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Jaime Rodríguez montado en su caballo. Fuente: Google.com |
Por Rogelio Ríos Herrán
No es una sorpresa la decisión de Jaime Rodríguez, “El
Bronco” (o “El Brinco”, como le llama ahora el columnista regiomontano Ramón Alberto Garza),
de contender por la Presidencia de la República como candidato independiente en
el 2018; él mismo lo había manifestado en varias ocasiones y, por lo demás, el
sistema político le ofrece más incentivos que barreras para lanzarse a una
nueva aventura electoral. No veo cómo hubiera dicho “no” a sus aspiraciones
presidenciales.
Deja atrás, por supuesto, la indignación de muchos
nuevoleoneses que creyeron a pie juntillas en sus palabras y que aparentemente
no tomaron debida nota de que el “chapulineo” llegó para quedarse en la
política nacional y en la vida pública nuevoleonesa.
Eso es lo que más duele a los ciudadanos: que a pesar
de que lo prometan una y otra vez, los políticos no hacen honor a su palabra y
dan el salto de una posición a otra sin terminar lo que tienen ni cumplir con
sus responsabilidades. ¿Para que prometen si no van a cumplir?
Tal vez seguimos siendo ciudadanos de corte
tradicional, medio ciegos a un sistema político que ya se transformó -desde
hace tiempo- en una máquina de candidaturas y elecciones, en la cual muchos
políticos no piensan en cómo gobernar bien, sino en cómo ganar la próxima
elección.
Hablo de incentivos del sistema para una candidatura
independiente a la Presidencia porque las condiciones están dadas para que
quien se lance por esa vía pueda dar una buena pelea. Además, en el camino, es
decir, en la candidatura misma, se gana mucho -aunque se pierda la elección- en
términos de exposición pública, recursos públicos y privados, currículum político,
etcétera, y en lo que yo llamaría posicionamiento a nivel
nacional: convertirse en una figura pública en todo México para seguir
posteriormente en las lides electorales.
Jorge G. Castañeda, quien libró el mismo una larga
batalla por las candidaturas independientes en México, lo señalaba
desde inicios del 2016:
“Más allá del tiempo que falta y de lo esquivas que
resultan las carreras de caballo a estas alturas, es evidente que por lo menos
con el Gobernador de Nuevo León (Jaime Rodríguez), a dos años y medio de las
elecciones, un candidato independiente es competitivo. Destaca, por cierto, un
fenómeno vaticinado por varios. Entre agosto y diciembre de 2015, AMLO perdió
10% al figurar El Bronco en la boleta. Los 10% se van con él” (en su obra “Sólo
así: por una agenda ciudadana independiente”. Penguin Random House Grupo Editorial, 2016, p. 75).
Los que hoy quizá no se vayan con él son el millón de
nuevoleoneses que votaron por Jaime Rodríguez en el 2015, una masa indignada
con justa razón por el despecho de quien enamoró a una novia, pero la abandonó
después, por ponerlo en términos que gustan a los norteños.
¿Leyó “El Bronco” a Castañeda? ¿Sopesó a fondo los
costos y beneficios de su decisión? ¿Valdrá la pena llevar en su persona, de
ahora en adelante, la marca de un “chapulineo” que él siempre había negado que
haría? ¿No le da pena dejar la Gubernatura de Nuevo León a estas alturas?
Después de este año de temblores y desastres
naturales, no obstante el desgaste en el poder de políticos como “El Bronco”
que llegaron a su cargo rodeados de altísimas expectativas ciudadanas, y
considerando el nivel de hartazgo ciudadano con prácticamente todo lo que huela
a política y gobierno, aun así coincido con Castañeda en que la vía
independiente será un factor importante en el 2018:
“Gane o pierda con un caudal de votos significativo, una
candidatura independiente puede sacudir a la clase política, estremecer a la
partidocracia, obligar a una reforma político-electoral y a reconfigurar el
sistema de partidos, y devolverle confianza a la población en las elecciones,
en las instituciones y en la política en general. Ya no es un acicate, sino un
petardo; ya no es una competencia, sino un peligro de vida”. (Íbidem, p. 59).
Los partidos políticos, por su parte, no se van a
quedar cruzados de brazos viendo como una o varias candidaturas independientes
les dan la pelea o les arrebatan el poder. Falta ver su respuesta (como la del
Frente Ciudadano Nacional que apoyan el PAN, el PRD y Movimiento Ciudadano) y
la puesta en marcha de su experiencia y grandes recursos en la arena electoral.
Nadie va a regalar nada en el 2018.
Así que no gastemos toda nuestra desilusión en la
salida de Jaime Rodríguez de la gubernatura de Nuevo León, guardemos una
reserva para lo que viene el próximo año en torno cuestiones que me parecen
esenciales: ¿Quién dará realmente la cara por los ciudadanos y recogerá sus
voces? ¿Quién le cumplirá a la sociedad lo que le promete sin bajarse a la
mitad del camino? ¿Quiénes se olvidarán de lo electoral para ponerse a
gobernar? ¿Los partidos o los independientes?
rogelio.rios60@gmail.com
1 comentario:
Antes de que se uniera Fernando Elizondo a su campaña, yo se lo pregunté enfrente de +300 asistentes a una conferencia en casa de un amigo que decidió apoyarlo, y que hoy, junto con casi todos los que le dimos su abrumadora victoria en NL, hoy reprobamos su trabajo hasta hoy y su decisión de buscar la presidencia.
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