viernes, abril 04, 2025

México, ‘una hoja en la tormenta’

México, como vecino geográfico de los Estados Unidos, no puede escapar al destino de convivir con un vecino poderoso, inestable y nada confiable. No pueden los mexicanos mudarse de barrio.

Por Rogelio Ríos Herrán 

Al mundo no le gusta esperar. Es inquieto, impulsivo y en él siempre sucede lo inesperado”, como en el relato del escritor francés André Maurois. ¡Ay del que lo pesca desprevenido! 

En su impaciencia, la vorágine de acontecimientos mundiales arrasa con todo a su paso: dominios e imperios, planes y estrategias, líderes y naciones enteras. El poderoso se queda desnudo de su fuerza y el débil siempre se queda débil y observando el reemplazo de un poderoso por otro. 

El 2 de abril fue un día de esos. Recordé la frase: “hay décadas en las que no pasa nada y semanas en las que pasan décadas”, de nadie menos que Vladimir Lenin, al escuchar al presidente Donald Trump abolir con un discurso el orden económico internacional promovido por los Estados Unidos desde 1945, después de terminar la Segunda Guerra Mundial. 

¡Qué insensatez de hombre! No me voy a detener en el tema de los aranceles, sino en el gesto populista y arrebatado de creerse, por unos minutos, un César que reparte castigos y premios por el mundo a sus súbditos. 

Como buen demagogo, Trump destruyó de un manotazo la arquitectura económica que tomó décadas construir para que, sobre una base ordenada, se formase una red comercial global que abriera la puerta a la prosperidad de muchos países, pero sin construir nada a cambio. 

Parece una mala broma, pero Trump lo hizo en serio: rompió la posibilidad de confiar en el gobierno de Estados Unidos como socio estratégico y comercial. 

A partir del 2 de abril, la confianza en Estados Unidos quedó hecha pedazos. Es decir, la piedra angular del constructor del mundo posterior a la Segunda Guerra Mundial se fracturó en mil partes, ya no hay un punto firme sobre el cual construir nada. 

De ese tamaño es el desafío para el resto del mundo.  

México, como vecino geográfico de los Estados Unidos, no puede escapar al destino de convivir con un vecino poderoso, inestable y nada confiable. No pueden los mexicanos mudarse de barrio. 

Con un gobierno nacional débil, capturado por militantes movidos por la ideología, populistas en su propósito y en su actuar, señalados por corrupción y complicidad con organizaciones criminales por el gobierno de Trump, poco se puede “negociar”. 

Con un gobierno nacional embarcado en el curso de la destrucción de la democracia mexicana, sus instituciones y organismos, en nombre de una “democracia participativa” en la que participan nada más los morenistas, no tiene México el perfil político necesario para impulsar una buena negociación comercial.  

 En mal momento nos llegó a México el golpe de autoridad de Trump. No recuerdo haber vivido en un país tan dividido y polarizado como el de hoy, pues la polarización es una herramienta indispensable para el gobierno de los morenistas. 

El mundo no tuvo paciencia para esperar hasta que la Cuarta Transformación (el proyecto político del Movimiento de Regeneración Nacional) construyera su “segundo piso” y concluyese la obra de un México socialista. 

Llegó el presidente Trump y barrió con todo al sur de la frontera. 

Muchos mexicanos piensan que lo que hace Trump es la única manera de frenar a la Cuarta Transformación y salvar a México, pero yo no lo creo así:  

¿Cambiar una dominación autoritaria por otra es el camino?  

¿Acaso Trump no es también un líder populista y enemigo de la democracia? 

Por lo pronto, México queda, en adelante, peligrosamente a la deriva entre las ruinas de un orden económico internacional hecho pedazos por su constructor original: los Estados Unidos. 

Para citar a otro escritor, el autor chino Lin Yutang, estamos los mexicanos como en su novela sobre la guerra civil en China (1941): Cual Una hoja en la tormenta”.  

Rogelio.rios60@gmail.com 

lunes, marzo 31, 2025

¿Cuánto tiempo resistirá Claudia sin aliados?

 


A través de España, a nuestro país le ayudaría la fuerza de negociación de la Unión Europea frente al pugilismo comercial del presidente Trump.

