viernes, febrero 28, 2025

México: la erosión del poder

¿Cómo construir un gobierno fuerte con una sociedad débil? ¿De qué manera se puede proyectar fuerza al exterior del país si en lo interior somos débiles y estamos divididos?

 Por Rogelio Ríos Herrán  

No se trata de la buena o mala voluntad política de Claudia Sheinbaum, de si ella es diferente o no a los demás morenistas o de si está o no obnubilada por la ideología. 

El nombre del juego es poder. Lo tienes o no lo tienes. Lo usas bien o lo desperdicias en infiernitos. Te salva la vida o te destruye. 

El dilema de Claudia es que su proyecto ideológico de país no tiene sustento en la realidad: México no tiene la cohesión social, la capacidad económica ni la solidez institucional sobre la cual construir una patria socialista”, es decir, un país cerrado al exterior, estatista y con un credo político homogéneo. 

No hay solidez ni siquiera al interior de Morena misma, en donde conviven todo tipo de “tribus”, banderas ideológicas, moderados, radicales y fanáticos dedicados a fastidiarse unos a otros ad nauseam. 

Una mirada cruda a México nos revela que al menos un tercio de la población, por ejemplo, los 40 millones de mexicanos que se abstuvieron de votar en la elección de 2024, son apolíticos por ignorancia, apatía o por lo que usted quiera. 

Los niveles de analfabetismo son elevados y el sistema educativo nacional no responde a las necesidades de personas instruidas y educadas, con habilidades intelectuales y físicas y formada en valores democráticos que den sustento a una sociedad madura. 

La pérdida del  interés por la democracia y los valores y libertades políticas es constante en México, por cualquier medida que usted prefiera.  

¿Cómo construir un gobierno fuerte con una sociedad débil? ¿De qué manera se puede proyectar fuerza al exterior del país si en lo interior somos débiles y estamos divididos? 

Peor aún, ¿cómo salvar a México de su desintegración social y política si quienes gobiernan en Morena lo hacen a través de la destrucción de la democracia, sus valores e instituciones?  

El maestro José Woldenberg ha denominado “frágil democracia” a nuestro sistema político que, después de al menos tres décadas de transición a una etapa política superior, se vio atajado por la llegada de Morena al poder y el inicio de la regresión política. 

En una de sus acepciones en el Diccionario de la Real Academia Española, se define la palabra regresión como un “retroceso a estados psicológicos o formas de conducta propios de etapas anteriores, a causa de tensiones o conflictos no resueltos”. 

Al decretar teatralmente López Obrador “el fin del neoliberalismo” en su toma de poder (el 1 de diciembre de 2018), exhibió no sólo un ardid político, sino los resortes de su personalidad en la que abrevan tensiones y conflictos no resueltos. 

Por tanto, la transformación buscada por los morenistas, antes de buscar etapas superiores, se dirige hacia etapas inferiores, periodos de la vida política mexicana ya superados en donde el presidencialismo (nuestra forma peculiar de autoritarismo) había sido una de las principales lacras. 

La continuidad de Claudia, orientada ideológicamente en el mismo sentido que López Obrador, sigue el camino de la regresión mediante la destrucción de los avances políticos de al menos tres décadas de transición política mexicana. 

¿Qué vendrá después de consumada (con Claudia o con su sucesor) la regresión morenista? 

No lo sé de cierto, pero en el camino hacia ese horizonte regresivo perdemos poder aceleradamente en México para enfrentar los desafíos del exterior: los que provienen de Estados Unidos y los que se derivan de los desafíos globales, como el cambio climático o el peligro de un conflicto nuclear. 

No puede haber consenso nacional si el poder -ejercido desde la Presidencia y las cámaras legislativas- se hace como imposición de una sola voluntad política hacia el resto de la población. 

No puede existir una Presidencia fuerte si no hay diálogo con la oposición, ni disposición a escuchar a todos los sectores sociales y aceptar sus reclamos y corregir el rumbo. 

Morena nunca pierde, y cuando pierde arrebata, diría yo parafraseando el dicho mexicano. 

Pero Morena siempre pierde porque arrebata. Poco a poco, la captura y destrucción de las instituciones y órganos del gobierno nacional lo vuelve más y más ineficiente, es decir, incapaz de sostener la gobernabilidad. 

Poco a poco, las decisiones presidenciales “en defensa de la soberanía” minan al país entero, lo sacan del rumbo del TMEC y la integración con América del Norte y debilitan hacia el exterior al gobierno de Sheinbaum. 

Vaya paradoja: mientras más intentan hacerse del poder absoluto los morenistas, más lo pierden al debilitar al país entero. Es un juego de perder-perder de una adicción destructiva. 

No espero gran cosa de las negociaciones que el gobierno de Claudia enfrenta con Estados Unidos, ni en seguridad ni en materia comercial y económica. 

Como a los ucranianos, el presidente Trump les dictará solamente los términos de su rendición. 

Lo dicho: el nombre del juego es poder. Lo tienes o no lo tienes. Te salva o te destruye. 

