Cuando tienes una deuda con acreedores extranjeros prácticamente impagable, ¿en dónde quedó tu independencia?
Por Rogelio Ríos Herrán
Celebran los estadounidenses el 4 de julio de 2025 con los tradicionales fuegos artificiales, al ponerse el sol, que son casi en su totalidad importados desde China, por si se les olvidara en qué mundo globalizado vivimos.
Después de 249 años de la Declaración de Independencia que formalizó el rompimiento de las 13 colonias con el Rey Guillermo III, una gran parte de ciudadanos americanos gritan “¡No King” !, en las calles en protesta contra las aspiraciones cuasi monárquicas del gobernante en turno.
El documento fundacional de Estados Unidos pierde aceleradamente su esencia ante el embate del populismo en el siglo 21.
El regalo del 4 de julio de 2025 a los estadounidenses de parte del Partido Republicano fue un golpe a la “independencia” de Estados Unidos: el paquete presupuestal federal aprobado a la carrera en el Senado y el Congreso que repercutirá, por ejemplo, en un recorte de 1 trillón de dólares (1 millón de millones de dólares) al programa Medicaid durante los próximos años.
Unos 10 millones de americanos perderán la cobertura médica en los próximos 9 años, además de reducciones en el programa “Food Stamps”.
El paquete fiscal propone reducciones de impuestos por 3.5 trillones de dólares, pero incrementa, faltaba más, el gasto militar y el destinado a la seguridad de la frontera.
La deuda pública de Estados Unidos, necesaria para compensar los recortes de impuestos y el incremento al gasto, se elevará en 5 trillones de dólares en los próximos años (las cifras son tomadas de The New York Times).
¿Contradice elevar astronómicamente el endeudamiento público al código tradicional republicano? Por supuesto, ¿pero a quién le importa eso? No existe más el Partido Republicano que conocimos antaño.
Cuando tienes una deuda con acreedores extranjeros prácticamente impagable, ¿en dónde quedó tu independencia?
Nada de lo anterior disminuye mi aprecio por la cultura estadounidense y su nación colorida, enmarcada en el imponente paisaje americano, tal como lo recuerdo de las fotografías de Ansel Adams.
Si en Estados Unidos se viven tiempos oscuros, éstos no durarán por siempre.
Me pesca este 4 de julio inmerso en la lectura de “La llama inmortal de Stephen Crane”, obra del escritor neoyorquino Paul Auster sobre la vida y obra de Stephen Crane (1871-1900), reportero y escritor, cuya virtud era relatar la existencia de los más pobres y desvalidos en ciudades de Estados Unidos.
Durante la campaña presidencial del año 1893, narra Auster, el reportero Crane cubrió la marcha de un sindicato de trabajadores en Asbury Park, Nueva Jersey, simpatizantes de Benjamín Harrison (el candidato republicano)
Escribió con tal ironía ante la evidente manipulación de que eran objeto los sindicalistas, que su crónica ganó notoriedad nacional en medio de la contienda electoral contra Glover Cleveland (el candidato demócrata).
En un ambiente sumamente polarizado, la crónica de un reportero de pueblo chico en la costa de Nueva Jersey se convirtió en punto de discusión nacional. A Crane, por lo pronto, lo despidieron de su empleo por presiones del equipo del candidato Harrison, quien al final perdió la elección.
Entre el asesinato de Abraham Lincoln (1865) y el de William McKinley (1901), escribe Auster, “Estados Unidos vivió un largo periodo de crecimiento, turbulencias y fracaso moral en el que, de país atrasado y aislado se transformó en potencia mundial, pero sus dirigentes eran en general ineptos, corruptos o ambas cosas”.
En ese fin de siglo 19, Samuel S. McClure (el “muckraker” por excelencia) creó la primera agencia internacional de noticias, explica Auster, y se dio la invención de la linotipia “que funcionaba seis veces más rápido que el anterior sistema de letra a letra y permitió a la prensa diaria la publicación de ejemplares que excedían por mucho el límite de las ocho páginas del pasado.”
En el siglo 21, en Estados Unidos persisten los Stephen Crane, los McClure y la prensa mordaz e incisiva que informan con rigor y nuevas herramientas (Inteligencia Artificial) sobre las sucesivas generaciones de “políticos ineptos, corruptos o ambas cosas”.
En el 4 de julio de 2025 con cuetes chinos, ¡larga vida al Cuarto Poder en Estados Unidos!
Referencia bibliográfica:
Auster, Paul. "La llama inmortal de Stephen Crane”. México: Editorial Planeta Mexicana, 2021. Traductor: Benito Gómez Ibáñez, 1033 páginas.
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