martes, diciembre 10, 2024

Claudia, Rusia y Ucrania

La devastación material de las ciudades ucranianas y el asesinato de civiles a manos de las tropas y armas rusas es condenable por donde se le vea, excepto para los gobiernos morenistas de México. 


Por Rogelio Ríos Herrán 

Dice mucho de la existencia de simpatías por Rusia entre los integrantes de Morena, desde López Obrador hacia abajo, la continuación de la indiferencia del gobierno mexicano ante el sufrimiento del pueblo ucraniano y la devastación de su país por la guerra de agresión de la Federación Rusa de febrero de 2022. 

No hay condenas públicas y contundentes desde la presidencia mexicana (la anterior y la actual) de los crímenes de guerra cometidos en Ucrania por las tropas rusas, por los cuales Vladimir Putin y funcionarios de su gobierno están acusados como “criminales de guerra” por el Tribunal Penal Internacional y pesan sobre ellos órdenes de arresto. 

Recuerdo mi incredulidad ante la creación, a instancias de Gerardo Fernández Noroña (entonces diputado federal por el PT) de un Grupo de Amistad México-Rusia en el Congreso mexicano, compuesto de un grupo de legisladores en marzo de 2022. 

Eso fue, sin embargo, un juego de niños comparado con lo que siguió después. Me refiero a la invitación a Moscú. La cual hizo el entonces presidente López Obrador para que enviara un contingente de soldados rusos a participar en el desfile del 16 de septiembre de 2023, mientras en Kiev y otras ciudades ucranianas caían las bombas rusas sobre la población civil. 

Peor, aún, no sé si por desinterés en la política exterior o por ignorancia, a Claudia Sheinbaum no le importó que el staff de la Secretaría de Relaciones Exteriores extendiera una invitación a Vladimir Putin (el criminal de guerra) para asistir a la toma de posesión de ella, alegando que se haría los mismo con todos los países con los que México sostiene relaciones diplomáticas. 

Sí, es verdad que el gobierno mexicano de los morenistas ha votado a favor en la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas en las resoluciones que han señalado a la Federación Rusa como la parte agresora en Ucrania y le han exigido su retirada inmediata e incondicional del territorio invadido. 

En los hechos, sin embargo, López Obrador se negó a enviar ayuda a la población ucraniana y no expresó su condena pública a Vladimir Putin. 

¿Qué pierde o gana el gobierno mexicano en la guerra en Ucrania? 

En balance, hay muchas pérdidas y cero ganancias en la simpatía por Putin. 

Como Estado parte del estatuto del Tribunal Penal Internacional, el gobierno mexicano está obligado a asistir, por todos los medios posibles, a la captura de Vladimir Putin y acusados rusos, pero lo que hace es ¡invitarlos a los actos oficiales en México! 

Como Estado fundador en 1945 de la Organización de Naciones Unidas, habiendo participado activamente en la elaboración de la Carta de San Francisco que dio vida a la ONU, México está obligado a cumplir activamente, no sólo de palabra, la resolución de la Asamblea General de marzo de 2022 que responsabiliza a la Federación Rusa de la agresión a Ucrania, pero los diputados de Morena y partidos afines ¡organizaron un Grupo de Amistad México-Rusia en el Congreso de la Unión! 

La embajada de la Federación Rusa en México tiene adscrito, desde hace tiempo, un número inusual de personal diplomático asignado a nuestro país, lo cual no se justifica en vista de la cifra pequeña de la comunidad rusa y el volumen reducido de comercio bilateral. 

El Gral. Glen VanHerk, jefe del Comando Norte estadounidense, señaló al respecto en marzo de 2022 que “la Agencia de Inteligencia Militar rusa (GRU) tiene actualmente desplegados en territorio mexicano más oficiales de inteligencia que en cualquier otro país del mundo con el objetivo de influir en Estados Unidos”. 

Además, agregó el General que la inestabilidad de México “crea la oportunidad para que actores como Rusia, China y otros que pudieran tener actividades nefastas en mente, busquen acceso e influencia en nuestra área de oportunidad”. 

En fin, nada qué ganar y todo que perder con el manejo imprudente de la relación diplomática con Rusia y en la evidente simpatía de López Obrador y Fernández Noroña (actual senador presidente del Senado de México), la cual, hasta el momento, la señora Sheinbaum no ha dado señales de repudiar. 

La devastación material de las ciudades ucranianas y el asesinato de civiles a manos de las tropas y armas rusas es condenable por donde se le vea, excepto para los gobiernos morenistas de México. 

¿Por qué? Afinidades ideológicas, tal vez; la búsqueda, por otra parte, de “contrapesos” a Estados Unidos, la falta de conocimiento sobre el papel nefasto de Putin, el eterno gobernante ruso, en la arena internacional y la constante amenaza del uso de su arsenal nuclear. 

Sea lo que sea, para mí está claro que Putin no es “amigo” de México ni le importa la afinidad ideológica de López Obrador o Claudia. Su objetivo es manipular al gobierno mexicano en su incesante pelea con los Estados Unidos. 

Qué papelito están jugando los gobiernos morenistas: los peones de un tablero de ajedrez que ellos no alcanzan a entender. 

@rogeliux 

 

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