miércoles, septiembre 21, 2022

'La mañana debe seguir gris'


Por Rogelio Ríos Herrán


Una historia de amor entre libros, un coloquio cariñoso de fines de los años 60, me trajo la coincidencia de dos obras en mi pequeña biblioteca, las dos de la colección Lecturas Mexicanas, editada por la Secretaría de Educación Pública en la década de los 80: “la mañana debe seguir gris”, novela de Silvia Molina; y “El otoño recorre las islas”, colección de la obra poética de José Carlos Becerra (1936-1970).


Silvia (nacida en 1946) era en la novela (y en la vida real) la novia de José Carlos desde que se conocieron en Londres en 1969. Vivió un romance intenso, desafiante, atormentado por el rompimiento, hasta que el poeta tabasqueño tuvo un accidente durante un viaje por Italia, en el cual murió en 1970. De 33 años él, de 24 años ella, se imaginarán ustedes lo hondo del amor vivido entre ellos y del final trágico (¿poético?) de esta relación amorosa.


Mi acercamiento a Becerra, a su poesía imaginativa, tejida con hilos de palabras e imágenes que se desbordan como río tropical, fue igualmente intenso cuando lo leí en los años 90, más o menos a la edad que él tenía al morir en 1970. Me recordó a Carlos Pellicer, por supuesto, su influencia es clara en Becerra, porque fueron los versos de Pellicer, en aquella excelente recolección de sus poemas, publicada en la Colección Popular por el Fondo de Cultura Económica, con lo que prácticamente me inicié en la lectura de poesía y en la búsqueda de poetas que le dieran fondo a los versos que alguna vez escribí.


Por esa razón, al tener la novela de Silvia en mis manos, al saber de qué se trataba y cuál era su conexión con Becerra, sentí que leerla sería como abrir una ventana nueva a un autor que ya conocía y a una escritora que prometía mucho y no me decepcionó. Una coincidencia literaria, más bien un azaroso romance.


Todo esto sucedió, sin embargo, a lo largo de los años. Pasó mucho tiempo entre la lectura de uno y otro, por diversas razones. Al leerla de nuevo, en este 2022, “La mañana debe seguir gris” mantiene ese tono confesional que le imprime Molina, como si plasmara en un diario su enamoramiento instantáneo y profundo de Becerra que para ella misma resultaba inexplicable y la traía, como se decía en los sesenta, azotando el pavimento.. 


Por el contrario, y por ser un escrito muy de su época en sus referencias de lugares, personajes y situaciones amorosas, su novela envejeció, pero lo hizo bien. A mi edad actual (sesentón), la leí con nostalgia, pero quien la lea desde sus veintitantos años la sentirá cercana, como escrita por alguien de su misma edad. No hay referencias a celulares ni redes sociales, por supuesto, pero eso es lo de menos. Al utilizar los versos de Becerra como epígrafes para cada capítulo, Silvia regala a los lectores de novelas una muestra de Becerra, un bonus track bienvenido.


En la noche anterior al inicio del viajé trágico del poeta, Silvia nos describe esta escena de despedida:


“Las palabras empiezan a fluir dulcemente en el calor de la habitación, aquí, el adiós se está cumpliendo. Alguien cambió las reglas del juego y no enloquecí lo suficiente para notarlo. Le pregunto si me ama, no quiero inventar pero estoy viendo en sus ojos la respuesta. Me obliga a recostarme a su lado. La seriedad del momento nos hace apretar. Lo sabemos, seremos enjuiciados por el tiempo. 


Su cuerpo y su alma solicitan mi cuerpo y mi alma, solventados por la tarde, entre las sábanas, somos otra vez ese hombre, esa mujer, en la lluvia, borrados por el acto milenario”.


Al final, coloqué los dos volúmenes juntitos, apretaditos, acompañados, en uno de mis libreros. Lo que una novela une, que no lo separe el hombre.


Referencia:


Molina, Silvia. “La mañana debe seguir gris”. México: Consejo Nacional de Fomento Educativo, SEP, colección Lecturas Mexicanas (volumen 12), 1985, 116 pp.


Perfil  de Silvia Molina en Wikipedia:

https://es.wikipedia.org/wiki/Silvia_Molina


Perfil de José Carlos Becerra en Wikipedia:

https://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Carlos_Becerra


“Así se ha cumplido todo/ y ahora en este sitio/ somos discípulos de esta noche milenaria y confusa/ de esta música atroz, de esta ciudad, de estas palabras/ donde es necesario  dejarte y dejarme” (José Carlos Becerra).


rogelio.rios60@gmail.com


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