martes, noviembre 21, 2006

FARMERS BRANCH

El cabildo de Farmers Branch, Texas (una población cercana a Dallas), decidió el 13 de noviembre emitir la Resolución 2006-130 para declarar al inglés como la lengua oficial del condado (puede verla en www.farmersbranch.info).
Por primera ocasión, un condado de Texas emite una resolución de ese tipo, la cual se suma a los más de 50 condados que en Estados Unidos han aprobado medidas similares ante lo que perciben como negligencia de los gobiernos federal y estatales para aplicar el rigor de la ley a los indocumentados.
La tendencia empieza a revelarse: la batalla por los temas relacionados con la migración se ha desplazado del terreno federal al estatal pero, sobre todo, al nivel municipal. Si en Washington no hay reforma migratoria, las autoridades municipales han empezado a tomar la iniciativa, generalmente con medidas muy restrictivas, salvo la notable excepción de National City, California (www.ci.national-city.cal.us), declarado "santuario nacional" para los inmigrantes indocumentados.
No sin un intenso debate, en una población de 28 mil habitantes -37 por ciento de origen hispano y con "varios cientos" de personas indocumentadas- las autoridades municipales consideraron en la Resolución que "el uso de un idioma común (el inglés, por supuesto) remueve las barreras de la incomprensión y ayuda a unificar al pueblo de Farmers Branch, del estado y de Estados Unidos, y ayuda a fomentar la total participación cívica y económica de todos sus ciudadanos sin referencia a su origen nacional, credo, raza u otras características".
La reacción municipal ante la falta de acción del Gobierno federal y estatal impulsó la adopción de la medida que, vista desde México, no solamente tiene visos de ser absurda por innecesaria, sino de incurrir en una posible discriminación contra los inmigrantes mexicanos y el uso del español.
Tom Bryson, funcionario municipal, me comentó que la medida es una declaración de política, no tiene fuerza de ley y es similar a las emitidas en más de 20 estados de la Unión Americana. Las excepciones son las instancias de salud y seguridad.
"Tenga la seguridad", agregó el funcionario, "de que cuando cualquier persona necesite un servicio de parte del personal municipal, particularmente de la policía y los bomberos, nos esforzaremos por comunicarnos de cualquier forma posible. De ninguna manera esto tiene efecto alguno en el derecho de libre expresión de las personas".
En la Resolución 130 se lee, sin embargo, que "ninguna ordenanza, decreto, programa o política de la ciudad de Farmers Branch o de cualquiera de sus subdivisiones requerirá del uso de cualquier otro idioma que no sea el inglés".
Redactado así, el temor a la inmigración indocumentada y al español toma visos de xenofobia. Para evitar la supuesta discriminación por no saber español para los residentes de Farmers Branch, se recurre a un decreto como si eso pudiera cambiar la realidad de que la vida de ese suburbio texano se ha modificado por la presencia de inmigrantes que traen consigo otro idioma y cultura.
Desde la Resolución 2006-099 (5 de septiembre), se veía venir el endurecimiento: el City Council urgía e imploraba "al Presidente Bush y al Poder Ejecutivo a que empiece inmediatamente a aplicar nuestras leyes de inmigración y aborde el problema serio del rompimiento del Estado de Derecho en este país en lo referente a los millones de extranjeros ilegales dentro de nuestras fronteras".
Hay una salvedad en la Resolución 130 que llama la atención: la declaración del inglés como idioma oficial no infringirá los derechos de cualquier persona "de usar otro idioma que no sea el inglés en las comunicaciones o acciones privadas, incluyendo el derecho de los empleados y funcionarios del Gobierno (incluyendo los electos) de comunicarse con los demás".
¿Significa esto que en Farmers Branch en público se hablará el inglés, pero el español sólo en privado? Con esa mentalidad, yo le llamaría a ese pueblo de otra manera: Farmers Ranch.

rogelio_riosherran@hotmail.com

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