Romo en la plática. Fuente: fotografía propia. |
Por Rogelio Ríos Herrán
Se puede conocer la sinceridad de un hombre cuando se
le escucha hablar cara a cara, cuando se mete al ruedo de los encuentros presenciales
con ciudadanos y líderes de opinión de los que no siempre sale todo mundo bien
librado.
Los gestos no mienten, el tono de voz delata si
alguien habla por hablar o porque trae una convicción profunda sobre lo que
dice, la mirada de cada quien es un espejo de su alma. Nada de eso se puede
ocultar en un “face to face”.
El Ingeniero Alfonso Romo invitó a platicar el 20 de
septiembre en Monterrey a miembros de PROpuesta Ciudadana (que impulsa Verónica
Sada) y a ciudadanos y líderes de opinión a una plática “en corto” sobre sus
motivos para apoyar a Andrés Manuel López Obrador (dirigente de Morena) y su
proyecto de nación en las elecciones del 2018.
Asistí con la esperanza de escuchar a una persona
interesante decir cosas igualmente interesantes, y no salí decepcionado. Romo
tiene una habilidad natural para exponer y hacerse explicar, producto
seguramente de su larga trayectoria empresarial y de incontables juntas de
negocios. Pero no se queda ahí, al hombre se le desborda la convicción sobre su
apoyo político a un proyecto de nación que dará sustento a la candidatura
presidencial de AMLO.
Es ciertamente Alfonso un ave rara en el horizonte
empresarial: ¿Cómo a un gran empresario, y para colmo de Monterrey, se le
ocurre siquiera dar su apoyo al Peje, el “peligro para México”?, se preguntan
muchos en la Sultana del Norte. ¿Qué no sabe que nos va a convertir en otra
Venezuela, que nos va a quitar nuestras propiedades, que cerrará las escuelas
privadas?, repiten otros con un celo religioso según lo ven en las redes
sociales.
De todo ello habló Romo de frente, sin rodeos. Las
preguntas y comentarios de los asistentes no fueron complacientes, todo lo
contrario. Hubo intervenciones muy críticas, cuestionadoras y desafiantes que
el expositor recibió y respondió con buen ánimo. Al final, el hilo conductor de
la conversación fue el de las posibilidades de una transformación real en
México y de la capacidad de AMLO de “cambiar el rumbo del país” (como dijo
Romo) si en el 2018 gana la Presidencia de la República sobre la plataforma de
Morena.
El sentido de urgencia sobre hacer algo, participar e
involucrarse a fondo en las tareas que se necesitan para aliviar a México y
darle una nueva orientación al Gobierno, un sentimiento compartido por los
presentes, fue el motivo central para que Romo y un equipo de trabajo (quienes
no son miembros de Morena, sino que lo hacen como aportación externa) se dieran
a la tarea de elaborar un plan de gobierno que será presentado a la opinión
pública el día 20 de noviembre próximo.
Después, el 15 de diciembre, se darán a conocer los nombres
de quienes integrarían el Gabinete de AMLO. Esto es importante porque se me
ocurrió preguntarle a Romo cómo le van a hacer en Morena para evitar que la
campaña presidencial de López Obrador gire exclusivamente en torno a su persona
y no sobre su proyecto.
Es decir, cómo difundir ampliamente una propuesta de
gobierno que vale la pena conocer cuando, por el carisma y fuerza de atracción
del Peje los medios de comunicación y los ciudadanos se fijarían en lo
cotidiano (la frase ingeniosa del día, las declaraciones banqueteras, su rancho La Chingada, el pleito
verbal con fulano o mengano, etc.) por sobre sus propuestas de gobierno.
Una vez nombrado el gabinete, me contestó Romo, sus
integrantes saldrán a recorrer el país, a presentarse en foros de todo tipo, a
dar la cara a los medios, a hablar y difundir el proyecto de nación.
Preparémonos entonces, pensé de mi parte, a recibir a los nuevos apóstoles que
difundirán un “Gospel” duramente trabajado y pulido para capturar la atención
de una ciudadanía severamente golpeada por la desconfianza hacia la clase
gobernante y los partidos políticos.
Me interesa, por supuesto, escuchar esas propuestas y
ver si López Obrador, en su último intento por ganar la Presidencia, puede llevar
a cabo -si resultara vencedor- una buena parte del mismo en apenas seis años.
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AMLO y Alfonso Romo. Fuente: google.com |
A partir del 20 de noviembre se establecerá una vara
muy alta en cuanto a propuestas de campaña para cambiar a México, a ver qué
otros contrincantes pueden no sólo saltar esa valla, sino ponerla más alto. Que
sea una confrontación de propuestas, no de personalidades.
Por los nombres del equipo presidencial amlista que manejó Romo (los cuales se conocerán
el 15 de diciembre), está claro que López Obrador mantiene un fuerte poder de
convocatoria en torno a su liderazgo social. Más que demagogia y rollos
electorales, lo que se presente será fruto de un trabajo de expertos no
partidistas, ajenos a las lides electorales y profundamente preocupados por
México.
Quienes compartimos esa preocupación esperaremos
atentos. Mientras tanto, me resultó grato departir entre personas de distintos giros
de la vida, con intereses sociales y políticos divergentes, pero que no pierden
la capacidad de sentarse juntos a dialogar sobre México y que difícilmente nos
hubiéramos reunido por nuestra cuenta en la calle, gracias a Alfonso Romo
por una velada tan agradable.
rogelio.rios60@gmail.com
1 comentario:
No puede ser que queramos seguir viviendo con más de la mitad de la población en pobreza, corrupción en todos los niveles y volver a votar por los mismos.
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