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Fuente: google.com |
Por Rogelio Rìos Herràn
En la mañana del sábado 8 de febrero, Ingrid, una
joven mexicana de 25 años, tuvo una discusión con su pareja Erick Francisco, de
45 años, que fue subiendo de tono en un departamento al norte de la CDMX.
Las cosas se salieron de control, hubo gritos y
golpes, Erick Francisco, arrebatado y enfurecido, tomó un cuchillo y degollò a
Ingrid.
No se detuvo ahí: la desollò y mutilò algunas partes
de su cuerpo, echando al drenaje algunos de sus restos; no terminaba de hacerlo
cuando la Policìa llegó al lugar, alertada por los vecinos, y lo arrestò,
cubierto el torso desnudo por la sangre de Ingrid.
No obstante la indignación general ante este nuevo
asesinato de una mujer, el lunes 10 de febrero se presentó Alejandro Gertz,
Fiscal General de la República, en la conferencia matutina del Presidente Lòpez
Obrador, a defender su propuesta de eliminar el delito de feminicidio y volver
a considerar el asesinato de mujeres como un homicidio con agravantes.
El Fiscal argumentò que el objetivo de su propuesta es
facilitar la identificación del delito, pues actualmente, en su opinión, los
requisitos para fincar una acusación de feminicidio son muchos y obstaculizan
la labor de las autoridades.
De esa manera, alega Gertz, se atacarìa con más
eficiencia el fenómeno del feminicidio y no afectarìa, en su particular
opinión, la “visibilidad” del fenòmeno.
Todo se reduce, en la òptica del Fiscal, a una
cuestión de técnica legal, de reclasificar un delito y eliminar un concepto
-feminicidio- que se presta a confusiones.
Lo que olvida el Fiscal Gertz es que no se puede
hablar de feminicidios en México, debatir sobre si la definición legal del
delito es adecuada o no y enfocar la discusión a una cuestión de modificar el
Código Penal, si se olvida que el problema de los feminicidios, como el de otro
tipo de delitos, es la incapacidad de procurar y administrar justicia en México.
No importa cómo se le llame a la violencia contra las
mujeres, a los asesinatos que reflejan un crecimiento explosivo en las
estadísticas, si es el aparato de justicia del Estado mexicano el que falla y
no logra cumplir su cometido.
Homicidio o feminicidio, el cambio en la redacción en
el Código Penal no va a incidir en la incapacidad de las autoridades federales
y del fuero común mexicanas de prevenir y castigar los asesinatos de mujeres.
Contra las mejores pràcticas internacionales,
recomendaciones de organismos de derechos humanos, resoluciones de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), etcétera, el Fiscal persiste en su
empeño de eliminar la denominación “feminicidio” para reintegrar el delito a su
nicho original de homicidio.
El momento no podrìa ser más políticamente incorrecto
para él. No midiò Gertz, o simplemente ni siquiera lo percibe, el sentimiento
público de solidaridad femenina que hizo ebullición el año pasado con la
campaña “El Violador Eres Tú”.
No se trata de que el Fiscal, en lo personal,
simpatice o no con las organizaciones de mujeres o con los grupos feministas;
lo que no puede hacer un funcionario de su estatura es no darse por enterado de
una corriente mundial de solidaridad femenina como la que se vive hoy.
Se trata precisamente de visibilizar los asesinatos de
mujeres, de hacer del “feminicidio” un concepto clave que ayude a resaltar el
problema, no a esconderlo detrás de otras denominaciones tradicionales que no
funcionaron.
Mientras se emplean el tiempo y los recursos de la
Fiscalìa General de la República en la cruzada conceptual del Fiscal Gertz contra
la figura del “feminicidio”, los muchos Erick Francisco de México se siguen
dando vuelo con la violencia y los ataques mortales contra las mujeres.
En 2009, la CIDH emitió una sentencia en el caso
“Campo Algodonero”, a raíz de la muerte de tres mujeres en Ciudad Juárez en
2001, en contra del Estado mexicano al considerar que había sido omiso e
ineficiente para evitar e investigar la muerte de las tres mujeres.
En ese entonces no se había incorporado el feminicidio
en el Código Penal Federal (se hizo en 2012) y se investigaba como homicidio,
con resultados nulos.
¿Tendràn las mujeres mexicanas que acudir, en el 2020,
de nuevo ante la CIDH?
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