Por Rogelio Ríos Herrán
Desde su anuncio al público el pasado 13 de octubre, la Estrategia de Seguridad Nacional del Gobierno de Joseph Biden, en la cual dibuja su diagnóstico de la situación mundial, las tendencias principales, los desafíos mundiales y los objetivos y estrategia de las acciones de su gobierno en política internacional, el concepto de “competencia estratégica” cautivó a los medios de comunicación y acaparó los titulares, dejando en la sombra a otras nociones que yo considero más relevantes.
Claro, es importante entender lo que significa “competencia estratégica”, pero igualmente lo es, por ejemplo, la afirmación de que Estados Unidos elimina, desde ya, la distinción entre política interna y exterior o, por otra parte, que no atisbará al mundo solamente en términos de competencia, sino de cooperación necesaria para enfrentar desafíos globales.
Por lo tanto, me di a la tarea de resaltar algunas de las ideas y conceptos expresados a lo largo de un documento de casi 50 páginas, bajo la perspectiva de las implicaciones que tiene para México, América Latina y el resto del mundo:
Competencia estratégica: es una noción opuesta a la confrontación militar. Una definición posible es la disputa por la superioridad económica, tecnológica y científica entre Estados Unidos y China a nivel global y en torno a coaliciones de países, tratados comerciales regionales y su influencia en los organismos internacionales (ONU). No excluye que, al mismo tiempo, la “cooperación estratégica” entre chinos y americanos, entre naciones y organismos internacionales, se procure para enfrentar los desafíos globales, el principal de ellos el cambio climático ¿Y Rusia? El Kremlin no juega en esta liga, su capacidad y recursos son mucho más limitados que los de las dos grandes potencias y su agresión a Ucrania lo ha dejado más aislado del mundo que nunca.
Cooperación internacional: en oposición a la competencia estratégica, se define como la necesidad de que las naciones no permitan que sus diferencias ideológicas, políticas, de régimen económico o por motivos ultranacionalistas, les impidan actuar en conjunto y de manera colectiva para atenuar el cambio climático, las pandemias, las migraciones masivas, la inseguridad alimentaria, entre otros retos. Las diferencias esenciales e irreversibles entre potencias y países, según este concepto, no deben cerrar la puerta a la acción conjunta contra retos fundamentales que amenazan al hombre como especie.
En un escenario globalmente entrelazado como es el mundo de hoy, ninguna nación puede desligar su fortaleza o debilidad internas de sus objetivos y acciones en el exterior. El Presidente Biden anuncia que la distinción entre política interna y política exterior se borra y procede en adelante una sola manera de ver las cosas: Estados Unidos no puede jugar su rol de gran potencia ni competir con China si no obtiene su fuerza desde el interior de su país: economía fuerte, vanguardia tecnológica y científica, democracia madura y estable, capacidad de acción e influencia en todo el mundo y de muchas maneras.
“La era de la Post Guerra Fría ha concluido definitivamente y está en marcha una competencia entre las principales potencias para dar forma a lo que sigue... mientras esta competencia está en marcha, los pueblos en todo el mundo están batallando para enfrentar los efectos de los desafíos compartidos que cruzan las fronteras, ya sea cambio climático, inseguridad alimentaria, enfermedades transmisibles, terrorismo, escasez de energía o inflación”.
“Debemos ver con toda claridad”, se agrega en el documento, “que tendremos que vencer estos desafíos en un entorno competitivo internacional en el cual la competencia geopolítica intensificada, el nacionalismo y el populismo dificultan aún más la cooperación y nos demandarán nuevas formas de pensar y actuar”.
En un guiño a México y América Latina, se afirma que “construiremos una coalición entre naciones lo más fuerte y amplia posible para buscar la cooperación entre todos, mientras competimos con aquellas potencias que ofrecen una visión más oscura y abolir sus intentos de amenazar a nuestros intereses”.
Estados Unidos es la potencia líder en el mundo, aunque han aumentados los desafíos en el entorno internacional... la idea de que debemos competir contra las principales potencias autocráticas para definir el orden internacional se beneficia de un alto apoyo que es bipartidista en el interior y goza de amplio apoyo en el exterior”
Hay más que comentar, pero por lo pronto estos puntos relevantes nos dan un panorama del rumbo que toma la Casa Blanca en lo que queda de la Presidencia de Biden. Cuando Estados Unidos define su estrategia de seguridad nacional, lo primero que buscamos es lo novedoso conceptualmente hablando, y las implicaciones para México, vecino y socio al cual se le pide sumarse a la coalición liderada por Washington para definir, nada menos, un nuevo orden internacional.
Veo muy grande el reto para el momento que vive el actual gobierno mexicano que todavía navega bajo el lema de que “la mejor política exterior es la interior”. Es necesario abrir un debate nacional para dialogar sobre el rumbo que queremos para México: no lo dejemos en manos de estos políticos.
Rogelio.rios60@gmail.com
@rogeliux
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