sábado, enero 12, 2019

Embajadora Martha Bárcena




Por Rogelio Ríos Herrán

Siempre resulta intrigante el relevo del titular de la Embajada mexicana en Estados Unidos, por mucho nuestra representación diplomática más importante en el exterior: ¿qué panorama espera a la nueva Embajadora Martha Bárcena, primera mujer en ocupar esa posición? ¿Qué podrá hacer con menos recursos y mayor carga de trabajo? ¿Cómo se conducirá ante el Presidente Trump, el Senado y el Congreso estadounidenses para afianzar en ellos los intereses del Gobierno mexicano?

Al presentar el viernes 11 de enero sus cartas credenciales al Presidente Trump, la flamante embajadora mexicana le expresó que “México desea una frontera de bienestar y prosperidad para ambos pueblos”, además de recordarle que “la historia y la geografía nos vinculan desde la independencia de ambos países”.

Bien dicho por Bárcena, y me parece que el énfasis en la vinculación histórica como sustento de la relación bilateral le puede ayudar como contrapeso, por ejemplo, a los exabruptos contra los mexicanos del día a día del titular de la Casa Blanca.

“En diplomacia y las relaciones bilaterales las palabras son importantes porque la confianza se construye mucho en palabras, pero no son lo único. Son los hechos y los avances concretos los que nos dicen cuál es el panorama general de una relación bilateral”, expresó la diplomática mexicana en una entrevista reciente a W Radio.
A pesar de la retórica trumpista, se ha avanzado en hechos concretos entre México y Estados Unidos, agregó Bárcena. Su visión personal incluye la construcción de una visión compartida constructiva entre Washington y CDMX y que se abra la oportunidad para una reforma migratoria. Muy ambiciosa perspectiva.

Queda por ver qué puede hacer la nueva Embajadora Bárcena y su equipo en la embajada en el terreno siempre pantanoso de Washington, DC. Recordemos que en la relación bilateral con Estados Unidos los mexicanos conforman un equipo diplomático más amplio que el de la sola embajada: el titular de la SRE, Marcelo Ebrard; el Subsecretario para América del Norte, Jesús Seade, y los titulares de la extensa red consular mexicana (50 consulados) en la Unión Americana. Eso sin incluir a otras secretarías de estado que inciden en la relación bilateral.

El panorama interno de Estados Unidos en 2019, sin embargo, no deja mucho espacio para el optimismo mexicano, como se puede ver:

1)    El Presidente Donald Trump atraviesa por el cierre de Gobierno (“shutdown”) más largo en la historia de ese país. El desacuerdo principal entre republicanos y demócratas gira en torno a la insistencia de Trump por obtener financiamiento para la construcción del Muro en la frontera con México que propuso desde que era candidato en campaña. El Muro es un tema político y mediático muy poderoso para la causa de Trump, ¿cómo puede contrarrestar eso la nueva embajadora?

2)    Es absolutamente indispensable para cualquier Gobierno nacional que quiera influir en la opinión pública estadounidense hacer lobby, cabildear, cultivar a amplios sectores sociales, artísticos y académicos en Estados Unidos, además de los medios de comunicación, lo cual es costoso. ¿Cómo va a enfrentar la Embajada esa tarea con menos recursos presupuestales para el servicio exterior producto de la austeridad del nuevo Gobierno? ¿Cómo se va a interpretar aquí el principio de no intervención?

3)    La promoción comercial y turística, tareas que ahora se suman a las funciones diplomáticas y consulares, ¿distraerán a los funcionarios de su labor política principal? ¿Afectarán las capacidades consulares de asistencia y auxilio a los mexicanos en Estados Unidos?

4)    Y algo que considero fundamental: ¿Logrará establecer la Embajadora Bárcena una relación estratégica cercana con la demócrata Nancy Pelosi, la vocera de la nueva Cámara de Representantes de Estados Unidos, que ayude a posicionar una mejor imagen mexicana entre los nuevos congresistas, de los cuales un número importante son mujeres? Hay antecedentes del cultivo de buenas relaciones benéficas: Rosario Green y Madeleine Albright, Patricia Espinosa y Hillary Clinton.


  Una larga carrera de 40 años en el Servicio Exterior avala la capacidad y experiencia de Martha Bárcena para enfrentar estos retos y los que el día a día le traiga. En ella recae no sólo el peso y el privilegio de representar a México ante Estados Unidos, sino también el de representar el talento de la mujer mexicana a estos elevados niveles diplomáticos. No dudo que nos dará su mejor esfuerzo y que veremos buenos resultados.

En la entrevista que concedió a W Radio, la Embajadora Bárcena habló de la necesidad de una diplomacia más “transparente” ante la sociedad mexicana, que se ventile qué piensan y cómo actúan los diplomáticos, que haya menos secrecía salvo en áreas que así lo requieran, como la seguridad. Es una muy buena idea, así que, estimado lector, le puede echar una llamada o escribir unas líneas a:

+1 202 728 1600


Nunca como ahora se necesita la cercanía entre el funcionario y el ciudadano, ya sean comentarios, ideas, felicitaciones y críticas, todo ayudará a nuestros diplomáticos a construir (o reconstruir) el puente que se derrumbó en algún momento en la relación bilateral entre México y Estados Unidos. Es lo bueno de los puentes: siempre se pueden volver a levantar. Buena fortuna, Embajadora.


No hay comentarios.:

AMLO: la fatiga del poder

  Por Rogelio Ríos Herrán  Al poco tiempo de empezar las conferencias matutinas (“las mañaneras”) en el arranque del gobierno de López Obra...