Por Rogelio Ríos Herrán
Mi primera reacción ante la entrada en vigor hoy 17 de octubre del uso legal de la mariguana recreativa en Canadá, fue recordar la ocasión en que uno de mis primos, recién llegado de un viaje de trabajo en Canadá allá por los años 80s, destapó una botella de whisky Canadian Club, la cual acometimos con entusiasmo.
“CC and soda”, me dijo mi primo que se escuchaba mucho
en los bares canadienses. Son otra cosa los canadienses, me decía, te
relacionas con ellos rápidamente y haces buenos negocios en conjunto.
Tiempo después, al entrar en vigor el TLCAN en 1994,
me pareció que ahora sí podríamos hacer los mexicanos un “Canadian Club” con el
vecino del norte de nuestro vecino del norte. Si ya hay un acuerdo comercial,
pensaba yo, tal vez algún día avanzaríamos hacia etapas superiores de
integración.
Tal vez el whisky canadiense me hizo pensar de esa
manera. La realidad es diferente. Los canadienses avanzan hoy a su propio paso
tanto en la defensa de sus intereses comerciales como en la definición de su
propia postura ante el consumo de drogas.
El uso medicinal de la mariguana ya era permitido en
Canadá desde 2001. Lo que se agrega ahora es el uso recreativo: 30
gramos como límite a la posesión de cannabis que cada persona puede tener en
lugares públicos (si pescan a alguien con una cantidad mayor podría enfrentar
hasta 5 años de cárcel). Las macetas que cada consumidor puede cultivar en su
casa serán cuatro.
Aplican en su uso las mismas restricciones que al
alcohol en cuanto a beber y manejar, y al tabaco en cuanto a fumar en
restaurantes, escuelas y edificios.
Hay un periodo de transición en lo que las regulaciones
locales se adaptarán a la regulación federal en Canadá, pero por lo pronto ya
hay unas 111 tiendas legales de mariguana en varias partes del territorio para
surtir pedidos en el mostrador o por internet.
Uruguay había el sido el primer país en dar ese paso
audaz para regular un mercado informal al aprobar en 2013 (un
24 de diciembre, como regalo navideño) el uso recreativo de cannabis entre los
uruguayos, a razón de 40 gramos mensuales por persona.
¿Qué representa en términos de mercado la medida
canadiense? Desde 2001, el uso medicinal de cannabis fomentó la creación de
compañías canadienses dedicadas a las macetas con plantas de mariguana: 140 de
ellas se han hecho públicas con un valor de mercado combinado de 48 mil
millones de dólares.
Las empresas de análisis Arcview Maret Research y BDS
Analytics proyectan que en 2022 el valor de consumo alcance los 32 mil millones
de dólares y que el mercado global de consumo llegue a 150 mil millones de
dólares. El Gobierno canadiense recaudaría el 25% de las ganancias generadas
(todos los datos de El Financiero, “Canadá, primer país industrializado en
legalizar la mariguana de uso recreativo”, 17/10/2018).
La empresa estatal canadiense de estadística,
Statistics Canada (www.statcan.gc.ca), calcula que hay 5 millones de consumidores (de una población
total de 37 millones de canadienses) que podrían generar unos 3 mil 800
millones de dólares por año (citado en contenido.com.mx, 17/10/2018).
La variedad y volumen de las cifras permite prever que
un mercado de mariguana recreativa y medicinal legal y controlado permitirá al Gobierno
canadiense, como sucedió en Uruguay, desincentivar al crimen organizado, crear
empleos y empresas dedicadas al sector, además de obtener las ganancias
correspondientes que no son posibles bajo un régimen de prohibición del uso de
mariguana.
Un “toque” en Canadá ya es otra cosa para los
canadienses: no el juego del gato y el ratón con la policía, sino la
posibilidad de decidir como consumidores si se toman una cerveza, un café, un
cigarrito de tabaco o uno de mariguana, así de fácil. No más criminalización, no
más cárcel a consumidores pequeños.
En algunos estados de la Unión Americana ya se permite
el uso recreativo de cannabis, como en California, Maine, Alaska, Vermont,
Nevada, Colorado, entre otros.
En México, ¿discutiremos algún día en serio sobre los
usos medicinal y recreativo de la mariguana? ¿Qué estamos esperando? ¿Seguir con la "guerra contra las drogas" con su cauda de muerte y desolación?
No hay, por el momento, la posibilidad de un “Canadian
Club” con nuestros vecinos de América del Norte que nos permitiera preguntarles
cómo le hicieron para tomar la decisión de legalizar la mariguana para usos
recreativos. Todos quedamos muy raspados después de la renegociación del TLCAN.
No sé, tal vez una botella del excelente whisky Canadian Club (entre Trudeau y AMLO) pueda hacer
la magia.
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