Por Rogelio Ríos Herrán 

Sometido al acoso de la guerra comercial del presidente Trump, el gobierno mexicano debería estar lamentado el distanciamiento diplomático con España derivado de los exabruptos del expresidente López Obrador y su absurdo reclamo a la Corona española. 

Gracias al distanciamiento empezado por López Obrador y continuado por Claudia Sheinbaum, México no puede recurrir a quien es un aliado natural, el Gobierno español, tanto por razones históricas como políticas: Pedro Sánchez, el presidente español, es miembro del Partido Socialista Obrero Español, que tira hacia la izquierda populista del tipo del Movimiento de Regeneración Nacional. 

A través de España, a nuestro país le ayudaría la fuerza de negociación de la Unión Europea frente al pugilismo comercial del presidente Trump.   

De una manera indirecta, los intereses mexicanos se alinearían hacia un objetivo común con los españoles y demás europeos: hacer frente a la insensatez de Trump con aranceles a sus productos en represalia legítima y, por otra parte, seguir abiertos a la negociación con la Casa Blanca desde una posición de mayor fuerza económica. 

No es así como piensan las cosas desde el Palacio Nacional, desafortunadamente. 

Claudia se ha empeñado, como lo ha dicho en diversas ocasiones, en buscar una solidaridad con México en donde no existe más que de palabra: con la Colombia de Petro y la Venezuela de Maduro, supuestamente “víctimas”, como México, del “imperialismo” estadounidense, por mencionar dos ejemplos. 

La brújula de la presidente mexicana perdió de vista a Madrid. Una visita de Estado al Palacio de la Moncloa hubiera limado todas las asperezas y logrado la reconciliación con España que hace falta para lo que se viene encima a México. 

Como lo he dicho, vivimos en una situación de emergencia nacional desde enero pasado cuando asumió el poder Donald Trump. 

Las demandas perentorias de la Casa Blanca respecto a temas de seguridad, narcotráfico y migración son abusivas, exageradas e incumplibles, sin mencionar que nunca tendrán fin.  

El gobierno mexicano está debilitado institucionalmente por el desmantelamiento y el deterioro de su aparato administrativo, iniciado por López Obrador desde el año 2018. 

La ineptitud de la mayoría de los funcionarios de alto nivel, la falta de recursos monetarios para sustentar una política exterior fuerte, la corrupción que corroe al gobierno y lo exhibe en el exterior, todo se reúne para dar cuenta de una triste realidad: no tenemos, institucionalmente hablando, con qué hacer frente a Trump. 

A pesar de que prácticamente todo el aparato gubernamental se puso al servicio de la política de complacer las demandas de Trump para no enfadarlo más, no se satisfacen sus requerimientos que, cada vez, crecen y crecen. 

No obstante que la atención de la acción de gobierno de Claudia está enfocada en la guerra comercial, el fentanilo y los migrantes, tal como lo pide la Casa Blanca -en detrimento de otras políticas de gobierno que requieren atención urgente, como el tema de las personas desaparecidas y las fosas clandestinas-, Trump nunca está satisfecho. 

No es necesario esperar al día 2 de abril para ver qué impacto tendrá lo que anuncie Washington, el daño ya está hecho para México y el recién inaugurado gobierno de Claudia: al cumplir el día 1 de abril seis meses en el cargo está a punto de ser nulificado por el gobierno del vecino del norte. 

La situación es grave, pues en cuanto un gobierno nacional es percibido como débil por los actores políticos internos (incluyendo al crimen organizado) y por los gobiernos extranjeros, se acelera el debilitamiento de la presidencia de manera exponencial. 

¿Cuánto tiempo podrá resistir el gobierno de Claudia Sheinbaum la presión de Trump y las consecuencias sobre la economía mexicana de la imposición de aranceles desmesurados? 

¿Cuánto tiempo seguirá Claudia empeñada en buscar a los aliados internacionales equivocados en lugar de voltear hacia los aliados naturales, como España y la Unión Europea? 

¿Cuánto tiempo le queda al gobierno de Claudia si persisten las condiciones actuales nacionales e internacionales? 

En el mes de abril comenzaremos a saber las respuestas. 

FB:@rogelioriosherran 

YouTube: @rrios1960 

México, ‘una hoja en la tormenta’

México, como vecino geográfico de los Estados Unidos, no puede escapar a l destino de convivir con un vecino poderoso, inestable y nada  co...