Pelosi, Alexandria Ocasio-Cortez, Liz Cheney, Elizabeth Warren, Jill Biden, entre otras. 


Todas ellas hablan, debaten, argumentan en público, a nivel personal o con sus parejas, le dan vida al funcionamiento democrático. Eso es simplemente intolerable para Xi Jing Ping, el Macho Man de China Popular, a quien jamás he visto hacerse acompañar en un acto público de su esposa o pareja, si es que tiene a su lado a una mujer que lo soporte; el mismo caso es el de Putin, el Macho Man ruso que se exhibe a caballo con el torso desnudo como su cerebro. 


Así que el Macho chino se enojó, golpeó la mesa y ordenó ejercicios militares alrededor de la isla y en el Estrecho de Taiwán, pero para su mala suerte, a la puntería china le falta una buena calibración: algunos misiles fueron a caer ¡cerca de la costa de Japón! Sí, Made in China.  


Tomen estos puntos de vista, estimados amigos, como hipótesis de trabajo, pues en realidad es complicado saber lo que sucede entre telones en la política norteamericana y, para el caso, en la china o rusa. 


Lo que es evidente es el contraste agudo entre el liderazgo de una democracia occidental (de nuevo, con todo y sus imperfecciones) y los liderazgos de regímenes autoritarios como China Popular y Rusia: ¿es esto lo que Xi y Putin tienen para ofrecer al mundo? Qué pobreza de líderes, que miseria de hombres con las mujeres.


Gracias por exhibirlos, Nancy Pelosi.


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