miércoles, enero 22, 2020

Impeachment: ¿es tiempo de nuevos partidos?


Por Rogelio Rìos Herràn

Es verdad que el inicio del impeachment o juicio político al Presidente Donald Trump en el Senado de los Estados Unidos es un proceso tanto a su persona como a la institución presidencial misma.

Independientemente de su resultado final, el impeachment podría dar paso a una revisión exhaustiva en las càmaras legislativas y en la sociedad civil sobre la institución presidencial: sus fallas y defectos, sus atribuciones y poderes, su papel desestabilizador del sistema político estadounidense y su rol como factor polarizante de la sociedad.

Podrìamos ir más allá y poner en la misma situación de revisión profunda al bipartidismo existente en Estados Unidos, que hoy se ve notoriamente incapaz de reflejar la diversidad social y política de esa nación.

Hablar de Demòcratas y Republicanos como los tradicionales partidos políticos dominantes y de alcance nacional, es una ilusión que se derrumba al menor escrutinio. Caben todos en esas etiquetas, pero no cabe nadie realmente.

Permanecen como dos grandes estereotipos de “progresistas” y “conservadores” que, en realidad, no nos dicen gran cosa: ¿por què algunos demócratas son más conservadores que muchos republicanos? ¿Por què hay republicanos que no se reconocen entre sì dadas sus diferencias políticas y económicas?

Me pregunto, constantemente, dos cosas desde la elección presidencial del 2016: ¿Por què no se ha dado en Estados Unidos una modificación sustancial de su sistema electoral para eliminar el voto indirecto o del colegio electoral y tomar en consideración únicamente el voto directo?

Además, ¿cuàl es la razón de que, a pesar de su evidente desprestigio, en la arena nacional norteamericana solamente haya dos partidos nacionales que pretenden representar, háganme el favor, a más de 300 millones de habitantes de Estados Unidos?

Lo que suceda en este año 2020, un año electoral relevante, podría tener implicaciones que vayan más allá de lo inmediato, de si el impeachment logra sacar a Trump de la Presidencia, de si hay o no un nuevo Presidente en noviembre o se reelige el actual, etcétera.

Lo que vale la pena considerar no es lo inmediato, sino el mediano y largo plazos. Prevalecen en Estados Unidos un sistema electoral y un sistema de partidos que ya resultan obsoletos para reflejar las dinámicas políticas del siglo 21, la enorme diversidad social de las personas, sus creencias políticas, religiosas, económicas, su cultura cívica y sus arraigos geográficos.

No caben los Estados Unidos completos en su sistema polìtico de hoy. No hay lugar suficiente, la gente se ahoga en un ambiente político que percibe como lleno de corrupción y cinismo y que está al servicio de los grandes intereses económicos y corporativos.

A falta de alternativa, sin embargo, los estadounidenses siguen abrevando en el mismo ambiente político de siempre, con casi los mismos rostros de siempre y atenidos a la ineptitud y falta de principios de sus representantes políticos, entre los cuales hay contadas excepciones.

El bipartidismo ya dio todo lo que tenía que dar. Urge empezar a transitar hacia un sistema múltiple de partidos sobre la base de cortes demográficos, étnicos, geográficos, religiosos, de edad y género, de diversas clases sociales y estratos económicos.

Pensemos en la posibilidad, por ejemplo, de un Partido Hispano, o bien de Partidos Afroamericano o Asiàtico, un Partido de las Mujeres, otro Partido de las Juventudes, Partidos Verdes o Ambientalistas, Partido de la Era Digital, Partido de California, Partido de Texas, etcétera, el cielo es el lìmite para la imaginación. Ya no sirve de mucho nombrarse “demòcrata” o “republicano”, no nos dice gran cosa de nadie.

La diversidad social es el nombre del juego en el siglo 21, ¿què esperan los estadounidenses para actualizarse?

rogelio.rios60@gmail.com 


No hay comentarios.:

AMLO: la fatiga del poder

  Por Rogelio Ríos Herrán  Al poco tiempo de empezar las conferencias matutinas (“las mañaneras”) en el arranque del gobierno de López Obra...