lunes, febrero 13, 2023

AMLO: prensa, discurso y poder

 


Por Rogelio Ríos Herrán

 

Me acerqué al libro del periodista español Raúl Cortés (@_RaulCortes) en cuanto lo vi en la librería Gandhi a la que voy habitualmente en Monterrey, pues su título y enfoque me atrajeron hacia un tema del que poco hablan los periodistas mexicanos: la crítica a los críticos del poder, es decir, entre ellos mismos.

 

Ese enfoque lo desarrolla de forma paralela al tema central de la relación entre el gobierno de López Obrador (AMLO), su Movimiento de Regeneración Nacional, y los medios de comunicación y periodistas, a partir de su llegada al poder en diciembre del 2018.

 

¿Por qué me llamó la atención, en primer lugar, lo que analiza Cortés en su obra “El choque inevitable. Prensa, discurso y poder en el sexenio de López Obrador” (México: Penguin Random House Grupo Editorial, sello Grijalbo, 1a edición, 2022, 405 pp.) respecto a la actuación, conductas y apego de los periodistas a los estándares más rigurosos del periodismo?

 

La razón de ello es que se trata de un tema casi tabú entre los del gremio sujetar su trabajo periodístico a la revisión de sus pares, los académicos y la ciudadanía misma. Hacer eso se considera una deslealtad de grupo, considerando además que el oficio vive en México, bajo este gobierno y desde los anteriores, tiempos duros y arriesgados que han costado muertos, heridos, censura y represión. Si ya se recibe fuego desde el gobierno, ¿por qué agregar el “fuego amigo”?, piensan muchos colegas.

 

Considero, sin embargo, que es necesaria esa discusión crítica entre periodistas incluso bajo las peores circunstancias que se viven para la realización del trabajo periodístico. Ya lo han hecho otros periodistas como Raúl Trejo Delarbre y Marco Lara Klahr 

 

Por ejemplo, Cortés, con su experiencia de trabajo en agencias de información regidas por códigos de ética rigurosos (Agencia EFE), se pregunta a lo largo del libro por qué los medios de comunicación mexicanos, sus reporteros y columnistas estrellas, no han aprovechado la oportunidad de cuestionar severamente a AMLO durante las conferencias de prensa matutinas o “mañaneras” y prefieren mantener distancia:

 

“¿Comenzarán alguna vez los reporteros de medios nacionales  e internacionales a acudir de forma sistemática a las conferencias de prensa diarias del mandatario a realizar preguntas realmente periodísticas para obligarlo de verdad a rendir cuentas sobre su gestión y contrarrestar el clima de condescendencia que reina habitualmente en esos eventos por las intervenciones de las estrellas de la nueva fuente presidencial?”, cuestiona en las conclusiones.

 

Esa sería, para el autor, una forma de romper el monopolio presidencial del “debate sobre la ética de la profesión, sentando cátedra sobre un tema del que no sólo no es experto, sino que manipula a su conveniencia”.

 

Lo que ofrece Cortés en su libro es un panorama general sobre la relación entre López Obrador y los medios de comunicación y periodistas mexicanos. El capítulo 3, “La ética periodística en el olvido”, es un repaso necesario para los periodistas sobre el ejercicio del oficio, sus objetivos y valores, tarea que debe realizarse en todo momento y no importa bajo qué circunstancias se haga.

 

Los temas abordados por el autor imprimen a la obra un valor elevado como punto de referencia para periodistas que se preguntan constantemente sobre los límites y posibilidades del periodismo. No sólo eso, fuera del gremio le da a ciudadanos y organizaciones de la sociedad civil, a las instancias de gobierno por igual, una especie de manual de las mejores y peores prácticas del oficio, así como revela las carencias del modelo actual de comunicación social del gobierno de López Obrador.

 

Bien escrito, ágil (se lee como libro de cabecera), sólidamente respaldado por la investigación documental y por la experiencia profesional del autor, no dudo que #ElChoqueInevitable llegará a estar en el centro del debate sobre la comunicación social y la cobertura periodística en México.

 

Finalmente, Cortés tiene un punto de observación inmejorable: como periodista español, pero radicado en México, y como periodista formado en agencias de noticias, puede analizar el tema con la ventaja de la distancia emocional que los mexicanos muchas veces perdemos cuando se trata de abordar un buen pleito entre colegas o descalificarlos por cuestiones viscerales. En su caso, la nacionalidad no es obstáculo a la comprensión, sino un peldaño en el cual apoyarse. 

 

No se pierda su lectura, estimado ciudadano preocupado con el gobierno, pero, sobre todo, con los periodistas: los va a conocer mejor.

 

Rogelio.rios60@gmail.com

@rogeliux


 

 

 

 

 

 

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