Por ROGELIO RÍOS HERRÁN
1) ¿ES ESTA ELECCIÓN UN REFERÉNDUM SOBRE TRUMP? La etiqueta de “referéndum sobre Trump” es
atractiva para la cobertura mediática de la jornada electoral del 6 de noviembre, pero
hay algo un poco más ominoso, en mi opinión, sobre lo que está en juego: no se
limita a Trump, no se reduce a los republicanos que lo apoyan ni a los
demócratas que se le oponen, no se acaba en el clima de odio y divisionismo que
se vive, sino en algo más profundo: ¿por qué la democracia estadounidense da
como resultado el acceso al poder de liderazgos que no logran vencer las barreras
partidistas y convierten a los gobiernos en maquinarias ineficientes? ¿Cuál es
la falla del sistema político norteamericano que permite que quienes asumen los
liderazgos de la principal potencia mundial no den los resultados esperados, no
estén a la altura de sus responsabilidades y no sean el ejemplo virtuoso para
sus compatriotas, sino -en la mayoría de los casos- un ejemplo pernicioso? ¿Está
la democracia estadounidense en riesgo de perder su papel de referente mundial
para otras naciones y pueblos que aspiran a contar con instituciones, leyes,
libertades y mecanismos políticos tal como existen en la Unión Americana? ¿Está
en riesgo la democracia estadounidense de no cumplir su misión fundacional de
dar voz y lugar a todas, absolutamente todas las formas de ser estadounidense? ¿Ayudará
esta elección intermedia a recobrar la esperanza?
2) ¿POR QUÉ NO VOTAMOS LOS MEXICANOS EN LAS ELECCIONES EN USA? La
alta integración de hecho de las economías y sociedades mexicana y
estadounidense hace que las elecciones y el funcionamiento del gobierno
estadounidense afecten inevitablemente a México, no tanto quizá de acá para
allá. No podemos votar en sus urnas, pero sí podemos “votar” de otras maneras:
en la batalla de información equilibrada sobre México a la opinión pública americana,
en la mente y los corazones de congresistas y senadores, en el cálculo político
de gobernadores y alcaldes, en las deliberaciones de las grandes y medianas
empresas que tienen intereses en México, en cada 5 de Mayo (“Drinko de Mayo”)
que se celebra ampliamente allá, en el hechizo de la Riviera Maya y Los Cabos
sobre los gringos que se tuestan al sol en sus playas, en cada ranchero texano
que emplea a indocumentados mexicanos en sus ranchos, etcétera. En fin, en la
pelea por seducir al voto hispano a que finalmente se decida, por ejemplo, a
pintar de azul a Texas. Las elecciones intermedias no sólo son azules o rojas o
rosas, sino ¡multicolores! Ése es el universo en el que podemos tratar de influir desde lo privado y mediante la diplomacia.
3) ¿SE SIENTEN PERDIDOS EN LA JUNGLA? No lo dudo, todos
podemos perdernos en la jungla de la política estadounidense, incluso quienes
nos dedicamos al periodismo o a la academia. Hay demasiada información, mucha
distorsión, múltiples actores en juego, medios tradicionales ("mainstream") y
alternativos, infinidad de factores que inciden y un “partisanismo” demócrata y
republicano prácticamente irreconciliable en la vida pública de Estados Unidos.
¡Ah! Por supuesto, esto se da además de las líneas tradicionales de división
como raza, religión y género; la Costa Este, el Rust Belt, California, el
Suroeste, Deep in the Heart of Texas, el venerable viejo Sur, etcétera.
4) ¿CÓMO NO PERDERSE? Ayuda mucho a los observadores y estudiantes universitarios emplear, como lo hacen los periodistas,
un enfoque sencillo y altamente discriminador de la información a la que se
accede: apegarse a una mezcla de medios tradicionales (NYT, WP, CNN, FOX News -ni
modo-, NPR, Politico, The New Yorker) y alternativos (tipo Texas Tribune, The
Hill, The Cook Political Report) para las notas del día y reportajes de fondo;
además, tres o cuatro columnistas y buenos opinadores que nos den un contexto
oportuno a las notas duras (Tom Friedman, Gail Collins y Maureen Dowd son una
batería tremenda en el NYT). Eso solamente para los USA, además de consultar
sitios como BBC, El País, Le Monde, La Reppublica, O Globo, para ver cómo se
percibe allá la política gringa y compararlo con nuestra perspectiva mexicana.
No es necesario mencionar la propia selección personal de medios mexicanos que, como aplicados estudiantes de RI, manejan seguramente por default para que el maestro no los pesque en curva en cada clase: "¿Qué dijo ayer López Obrador sobre la reforma energética?", les preguntará la maestra Gaby cuando apenas se están acomodando en su asiento y le acaban de dar una mordida a la galleta (es una de las pocas alegrías de dar clases). Y “last, but not least”, si de veras quieren entender a los
estadounidenses, pues platiquen lo más que puedan con ellos, en persona, por
Skype, Facebook, como sea; lean profusamente a sus escritores que nos dan magníficos
retratos de su sociedad, vean las películas que ellos ven, recorran su venerable
Carretera 66, conozcan a sus poetas, pintores, escultores, activistas
políticos, ambientalistas, rockeros, hiphopsters, jugadores estrella de futbol
americano, coman sus hamburguesas, su BBQ, su Chili Dog, platiquen con los
truck drivers en los paraderos del camino, los obreros de los talleres, la
cajera del WalMart, los coreanos dueños de pequeños negocios, los cantineros,
los homeless que los encuentran en todas partes, los veteranos de Vietnam o del
Golfo, que también están por todas partes; si ustedes los conocen más a ellos,
también ellos nos conocerán más a nosotros y entre todos ayudaremos a destruir el yugo de los estereotipos que nos
asfixian a ambos lados de la frontera y nos conducen al odio y la discordia. El gran reto es estudiar y conocer a
Estados Unidos tanto como ellos nos estudian y nos conocen, estamos a años
luz de lograr eso aunque compartamos 3 mil kilómetros de frontera con ellos. Así, no
nos volverán a sorprender como en 2016 con la llegada de Donald Trump a la Casa
Blanca, sobre lo cual muchos nos preguntamos ¿qué pasó?, ¿por qué no lo vimos
venir? De esa manera, las elecciones intermedias y las presidenciales de
nuestro vecino del norte dejarán de ser un juego de adivinanzas y apuestas para
convertirse en un ejercicio analítico de
precisión, certero, para saber bien a qué atenernos los mexicanos, por
ejemplo, si en el próximo Congreso habrá mayoría demócrata suficiente para
promover el "impeachment de Trump", o en qué va a favorecer a México una "ola demócrata". Todo un reto, ¿verdad?, pero ustedes como
internacionalistas saben, intuyen, que no sólo estudian una carrera
profesional, sino que aprenden una forma de ver al mundo: la del hombre y la
mujer sin fronteras ni muros que lo encierren, la del ciudadano del mundo, la
de los constructores de paz. Es un viejo sueño incumplido de mi generación que
sólo alcanzó a ver la caída del Muro de Berlín y que ahora lo podrán realizar
ustedes. No dejen de
intentarlo. All you need is love!, decían los Beatles.
Muchas gracias.
(Mensaje a los estudiantes de la Licenciatura en Relaciones Internacionales del ITESM Campus Monterrey durante la mesa redonda "Elecciones intermedias en EU: ¿ola demócrata?", 5 de noviembre del 2018, con la participación de Gabriela de la Paz y Gabriel Martínez Serna, organizado por SALRI y Ciencia Política y Relaciones Internacionales, ciclo Coyunturas).
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