domingo, julio 22, 2018

AMLO: una 'caladita'




 Por ROGELIO RÍOS HERRÁN


El sistema político mexicano, al que ahora pertenecen Andrés Manuel López Obrador y su agrupación Morena, le da siempre una “caladita” al ganador de cada elección presidencial: éstas son las reglas, éste es el juego.

Así ha sido con muchos presidentes recién llegados al poder: el sistema los pone a prueba para ver cómo reaccionan, de qué están hechos. No parece, sin embargo, haber tenido AMLO (Presidente casi en funciones) su mejor momento al reaccionar acusando al INE de “mala fe” y “tendencioso” ante la sanción a Morena.

De las multas recientes del Instituto Nacional Electoral a los partidos Morena, PRI y PAN por irregularidades en el manejo de sus finanzas, la que resaltó con mucho fue la de los 197 millones de pesos a Morena por presuntas irregularidades en el manejo de un fideicomiso diseñado para ayudar a los damnificados por sismo del 19 de septiembre pasado. “No hagas cosas buenas que parezcan malas”, dice un popular refrán mexicano.

Recordemos que, al mismo tiempo, al PRI lo sancionaron con 36.5 millones de pesos porque en la época del Gobernador César Duarte le transfirieron a ese partido 14.5 millones de pesos retenidos a empleados y burócratas estatales. Mala jugada, los pescaron.

Para el PAN, también en el mismo evento, la multa fue de 3 millones de pesos debido a que una empresa mercantil impedida de hacer donativos electorales hizo llegar 1.5 millones de pesos a la campaña de Ricardo Anaya a través de tres depósitos en efectivo, de 500 mil pesos cada uno, hechos por personas que se prestaron a la simulación, según concluyó el INE. Malos panaderos: el pan se les quemó en el horno

Recordemos, finalmente, que Jaime Rodríguez Calderón, “El Bronco”, candidato independiente, fue sancionado por el INE con 739 mil pesos (sanción ratificada por el TEPJF, el Tribunal Electoral) por recurrir a esquemas de financiamiento ilegales y por obligar a funcionarios del Gobierno de Nuevo León a participar en la recolección de firmas en apoyo a su candidatura independiente. No le salió la manganita al “Bronco”.

Si consideramos además los más de 100 asesinatos de candidatos y personas relacionadas con las elecciones a lo largo de los meses de campaña, veremos que las elecciones del 2018 no fueron tan “limpias” como parecían.

Todos los partidos políticos involucrados -y algunos candidatos independientes- jugaron en el límite de lo legal o de plano lo traspasaron.

¿Qué podemos decir al respecto cuando las ilegalidades vienen de adentro del sistema político, es decir, de parte de los mismos participantes que ahora reclaman porque la autoridad electoral saca a la luz sus trapitos sucios?

¿Por qué Morena, PRI, PAN y el Bronco se prestaron a esquemas oscuros de financiamiento, a romper de hecho las reglas del juego?

¿Justifica el triunfo avasallador en las urnas que se haya recurrido, según la investigación del INE (a la cual Morena ya anunció que apelará en el TEPJF), a un verdadero entuerto financiero en el dichoso fideicomiso que nos recuerda lo que sus contrincantes hacían y que incansablemente les criticaba López Obrador? ¿El fin justifica sus medios?
Con la información pública disponible sobre el fideicomiso bajo cuestionamiento de Morena y sobre las actuaciones irregulares de los otros partidos políticos, no hay duda de que nos falta todavía mucho camino por recorrer en términos de la transformación de una cultura política tradicional (la de la opacidad electoral) que se niega a morir. Es verdaderamente decepcionante que todos los actores salgan manchados.

Como ciudadano sin preferencias partidistas, y porque se trata de dinero público, yo espero que el sistema electoral en su conjunto esté a la altura de lo que necesita el país: vigilar, investigar, señalar irregularidades, sustentar las sanciones, dar vista a las autoridades judiciales sobre posibles delitos electorales y aceptar las decisiones del Tribunal Electoral, vengan o no favorables. En el Tribunal se decidirá, no en otra parte, si la acusación del INE está fundada.

Lo demás es retórica desgastante que nada aporta al equilibrio político que México necesita en este momento. AMLO y Morena le deben a la sociedad mexicana una explicación amplia y convincente de los actos que el INE ha señalado y sancionado como irregulares, no una andanada verbal agresiva demeritándolo: que hablen los hechos, no las palabras.

Si el Tribunal Electoral confirma, en efecto, la sanción del INE, una actitud cívica morenista de altura con México sería la de aceptar la resolución judicial, reconocer su error, sancionar internamente a quienes incurrieron en él (no tengo noticia de que hayan iniciado ya una investigación interna), disculparse con el electorado y seguir adelante con la tarea que tienen enfrente: gobernar a México con la mayor credibilidad posible. 

Gobierno para todos

Treinta millones de mexicanos votaron por AMLO y los morenistas no porque los creyeran ángeles impolutos y libres de pecado, sino para que hicieran la diferencia. No los decepcionen con reacciones emocionales.

Aproximadamente 25 millones de mexicanos no votaron por AMLO y Morena, sino por los otros candidatos o anularon sus votos. A ellos (y a los más de 30 millones de electores que se abstuvieron de votar), los va a representar el nuevo Gobierno del cambio. Ya no piensen ni actúen como partido en campaña, sino como nuevo gobierno.

Si los morenistas no son iguales a quienes van a sustituir, es tiempo de probarlo en los hechos: éstas son las reglas, éste es el juego. ¿Acatarán las reglas o tumbarán el tablero? Ésa es la mexicanísima “caladita”.

rogelio.rios60@gmail.com

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