lunes, septiembre 23, 2024

MORENA: ¡nace el ‘Niño Moreno’!

 


Por Rogelio Ríos Herrán 
Si en algo no hubo “cuarta transformación” fue en el cambio de dirigencia nacional del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) el domingo 22 de septiembre, pues el famoso “relevo generacional” proclamado por la militancia morenista quedó en la designación de Andrés López Beltrán (38 años) como nuevo secretario de organización del movimiento: nació así el “Niño Moreno” de la política mexicana. 
¿Quién se acuerda a estas alturas del “Niño Verde” (Jorge Emilio González) del Partido Verde Ecologista Mexicano entre los años 2001 y 2011? Ese niño envejeció prematuramente entre la frivolidad, la ineptitud y las acusaciones de corrupción en la gestión del partido de su familia. 
Andrés López (“Andy” para los amigos) llegó para controlar, desde su puesto, al resto de la maquinaria partidista para no desviarse de su misión única: cuidar el legado de su padre, Andrés Manuel López Obrador, como lo dijo explícitamente el día 22 de septiembre. 
Tal como lo hizo el “Niño Verde” González en el Partido Ecologista, el “Niño Moreno” López manejará probablemente el partido guinda como negocio familiar, por encargo paterno, y transformará al “movimiento” en un linaje dinástico. 
Hablamos, por supuesto, del manejo de miles de millones de pesos de los recursos que el INE otorga a Morena cada año, pero también de algo más profundo: un conflicto de interés entre el hijo de un próximo expresidente y el padre que anhela seguir manteniendo el poder, a través de su hijo. sobre las grandes decisiones de la sucesora. 
El papel que desempeñarán Luisa María Alcalde (presidenta, 37 años) y Carolina Rangel Gracida (secretaria general, 35 años) será más formal que real: por un lado, la experiencia, capacidad y trayectoria de ambas directivas parece claramente insuficiente ante el desafío de llevar las riendas morenistas; por otro lado, el poder real dentro del partido recaerá en “Andy”.   
A la Tía Claudia le hará caso o no el “Niño Moreno”, según lo que convenga a la dinastía familiar que cobró vida formalmente tras el cambio de dirigencia morenista: los López de Macuspana, como si fuera nueva serie de Netflix. 
Si las decisiones de políticas públicas de Claudia Sheinbaum las percibe en contra del legado, el flamante Secretario de Organización no moverá un dedo para apoyarlas y sí podrá mover muchos dedos para congelarlas. 
Desafortunadamente para la vida pública de México, el cisma morenista ya está presente en el escenario político: los morenistas de Claudia, por un lado, acotados casi por completo; por el otro, los morenistas que, con un fervor digno de las “Guardias Rojas” del Camarada Mao durante la Revolución Cultural China, seguirán al Niño Moreno treintañero que funge como delegado del padre. 
El “Maximato” tan temido en México no tendrá necesariamente que ser, de ahora en adelante, directamente entre Andrés Manuel y Claudia, sino a través de “Andy” después de quedar colocado en una posición clave en MORENA. 
No alcanzo a imaginar el tamaño de las fricciones que este esquema político y partidista morenista ocasionará entre la próxima presidenta de la República y su propio partido político. Un lío de esta magnitud, una bronca fraternal de este tamaño, sólo podría darse en MORENA, ¡qué bonita familia, diría “Pompín” Iglesias! 
A partir del 1 de octubre entrarán en escena, cual personajes de un nuevo vodevil (“voz del pueblo” en francés), el Papá Peje, el Niño Moreno y la Tía Claudia a “gobernar” a México: ¿cuánto más va a soportar la República antes de quedar en ruinas? 
@rogeliux 

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