En una interesante entrevista publicada en septiembre de 2006 en Selecciones del Reader's Digest, le preguntaron dos cosas a Carmen Aristegui que respondió con su acostumbrada agudeza, y que son temas de vigencia permanente, aquí van:
¿Cómo puede lograr un comunicador la objetividad en su trabajo sin dejarse permear por sus propias posturas, filias o fobias?
Carmen: No creo en la objetividad; es evidente que hay ingredientes subjetivos en cualquier toma de decisiones. Lo que se puede tener, hablando en el ámbito profesional, es equidad, neutralidad al abordar un tema, pero la subjetividad está presente en cualquier decisión que yo tome en la televisión o en la radio; como le ocurre a todos, no hay manera de apelar a la objetividad en tareas como ésta.
¿En tu labor profesional alguna vez has sentido que más allá de tu voluntad, consciente o no, estás promoviendo de alguna manera tu propia agenda política?
Carmen: No tengo agenda política, sino opiniones sobre el ámbito político. No trabajo para quedar bien con un grupo político. En cualquier caso, puede existir una opinión más o menos cercana a la de alguno de los contendientes en un grupo político, pero no hay que perder de vista que el eje fundamental y único de un periodista es informar a su auditorio: comunicar los temas de interés general a una audiencia, la más amplia posible.
Bien dicho, Carmen.
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