martes, junio 06, 2017

USA: Son las drogas...


Fuente: Google.com

Por Rogelio Ríos Herrán
  
Cuando las prioridades de los gobernantes están de cabeza, se ven enemigos fuera de casa, pero no se reconocen los que habitan en ella.

Mientras Washington persigue obsesivamente a “terroristas islámicos” alrededor del mundo, crece como epidemia la adicción a las drogas entre los propios estadounidenses.

El año 2016 marcó un récord triste para Estados Unidos: la cifra de muertes por sobredosis de drogas dio un salto respecto al 2015 para llegar a más de 59 mil decesos (de 52 mil 404 ocurridos el año anterior), algo nunca registrado en ese país, según estimaciones de The New York Times.

Se calcula en 2 millones la cifra de adictos a los llamados “opioides” (medicamentos originalmente diseñados para aliviar el dolor): la heroína, el fentanyl (50 veces más potente que la heroína y 100 veces más poderoso que la morfina) y sus similares como el carfentanil, un tranquilizante para elefantes (sí, para elefantes) cuya potencia es 5 mil veces superior a la heroína, imagínense lo que puede hacer en el cuerpo humano.

Otros 95 millones de estadounidenses recurrieron a analgésicos con receta el año pasado (número mayor al de los consumidores de tabaco), por lo cual el panorama de las adicciones para 2017 no se ve nada esperanzador.

El problema no es estrictamente estadounidense, pues la demanda de drogas para consumir en Estados Unidos tiene un impacto global: la mayoría del fentanyl que se consume en Estados Unidos, por ejemplo, se fabrica, frecuentemente de manera legal, en China, de donde se embarca a organizaciones criminales en México y Canadá para ser contrabandeado a territorio estadounidense. Para los narcotraficantes, el rendimiento de un kilogramo de fentanyl comprado en China por 4 mil dólares puede llegar hasta los 1.6 millones de dólares una vez que se vende en las calles, según estimaciones de la revista The Economist.

Un gran cambio en la manera de abordar este grave problema sería el de enfocarlo primordialmente como un tema de salud pública, es decir, del lado de las adicciones: cómo prevenirlas, pero además cómo ayudar a quienes luchan contra su adicción a drogas sintéticas tan destructivas que matan ya a casi 60 mil estadounidenses al año, además de los que mueren a consecuencia del abuso prolongado de drogas.

¿Cómo es posible que no esté en primer plano en la opinión pública estadounidense, en su Congreso, Casa Blanca y Suprema Corte el saldo de esta guerra cuyas muertes por sobredosis -nada más en 2016- es similar al de todos los soldados americanos caídos en Vietnam?

Hablar de miles de muertos, manejar estadísticas y tendencias no debe alejarnos de la cara más oscura del consumo de drogas: la red que atrapa a una persona, como a una mosca en la telaraña, y no la suelta hasta que destroza su vida o muere.

Cada historia personal perdida, el dolor de sus familias y amigos, la devastación de pueblos enteros en la Unión Americana que se quedan sin jóvenes o personas aptas para el trabajo al caer en las adicciones, eso no se contabiliza en las estadísticas, pero su impacto es suficiente para rasgar en sus cimientos a una sociedad entera, ¿qué van a hacer al respecto sus gobernantes? ¿Seguirán el mismo camino o cambiarán el rumbo?

rogelio.rios60@gmail.com

Fuentes:

New York Times: “Drug Deaths in America are raising faster than ever”, Josh Katz, 5 de Junio, 2017

The Economist: “Fentanyl is the next wave of America´s opioid crisis”, 20 de Mayo, 2017.









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