Rogelio.rios60@gmail.com 

miércoles, febrero 19, 2025

Ucrania: la indiferencia mexicana


En este momento de definiciones, la indiferencia de los mexicanos hacia Ucrania es insostenible en vista de lo que está en juego, para el Occidente al que pertenecemos, en el campo de batalla: el fin de las libertades políticas.

Por Rogelio Ríos Herrán 

Con aproximadamente una quinta parte de su territorio invadido por la agresión de Rusia con el ataque del 24 de febrero de 2022, me sigue sorprendiendo que el tema de Ucrania no suscite interés, salvo contadas excepciones, en México. 

Me refiero no solamente al gobierno nacional morenista, sino a la percepción de la agresión armada rusa a los ucranianos entre la sociedad mexicana. 

Tres décadas después del arranque del TLCAN y después de su renovación en el TMEC en 2020, ni siquiera el concepto de pertenencia a la América del Norte como zona geográfica, económica y de identidad cultural ha permeado entre los mexicanos. 

Un Tratado de Libre Comercio no extendió la percepción de los mexicanos hacia el exterior, salvo en los estrechos segmentos de la población que sí tienen una visión internacional de México. 

Canadá es prácticamente desconocida en México (¿alguien recuerda la fecha del día nacional canadiense?) y Estados Unidos sigue siendo “el villano” para muchos mexicanos que, sin embargo, no cesan de migrar y enviar dólares desde allá. 

Entonces, ¿por qué esperar que en México haya interés por la guerra de agresión rusa a Ucrania? ¿Qué consecuencias puede tener ese conflicto europeo para nuestro país? 

Me explicaría, razonablemente, cómo en la opinión pública, en general, predomina el desconocimiento y la desinformación sobre un tema geográfico alejado de México. 

Lo que no tiene justificación es que los gobiernos morenistas (tanto el de López Obrador como el de Sheinbaum) tengan hasta el momento una posición ambigua sobre el conflicto ucraniano: en las Naciones Unidas votaron a favor de las resoluciones de la Asamblea General que condenaban la agresión rusa a Ucrania desde 2022, pero en la práctica han exhibido su preferencia política hacia la Rusia de Vladimir Putin. 

La contradicción es monumental: condenar formalmente a Rusia en la ONU, pero evitar cualquier muestra de solidaridad y ayuda a Ucrania (por razones de “neutralidad”), e invitar, como lo hizo López Obrador en el año 2023, a un contingente de soldados rusos a desfilar en el Zócalo de la CDMX durante el Día de la Independencia en ese año. 

La embajadora de Ucrania en México, Oksana Dramaretska, expresó su reacción: ¿Qué tan coherente es, Sr. López Obrador, su política de neutralidad y su condena de la agresión rusa en contra de mi país?”. 

En la Cámara de Diputados, legisladores de Morena y partidos aliados (Partido del Trabajo) formaron en 2023 un Grupo de Amistad México-Rusia con la presencia del embajador ruso en el evento.  

Ucrania vive hoy momentos críticos. La torpe diplomacia europea del Presidente Trump pretende negociar el cese del conflicto ucraniano directamente con Moscú y excluyendo a ucranianos y aliados europeos de la primera reunión con los diplomáticos rusos en Arabia Saudita. 

 Ante esos intentos, ¿en dónde está la voz firme de la diplomacia del gobierno nacional morenista condenando cualquier negociación sobre Ucrania que se haga a espaldas de los ucranianos y a favor de los rusos? 

Además, ¿por qué persiste la indiferencia en la opinión pública de México hacia la agresión que sufren los ucranianos? 

“Esto no es solamente sobre Ucrania. Es un choque de dos mundos, de dos conjuntos de valores encontrados. Si Putin gana, el mundo pierde. Quizá no hoy, quizá no mañana, pero será pronto e incuestionablemente”, publicó el periódico The Kyiv Independent en un editorial del 14 de febrero. 

Nadie más que los ucranianos quieren que esta guerra termine. Son nuestras casas las atacadas cada noche. Son nuestros amigos los asesinados en el campo de batalla. Es nuestra juventud la que ha sido arrebatada por esta guerra. Entendemos, sin embargo, que cualquier compromiso con Rusia no será el fin de la guerra”, agregó el editorial.  

A pesar del grave deterioro de los valores democráticos y el estado de derecho bajo los gobiernos morenistas de López Obrador y Sheinbaum y de sus afinidades con Rusia, yo creo todavía que nuestro “conjunto de valores”, como mexicanos, es más occidental que ruso, más afín a la libertad y a la democracia liberal que al autoritarismo de Putin. 

Por eso, en este momento de definiciones, la indiferencia de los mexicanos hacia Ucrania es insostenible en vista de lo que está en juego, para el Occidente al que pertenecemos, en el campo de batalla: el fin de las libertades políticas. 

¿Qué vamos a hacer al respecto? Por lo pronto, romper la indiferencia y levantar la voz desde México. Apoyemos a Ucrania al cumplirse el tercer año de la agresión de Rusia. 

Rogelio.rios60@gmail.com 

Link al editorial de The Kyiv Independent:

https://kyivindependent.com/editorial-america-folding-europe-will-you-step-up/


 

 

 

México: la erosión del poder

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